Sociedad y Justicia
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Sólo el Código Civil de Tabasco permite la fecundación in vitro hasta el alumbramiento

Debe remunerarse y regularse la gestación subrogada, opinan

Cerca de 35% de las parejas mexicanas tienen problemas de infertilidad: Reprogyn

 
Periódico La Jornada
Martes 19 de octubre de 2010, p. 40

Para ser madre, no siempre hay que pasar por el parto. Eso lo sabe bien Marcela Morell, ya que el 6 de julio asistió al quirófano para ver nacer a su hijo Bruno... quien fue dado a luz por otra mujer.

Un desgarre interno que sufrió durante su segundo parto la incapacitó para tener hijos, pero no la hizo renunciar al deseo de ampliar su familia.

Luego de buscar durante un tiempo, encontró a la persona indicada para pedirle su vientre en alquiler a cambio de una remuneración en un mutuo favor.

En entrevista con La Jornada, Marcela contó su experiencia de subrogar un útero, actividad a la que recurren cientos de parejas en México con problemas de infertilidad, y que está por discutirse en el Senado de la República, en el marco de un proyecto de Ley de Reproducción Asistida.

Aunque ella y su esposo viven en Quintana Roo, todo el proceso de fecundación in vitro (FIV) y alumbramiento tuvo lugar en Tabasco, ya que es la única entidad del país que ha reglamentado esta práctica.

La pareja acordó dar 150 mil pesos a la mujer que accedió a llevar en su útero el óvulo fecundado de ambos cónyuges, quienes además cubrieron todos los gastos médicos que implicó la operación, de unos 90 mil pesos en total.

Luego de nueve agotadores meses de espera, no te puedes imaginar la felicidad enorme de tener a Bruno con nosotros y que ya no esté la mamá gestante, y no por problemas con ella, sino porque en la recta final la ansiedad me ganaba y ya quería tener a mi hijo, recuerda.

Una semana después del parto, la madre sustituta recibió el alta médica y regresó a su lugar de origen, al tiempo que Marcela y su marido recibían el certificado de nacimiento a su nombre, como permite el artículo 92 del Código Civil de Tabasco.

A raíz de esta experiencia, Marcela tiene el objetivo de iniciar una fundación de ayuda a las parejas con problemas de infertilidad, para asesorarlas en caso de que opten por la subrogación de vientres.

Caro, pero no imposible

Uno de los médicos que apoyaron a Marcela para tener a su segundo hijo fue Raúl Cabra Zurita, especialista del Centro de Cirugía Reproductiva y Ginecología (Reprogyn), de la ciudad de Villahermosa, Tabasco.

En entrevista, el gineco-obstetra explicó que la principal causa de los problemas de fertilidad en la mujer es la postergación del inicio de sus actividades reproductivas, ya que en décadas anteriores el primer embarazo ocurría entre los 20 y los 22 años de edad, mientras en la actualidad suele darse entre los 33 y los 35.

Otros factores que perjudican la capacidad de embarazo son el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, así como diversos padecimientos de carácter sexual, entre ellos la clamidia y la endometriosis, así como el daño espermático en el caso de los hombres.

En promedio, entre 30 y 35 por ciento de las parejas mexicanas tiene problemas de infertilidad, y en el Reprogyn se atienden 150 personas al mes. Algunas pueden resolver su caso con medicamentos, pero muchas otras deben optar por la inseminación intrauterina y el alquiler de vientres, que en promedio tiene 42 por ciento de efectividad.

Aunque la FIV no es un proceso barato –cuesta alrededor de 110 mil pesos–, tampoco es algo que sólo puedan alcanzar las elites, afirmó Cabra.

El útero subrogado no es una industria en la cual la gente se llena de dinero, aunque siempre existen grupos que ven la oportunidad de hacer negocio. La molestia de llevar el embarazo debe ser remunerada, pero sin que se vuelva un estilo de vida, lo cual es difícil de regular, pero tampoco imposible, subrayó el especialista.