Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 30 de enero de 2011 Num: 830

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

La pasión de Carl Dreyer
Rodolfo Alonso

El caso Winestain
Edith Villanueva

Gaspar García Laviana sacerdote, guerrillero y poeta
Xabier F. Coronado

Hitler en un Macondo
Luis Pulido Ritter entrevista con Ana Tipa

Dos Hítleres, el documental

Ernesto Sábato: antes del fin, la resistencia
Antonio Valle

Mesura y desmesura
Vilma Fuentes

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles

Paso a Retirarme
Ana García Bergua

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

La Jornada Virtual
Naief Yehya

A Lápiz
Enrique López Aguilar

Artes Visuales
Germaine Gómez Haro

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Alonso Arreola
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¿Importa que la OFUNAM cumpla 75 años?

A mí sí me importa. ¿Le importa a sus directores y patronato? Ya veremos. ¿Sabía algo nuestro lector acerca de este aniversario? La noticia se dio en muchos medios, pero la propia dirección de música de la UNAM la debilitó mezclándola con el anuncio de sus conciertos de temporada. En fin. Desde hace semanas quería escribir sobre el asunto. Pensaba en la importancia, primero, de que cualquier orquesta del mundo cumpla siete y medio décadas de vida. Luego, en la relevancia de que fuera mexicana y, claro, parte de la Universidad Nacional. Empero, ya frente al teclado, la ambivalencia se apodera de las manos. Primero un párrafo de historia.

Se sabe que aunque comenzó a funcionar en 1929, la OFUNAM se fundó en el año ’36, cuando Lázaro Cárdenas gobernaba. Formada por maestros y estudiantes de la otrora Facultad de Música, originalmente se llamó Orquesta Sinfónica de la Universidad y tuvo sede en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. Sus primeros directores fueron José F. Vásquez y José Rocabruna. A inicio de los sesenta Icilio Bredo tuvo la dirección artística y se cambió al Auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras, en Ciudad Universitaria. Después llegó Eduardo Mata, quien se mantuvo por nueve años. Con él cambió de sinfónica a filarmónica, tal vez por la relación del primer término con la injerencia de los gobiernos más que de los melómanos. Héctor Quintanar fue nombrado director en 1975 y, un año después, la orquesta llegó finalmente a la Sala Nezahualcóyotl. A la lista de sus directores (musicales y artísticos) se suman, entre otros: Enrique Diemecke, Eduardo Diazmuñoz, Jorge Velazco, Jesús Medina, Ronald Zollman, Zuohuang Chen, Alun Francis, Rodrigo Macías y Moshe Atzmon. Ahora algunos  claroscuros.

Como decíamos, aplaudimos que una orquesta de calidad llegue a esta edad; que dé razón de ello y lo festeje con un primer programa (el del 15 y 16 de enero) con Satie, Saint-Saëns, Webern y Strauss. Aunque con un poco de creatividad y tomándose más en serio el tema, la convergencia de dicho programa y la celebración pudieron haber sido más justificados. Pero bueno, como dicen los del portal Clásica México (clasicamexico.com): se espera que la UNAM “tenga preparadas diversas actividades para conmemorar la fundación de una de las instituciones culturales más importantes de la universidad y de la Ciudad de México”. Se espera. A ver si sucede. Porque la verdad que somos desmemoriados. Aquí un ejemplo.

Revisando algunos de los libros de grandes especialistas de los últimos treinta años, aparece poco dedicado a la OFUNAM. En internet su biografía sin actualizar se reproduce con mermas una y otra vez. Su página, para no ir más lejos, es paupérrima en información, diseño y navegabilidad. Aparecen los iconos de podcast y webcast (radio y video en línea), pero ya adentro los buscadores no arrojan un solo resultado referente a la OFUNAM. Entendemos que hay transmisiones en radio y TV los fines de semana, pero eso no sirve mucho a melómanos potenciales del exterior. Lo mismo pasa con el canal de Youtube, en donde los pocos visitantes piden actualizaciones encarecidamente. Ya no se diga lo que sucede si entramos a Twitter para ver la cuenta de la orquesta (@Amigos_OFUNAM). ¡Únicamente tiene cincuenta y cinco seguidores! Vaya, un adolescente promedio tiene más. ¿Facebook? El botón no sirve, y si realizamos la búsqueda desde otro lado aparece un raquítico perfil con 799 lectores.

Sin afán malinchista y con la sola intención de recordar el mundo en que hoy vivimos, diremos que la Filarmónica de Berlín cuenta con una robusta y sobria página en internet, con cerca de 10 mil seguidores en Twitter, con un nutrido canal de Youtube y un registro de casi 150 mil personas en Facebook. Y aquí lo que da tristeza: todo eso no cuesta mucho dinero, sólo algo de tiempo e inteligencia. ¿Cuántas páginas, perfiles y canales digitales privados conoce el lector? Muchos de ellos son hechos por gente común, en su tiempo libre, por el puro placer de intercambiar información. Estamos seguros de que si realmente interesara a sus responsables, y si éstos entendieran un poco mejor la tecnología, la comunicación de la OFUNAM sería mejor y mucha más gente sabría y valoraría que este 2011 cumple setenta y cinco años de vida. De cualquier forma y sinceramente, felicidades. Ojalá que de verdad haya actividades específicas en torno a ello.