Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 7 de noviembre de 2010 Num: 818

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Donde la vista nos alcanza
RICARDO VENEGAS entrevista con RICARDO MARÍA GARIBAY

Carpentier, espacio y arte de birlibirloque
ORLANDO ORTIZ

El emigrante
LEANDRO ARELLANO

Tres encuentros con Tolstói

Estambul: el ojo de la abuela
LUIS RAMÍREZ TREJO

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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LOS CONFINES INDEFINIDOS DE LA LITERATURA INFANTIL

BARBARA BONARDI VALENTINOTTI


Dos personas,
Iwona Chmielewska (también ilustrador),
Océano, Travesía,
México, 2009.


El enemigo,
Davide Calí,
ilustrador, Serge Bloch,
SM,
España, 2008.

La literatura contemporánea para niños y jóvenes propone libros que ya no conocen fronteras culturales –si consideramos el elevado porcentaje de obras traducidas–, ni de edad, por su objetivo implícito de alcanzar públicos heterogéneos. El libro álbum, moderno libro con ilustraciones así llamado por los especialistas del sector, es el género de literatura infantil que más reúne entre sus adeptos a grandes y a pequeños. Su doble lenguaje de texto e imagen le permite ilimitadas variantes expresivas caracterizadas por prestarse a una lectura en capas, donde unos significados permanecen ocultos a los más jóvenes. En los estantes de las librerías se encuentran en el área infantil obras que merecen la atención de un adulto y alegran a los aficionados. Entre los títulos más recientes destacan dos libros que, por la calidad de sus ilustraciones y la intensidad de su texto, se dirigen a lectores de todas las edades. Dos personas nos brinda imágenes surrealistas y oníricas que acompañan un breve texto metafórico acerca de los diferentes tipos de vínculos entre hombres y mujeres. El libro empieza y termina con la lacónica constatación de que la convivencia entre dos personas puede hacer que la vida sea más fácil o más difícil. En medio desfilan ejemplos simbólicos de las dinámicas que rigen las relaciones amorosas: parejas que son como dos muros que sostienen el mismo techo sin llegar nunca a aproximarse, aun deseándolo; parejas inseparables como la vela de un barco y su mástil… Y no se olvida mencionar el poder creativo de las uniones que, mezclando dos colores distintos, dan vida a un tercer color, completamente nuevo, aunque haga confluir las características de ambos. Este libro, sensible y poético, traducción de una autora polaca publicada en Corea, da cuenta de la universalidad de los sentimientos.

El enemigo es un proyecto realizado en colaboración con Amnistía Internacional. Ilustraciones sobrias y esenciales crean un escenario de guerra donde dos enemigos están escondidos cada uno en su agujero. Desde el fondo de su refugio, un soldado experimenta hambre, frío, miedo y sentimiento de abandono. Su soledad frente a un cielo estrellado lo lleva a pensar en su enemigo, único culpable de la interminable guerra que lo tiene atrapado. El manual que le dieron al principio del conflicto es claro: el enemigo no es un ser humano, es una bestia que mata niños y mujeres. Su sorpresa será grande cuando, al alcanzar el escondite del enemigo, encontrará un manual idéntico al suyo. La ingenuidad de este soldado, que no se reconoce en un monstruo sanguinario, se puede interpretar como una denuncia de la absurdidad de las guerras de todas las épocas. Este libro ofrece una interesante reflexión sobre la “construcción del enemigo” y una conmovedora arenga poética en favor de la paz, que asombra por su capacidad de tocar cuerdas íntimas con pocas palabras y unos incisivos trazos negros. (Edad recomendada: desde los ocho años.)


UN GRAN POETA RUMANO EN ESPAÑOL

VICTOR IVANOVIC


La piedra habla (antología poética),
Lucian Blaga,
Selección y traducción de Omar Lara y Gabriela Capraroiu,
Visor de Poesía,
España, 2010.

La poesía de Lucian Blaga surge de la confluencia entre un vanguardismo moderado y un tradicionalismo transfigurado filosóficamente. Sus distintas etapas, igual que sus líneas estéticas e ideológicas, están correcta y equlibradamente ilustradas por la selección de Omar Lara y Gabriela Capraroiu, y de la cual, a mi criterio, no falta ningún poema significativo. Los mismos rasgos vienen además explicitados por el breve pero denso prólogo de Gabriela Capraroiu, donde la autora recoge los temas básicos de la vulgata crítica blagiana en una síntesis inteligente y accesible al lector hispano.

Eximido, pues, de la tarea de pasar revista a dichos tópicos, dedicaré mi nota al análisis de los problemas que plantea el lenguaje poético de Blaga y de cómo la presente versión ha sabido resolverlos.

A mi modo de ver, el reto principal que tuvieron que afrontar sus autores es un dilema insoslayable para cualquier traductor de poesía. ¿Cómo aproximarse al inasible punto de idóneo equilibrio entre el efecto de “apropiación” y el de “distanciamiento”? En otras palabras: ¿cómo lograr que el texto-meta resulte suficientemente familiar como para que su lector potencial pueda receptarlo sin trabas desalentadoras, y suficientemente ajeno como para que en él pueda catar el sabor de una cultura distinta de la propia y captar la unicidad de un timbre individual? Reputados como los más poéticos (y los menos transmisibles), los rasgos que oponen mayor resistencia a la traducción “apropiativa” se atribuyen al genio de la lengua de origen, de la cual el poeta hace, para colmo, un uso deformante (o, para recordar a Jakobson, ejerce sobre ella “violencia organizada”).

Un estereotipo no exento de cierta base real reza que, en el territorio literario rumano, el sensualismo lingüístico, el culto voluptuoso a la palabra, es privilegio del exuberante sur balcano-levantino (Valaquia) y, con otras coordinadas estilísticas, del este melancólico y sentimental (Moldavia). Para seguir desarrollando este mismo estereotipo “didáctico”, los medios y recursos expresivos de Transilvania resultan, por comparación, bastante menos efectistas. La tercera provincia histórica de Rumanía estuvo sujeta durante casi mil años al poderío extranjero, circunstancia histórica que, por otro lado, la hizo receptora de fuertes y fértiles influencias centroeuropeas, por intermedio de dos culturas dominantes tan ricas, complejas y poderosas como la húngara y la alemana. A resultas de ello el carácter transilvano, un tanto lento y falto de humor (según dicen), se adjudicó en cambio, gravedad y propensión a las inquietudes éticas y metafísicas. De tal crisol ha salido una literatura que a menudo merece el calificativo de profunda, toda vez que se muestra reacia al hedonismo estilístico sin cobertura existencial.

La genealogía cultural transilvana de Blaga se actualiza en una poesía que suele ser llamada “de ideas”. Dentro de este género próximo, su diferencia específica consiste en los contenidos que acarrea. Tratándose de un poeta filósofo (o filósofo poeta) en el mejor sentido de la palabra, el lector familiarizado con su original sistema ontognoseológico, axiológico y culturológico –el “racionalismo ex-tático”– podrá identificar sin mayor dificultad las intertextualidades que unen entre sí las dos grandes zonas de la obra blagiana. En etapas tempranas de la misma, ello reviste incluso el aspecto de paráfrasis, sintagmas, frases o giros sintácticos que fluyen libremente en ambos sentidos.

A despecho y pesar de cualquier pedantería, concluiré subrayando, con todo el énfasis del caso, que la versión blagiana de Omar Lara y Gabriela Capraroiu es la mejor que conozco hasta la fecha, tanto desde el punto de vista estético como desde el filológico. Gracias a sus esfuerzos, esmero e inspiración, un gran poeta rumano adquiere ciudadanía poética en castellano.