París/Nueva York, 23 de marzo. La directora general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova, pidió hoy a Libia y a la coalición de los aliados que respeten el patrimonio cultural, manteniendo sus operaciones militares fuera de éste, y ofreció su papel de mediadora para preservar tales sitios culturales.

En concreto, Bokova pidió que se respete la Convención de La Haya para la Protección del Patrimonio Cultural en caso de conflicto armado (1954) y sus dos protocolos (1954 y 1999).

La representante de la Unesco recordó que de los 10 países que forman la coalición internacional implicada en las operaciones militares en Libia (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, Qatar, España, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido y Estados Unidos), ocho son parte de la convención de La Haya (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, Qatar, España y Estados Unidos).

En lo que se refiere al patrimonio cultural, Libia es de gran importancia para la humanidad, dijo Bokova mediante una carta que envió a los representantes permanentes ante el organismo internacional de los países citados.

Varios sitios excepcionales atestiguan de los grandes logros técnicos y artísticos de los antepasados del pueblo de Libia, y constituyen un legado muy valioso para toda la humanidad, añadió.

Patrimonio mundial: cinco sitios

Según la Unesco, Libia cuenta con cinco sitios inscritos en la lista del patrimonio mundial: la ciudad vieja de Ghadames, conocida como la perla del desierto, que es una de las urbes presaharianas más antiguas; el macizo rocoso de Tadrart Acacus, que contiene miles de pinturas rupestres de diferentes estilos, algunas que se remontan al año 12000 aC; la provincia romana de Cirene, el sitio arqueológico de Leptis Magna y la factoría fenicia de Sabrata.

El comunicado de la Unesco señala que los estados que signaron la Convención de La Haya, según el artículo 4º, se comprometieron a respetar los bienes culturales situados tanto en su propio territorio como en el de las otras altas partes contratantes, absteniéndose de utilizar esos bienes, sus sistemas de protección y sus proximidades inmediatas para fines que pudieran exponer dichos bienes a destrucción o deterioro en caso de conflicto armado, y absteniéndose de todo acto de hostilidad respecto de tales bienes.