Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 13 de marzo de 2011 Num: 836

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Tres cuentos
Orlando Monsalve

Céline, bagatelas
de un aniversario

Gabriel Santander

La aguja en el arenal
(poesía joven de Jalisco)

Philip K. Dick,
el filósofo escritor

Matteo Dean

Las manos de John Berger
Ángela Pradelli

Palabras
John Berger

Grandeza y miseria de
un vestido y un cocodrilo

Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
Orlando Ortiz

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Alonso Arreola
[email protected]

Del jazz frontera arriba

A inicios de este mes, el presidente Barack Obama presentó la Medalla Nacional de las Artes a diez distinguidos creadores estadunidenses. Entre ellos se contaron cuatro músicos: el cantautor James Taylor, el pianista Van Cliburn, el visionario productor Quincy Jones (quien llevara a Michael Jackson a la cima) y el legendario saxofonista de jazz Sonny Rollins. Esto último nos anima y hace pensar en el extraño viaje de un género tan menospreciado en otros tiempos, en cómo hoy se sitúa en lo más alto de la cultura de un país tan contradictorio. ¿Que se ha perdido mucha de la magia popular del jazz por su estatus de culto y refinamiento parecido al de las orquestas clásicas?, es cierto, pero por otro lado ahora hay mucha más gente interesada y abierta a sus lenguajes. Así lo prueban múltiples programas de radio dedicados a este género, físicos o virtuales, que atienden a millones de escuchas entre los que, por cierto, cuentan un gran número de conductores. Casi el cincuenta por ciento de la música que escucha un adulto promedio de Estados Unidos la recibe mientras maneja o es transportado en algún vehículo público. Y mucha es jazz.

Lo anterior nos lleva a sopesar un aviso importante para el futuro, aunque claro, nuestro andar a la retaguardia tecnológica retrasará sus beneficios en México. Es esto: en cuatro años saldrán nuevos automóviles con discos duros y capacidad Wi-Fi (conexión a internet), dotados con programas de reconocimiento de voz para lograr algo que la industria sonora lleva largo tiempo añorando: que quienes manejan puedan comprar canciones al momento que deseen, o cuando acaban de escucharlas en la radio. Esto confirma que aparecerán nuevas formas para devolver ingresos a músicos y productores de todos los géneros, pero sobre todo de los menos comerciales del jazz.

En terrenos similares hay otra noticia interesante. Los gigantes tecnológicos Apple y Google acaban de anunciar sus planes para la creación de lo que llaman Music Lockers. Esto no sólo mantendrá a salvo la información de quienes hoy poseen miles de canciones en sus computadoras, sino que además ofrecerá un gran obstáculo a la piratería desmedida. Aunque muchos no estamos en contra de ciertas formas de intercambio y jamás juzgaríamos a quienes no tienen para pagar la renta y deciden comprar una película pirata, sí lo estamos ante las mafias a quienes no interesa ni la música ni la cultura. Pues bien, estos “casilleros” virtuales permitirán al usuario tener todos los álbumes o piezas que ha adquirido y almacenado, evitando que las fallas de un disco duro o las descargas eléctricas terminen con cientos de horas y miles de pesos invertidos en la fonoteca personal. Además, si logra ponerse de moda, lo cual es muy probable, la idea dificultará los libres intercambios de archivos. Sin ahondar mucho en el asunto, vale la pena señalar otro dato sorprendente: en estos inicios de 2011 el setenta por ciento de los daneses está de acuerdo con la piratería. ¿Qué tienen que ver ellos con nosotros o con Estados Unidos? No mucho. Precisamente porque se trata de una población cuya educación, respeto al trabajo ajeno y poder adquisitivo son superiores, el dato nos hace pensar que, si no se forman nuevas estrategias lúdicas para los consumidores, la guerra contra la piratería estará perdida también en el “Primer Mundo.”

Es por todo ello que muchos compositores de jazz buscan otras formas de vincularse con audiencias potenciales. Un ejemplo es Terence Blanchard, probablemente el más reconocido trompetista de nuestro tiempo, quien ha compuesto la música del espectáculo The Motherf**ker with the Heat, a estrenarse el próximo 11 de abril en el teatro Gerald Schoenfeld de Nueva York. Actuarán Bobby Cannavale, Chris Rock, Elizabeth Rodriguez, Annabella Sciorra y Yul Vázquez, dirigidos por Anna d. Shapiro. Asimismo, se ha anunciado que la película sobre la vida del legendario trompetista Miles Davis sigue progresando y que será musicalizada por el pianista Herbie Hancock (quien pronto visitará México). Su productor y protagonista es el destacado actor de color Don Cheadle. Y desde una perspectiva más joven, la que da nuevos bríos al jazz es Esperanza Spalding. Bajista, cantante y compositora que sube como la espuma con su Chamber Music Society. Tal ha sido su impacto que pudo vencer al niñito consentido del pop Justin Bieber en la pasada entrega de los Grammy. ¿Qué mejor muestra de lo que hoy sucede con el jazz allende la frontera norte? Ojalá nos sirva de ejemplo y aprendamos a reconocer y valorar en vida a quienes suenan de este lado.