Mañana se cumplen 35 años del golpe de Estado en Argentina, al frente del cual y como presidente de facto estuvo el teniente general Rafael Videla. Ese régimen castrense produjo un número incuantificable de muertos, alrededor de 30 mil desaparecidos y miles de exiliados. De éstos, muchos llegaron a México y aquí encontraron calidez, afecto y solidaridad, así como oportunidades de empleo. Circunstancias similares encararon otros sudamericanos, sobre todo chilenos y uruguayos, expatriados también tras la toma del poder por militares en sus países.

Para recordar y reflexionar sobre esta nefanda efeméride, la representación diplomática argentina ha convocado a la mesa de discusión durante la cual, además, rendirá un homenaje a México y en general a las instituciones educativas –Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), El Colegio de México y el Centro de Investigación y Docencia Económicas– donde encontraron cabida muchos exiliados de aquel país y quienes, a su vez, también contribuyeron al desarrollo de la docencia y de la ciencia nacional.

La embajadora Patricia Vaca Narvaja, quien vivió aquí por las mismas razones durante seis años y resiente secuelas familiares de la dictadura militar, como la muerte de un hermano y la desaparición nunca resuelta de su padre y dos primos, declaró a La Jornada sobre el sentido de organizar esta ceremonia, más allá de un sentido evocativo y de gratitud.

Este también es momento para reflexionar sobre cuáles han sido las circunstancias, las causas; en suma, lo que significó ese hecho en la restricción y eliminación de todo tipo de derechos. A la luz de eso, ver cómo éstos se están hoy restituyendo en Argentina. Pero también, pensar y ver lo que ocurre en la región latinoamericana, pues si bien hoy no tenemos posibilidades de golpes de Estado militares, hay otro tipo de posibilidades de intervención, como vimos en Ecuador y en Honduras.

Por ello, insiste la diplomática argentina, hoy no puede hablarse de etapas superadas y de avance continental con gobiernos de integración y populares, porque siempre tenemos a los sectores poderosos en lo económico que intentarán de todas maneras poner frenos.

Entre los convocados a la UNAM para participar en la mesa titulada A 35 años del golpe en Argentina: nunca más, nunca menos, está Ramón Torres Molina, presidente del Archivo Nacional de la Memoria de aquel país; el doctor en estudios latinoamericanos Pablo Yankelevich; el doctor en filosofía Horacio Cerutti Guldberg; el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; el embajador Luis Ortiz Monasterio, y la propia embajadora Vaca Narvaja, todos bajo la moderación del director de la Facultad de Ciencias Políticas –sede del encuentro–, doctor Fernando Castañeda. La cita es el jueves 24 a las 17 horas.

Patricia Vaca Narvaja, quien cuenta entre sus antecedentes políticos recientes en su país la subsecretaría de Defensa del Consumidor y la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, asegura que con el régimen que encabeza Cristina Fernández de Kirchner se promueve como acto de justicia frente a las muertes, desapariciones y torturas cometidas por la dictadura militar, la memoria, la verdad y la justicia.

Y esto no es solamente un lema, sino que acompaña a la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, de los indultos. Y ha generado toda una política por la cual el propio presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina declaró hace unos días que ese acto de razón no va a cambiar, no tiene marcha atrás, gobierne quien gobierne: memoria, verdad y justicia llegaron para quedarse, expresa.

Ahora, indica la embajadora, lo que corresponde es terminar con los juicios a esos sectores que dieron el golpe de Estado y perpetraron la persecución genocida, para que Argentina dé vuelta a la hoja y siga construyendo su futuro.