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Recibe a los Yaquis de Obregón, campeones de la Serie del Caribe

Bola rápida de Calderón en Los Pinos
 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de febrero de 2011, p. 9

El presidente Felipe Calderón hizo ayer una inusual demostración de sus dotes de jinete y de beisbolista. Muy temprano bajó a caballo del alcázar de Chapultepec, tras conmemorar la Marcha de la Lealtad, escoltado por el jefe del Estado Mayor Presidencial, Jesús Castillo, quien cabalgó a su lado.

Con ello, el mandatario recordó la cabalgata que hizo el 9 de febrero de 1913 el presidente Francisco I. Madero, desde el pie del cerro de Chapultepec hasta la sede del gobierno.

De hecho, el secretario de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván, aludió a esa epopeya en su discurso, al recordar que a caballo y a pie, jóvenes militares escoltaron a Francisco I. Madero del Castillo de Chapultepec al Palacio Nacional.

Enfrente del enrejado del alcázar, el michoacano, quien portaba la banda presidencial, trepó a un caballo color café, y continuó la pendiente hasta llegar a la parte baja de Chapultepec. Ahí abordó el vehículo que lo condujo a la residencia de Los Pinos.

Detrás de él viajaron a bordo de una camioneta militar Hummer sus principales invitados: los presidentes del Senado de la República, el priísta Manlio Fabio Beltrones, y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, y el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Francisco Xavier Salazar.

Más tarde, el titular del Ejecutivo recibió en la casa presidencial a los integrantes del equipo Yaquis de Ciudad Obregón, campeones de la 52 Serie del Caribe de beisbol, que se disputó en Mayagüez, Puerto Rico, y que finalizó el pasado lunes.

El mandatario se había mostrado orgulloso de recibir a los campeones de la Serie del Caribe y deseó que vengan muchos triunfos más para México.

Agustín Murillo, tercera base del equipo campeón, leyó el discurso agradeciendo la invitación a la residencia oficial, diciendo: El rey de los deportes está vivo en México. Nuestro triunfo fue el sexto título para un equipo mexicano y primero para Yaquis. Nuestro objetivo fue ser los mejores y lo logramos.

Los visitantes le obsequiaron una pelota de beisbol autografiada por todo el equipo y le pidieron lanzar una bola al receptor Iker Franco. Entonces, el Presidente provocó risas al pedir con buen humor que tuvieran cuidado los camarógrafos y demás fotógrafos que tomaban sus placas, por si el lanzamiento le salía mal.

Después de reconocer que no soy muy bueno en el beisbol, se perfiló cual pitcher y lanzó la bola a toda velocidad.

Su esposa, Margarita Zavala, también hizo un lanzamiento a la manopla de Iker Franco, entre aplausos de los ahí presentes.