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A la mitad del foro

Pasó de noche

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El presidente Felipe Calderón en conferencia de prensa conjunta con su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, el jueves pasadoFoto Ap
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oto en primera plana del New York Times y notas destacadas en The Washington Post, así como en el diario español El País, pero el encuentro de Felipe Calderón y Barack Obama pasó de noche. Los reflectores mediáticos y la atención política fijos en Libia y la sangre derramada a lo largo de los ductos petroleros; la prolongada agonía de las rebeliones libertarias de Túnez, Egipto, Bahrein, Argelia, Marruecos, Yemen, Jordania, Siria; y en las improbables pero aterradoras secuelas en Irán y Arabia Saudita.

Cena en la Casa Blanca. Cordial conferencia de prensa al alimón, a falta de comunicado conjunto; buen humor y exhibición de afinidades, sin mencionar el drama del trasiego humano del nomadismo, el eterno tema del sempiterno horizonte de un acuerdo migratorio. Elogios de Obama al valor indomable de Calderón. Y cuando pasó la noche y en las aulas del Centro Woodrow Wilson flotaban las dudas de los asistentes, la declaración formal y sobria del vocero del Departamento de Estado: estos son tiempos difíciles, inciertos, duros, pero el embajador Carlos Pascual está haciendo un tremendo trabajo en nombre de Estados Unidos para las relaciones bilaterales con México y no hay planes de ajustar su estatus. Traducción: se queda. Traducción para aspirantes a diplomáticos: hay fórmulas protocolarias para exponer el disgusto, o pedir el relevo, o declarar persona non grata a un embajador.

No hace falta contratar planas en revistas del corazón. Ni suspirar por los tiempos de los acuerdos de caballeros. Como el de Henry Lane Wilson y Victoriano Huerta. Vea, lea, el siguiente y apasionante episodio de diplomacia entretelones, en las próximas entregas de Wikileaks. O simplemente conéctese a la red y entérese de que la agencia americana encargada del control de armas de fuego y del tabaco organizó una entrega de metralletas y otras armas de alto poder, miles de ellas, de este lado de la frontera ensangrentada, para seguir las huellas y dar con los meros meros. Los capos, dicen. Las armas fueron a dar a esas manos. Y las usaron. Hubo un tiempo en que pudimos condenar el tráfico de drogas como política sucia de la guerra fría, para armar a los contras en Centroamérica, por ejemplo. Hoy, da grima.

Pero los jóvenes turcos de Felipe Calderón han gritado su indignación por las duras palabras dichas allá, del otro lado, por Janet Napolitano y Hillary Clinton. Todo lo que quepa pasa el puente, o pasa por el río, presumían los viejos aduaneros mexicanos. Hoy ruegan al vecino que no deje pasar armas. De aquí para allá, las drogas, los envíos de los narcotraficantes, se hacen invisibles en cuanto llegan a la mitad del río, en cuanto cruzan la invisible frontera. Como las armas enviadas para dar con los capos, llegan a su destino y las distribuyen los peones de rigor, carne de prisión en el país del mundo con más individuos encarcelados. Y tal como acá, cuando los agentes del orden de allá quieren, o les exigen, dan con ellos. Da grima.

Como los tristes regateos y regodeos de gobernadores y funcionarios del inconcebible gabinete agropecuario, de la inexistente economía, de la piadosa agencia que cristianamente atiende lo social, lo socioeconómico, dicen. En Sinaloa se congeló la cosecha de las tierras más ricas, generosas y productivas del país. Sería por el frío, o por la tierna toma de posesión fruto de alianzas, de injertos, de cultivos híbridos, pero el hecho es que madrugaron tanto el gobernador Mario López Valdés como el presidente Felipe Calderón. Y hubo discursos y gala de buen humor: para eso son las alianzas, parece que dijo el afamado Malova. Y promesas al pie del avión. Y adiós, aunque el de ayuda generosa es paisano y el del dinero está en las listas de aspirantes de todos los especuladores. El que no asegunda no es buen labrador (así dicen, asegunda, con a como prefijo). Pero hace falta con qué y, sobre todo, que sea a tiempo. Van a quedarse miles de hectáreas sin sembrar, en barbecho... ¿Para eso son las alianzas, gobernador?

Para eso son las esperanzas. En tiempos del priato ostentoso, invencible, indefinible, corría la conseja de que en México había tres clases de tarugos: los que compraban billetes de Lotería, los que sembraban de temporal y los que votaban contra el PRI. Vino el vuelco y Vicente Fox probó que hay muchos otros, destacadamente los que religiosamente depositaron en las urnas su voto útil y sacaron al PRI de Los Pinos para escriturar el poder a la rancia derecha ultramontana que no había mandado en el país desde que triunfó la revolución de Ayutla y los pintos de Juan Álvarez acabaron con Santa Anna, los notables y la clerigalla. Y ahora que se puede, la izquierda se confiesa plural; las izquierdas se precipitan al hoyo negro del oportunismo y del sempiterno apetito por las rentas del poder.

Jesús Ortega viste hábitos franciscanos para retratarse con Gustavo Madero y consagrar la consulta al pueblo: si están de acuerdo en que PAN y PRD se unan en santa alianza para acabar con los 80 años de cacicazgo del PRI en el estado de México. Es traición, es engaño al pueblo, dice Andrés Manuel López Obrador; y pide licencia. El G8 de las izquierdas criollas pide la destitución de Manuel Camacho: que deje de conducir lo creado para unir a las izquierdas. No me voy, responde el maestro de Marcelo Ebrard, único que alzó la voz para defenderlo. Aunque de inmediato la engoló y ratificó su acuerdo con Andrés Manuel para que el mejor posicionado sea el candidato de las incontables izquierdas. Lo extraordinario del melodrama es que el mismísimo mesías tropical avala lo dicho por el del capital defeño.

El 19 de marzo elegirán dirigentes en el PRD. Los grupos de Jesús Ortega tienen el control. López Obrador tiene la fuerza, pero no parece dispuesto a ejercerla; se diría que espera la implosión que borre a los filisteos y un impulso incontenible que mueva a las multitudes a pedirle que las conduzca a la refundación de la República. El PAN está decidido a ofrecer a los electores la continuidad en la guerra, la indefinición infame en la política económica y la cerrazón en lo social. En el quinto año del sexenio lanza la piedra de los contratos incentivados, contratos de riesgo que violan la norma constitucional, denunció Rogelio Gasca Neri, consejero profesional de Pemex. El director, Juan José Suárez Coppel, ya los ofrece en aguas profundas. El sindicato todavía tiene varios consejeros, ¿qué dice Carlos Romero Deschamps?

Si esos son los adversarios, Humberto Moreira va a poder cumplir las habladas que echó en Querétaro: El PRI va a ganar las elecciones de este año en el estado de México, Nayarit, Coahuila y Michoacán, así como las municipales de Hidalgo. Y que se escuche bien desde ahora, el PRI va a ganar la Presidencia de la República en 2012.

Se oyen pasos. Miles en el Centro de Congresos y miles afuera. La fiesta renovada como pesadilla de los que predican un apocalíptico retorno del cesarismo. La estampida de los búfalos donde no hay cargada posible porque no hay índice presidencial que señale al candidato de la unanimidad. Pero llegaron de todo el país. Diecinueve gobernadores, diputados, senadores y ediles sin cuento cobijaron a Humberto Moreira y Cristina Díaz. Hay más afuera que adentro, dijo Moreira. Ahora a ver cómo le hace para que la unidad se traduzca en espacio para todos. Por lo pronto, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, juntos se dejaron ver.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks