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Nobel de la Paz 2010
Premian al chino Liu Xiaobo por su larga lucha en favor de los derechos humanos

El laureado purga pena de prisión, acusado de tentativa de subversión

Barack Obama, galardonado en 2009, exige la liberación del disidente

Europa saluda la decisión tomada en Oslo; evade criticar al país asiático

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Liu Xia, esposa del disidente chino galardonado, sostiene una foto de éste durante una protesta en Pekín, el domingo pasadoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 9 de octubre de 2010, p. 2

Oslo, 8 de octubre. El disidente chino Liu Xiaobo, quien desde diciembre pasado purga una condena de 11 años de prisión por subversión, fue galardonado hoy con el Premio Nobel de la Paz 2010 por su larga lucha no violenta por los derechos humanos. De inmediato, Estados Unidos, Francia, Alemania y el Dalai Lama, entre otros, renovaron sus demandas de que sea liberado el activista, quien cobró relevancia internacional al erigirse como líder de las protestas estudiantiles en la plaza Tiananmen, en junio de 1989.

El presidente del comité noruego, Thorbjorn Jagland, explicó que Liu, de 54 años, cuyo nombre ya sonaba entre los favoritos, fue premiado por su larga lucha no violenta por los derechos humanos centrales.

Jagland subrayó que Liu, profesor universitario y periodista, fue condenado a 11 años de prisión por haber difundido sus opiniones políticas. Oficialmente, el gobierno chino afirma que el disidente fue sentenciado por sus actividades encaminadas a socavar el poder del Estado.

El Comité Nobel aseveró que en China los derechos de libertad siguen claramente restringidos. Exigió a Pekín que las reformas económicas tengan por fin también consecuencias políticas.

Jagland confirmó que el gobierno de Pekín presionó al Comité Nobel para que no concediera el premio a Liu Xiaobo o a otro disidente chino. Nosotros somos totalmente independientes en nuestras decisiones, agregó.

Tenemos que hablar cuando otros no pueden, dijo Jaglan a Reuters. Mientras China se levanta, debemos tener el derecho a criticar, añadió.

Liu, de 54 años, casado y sin hijos, fue detenido por primera vez tras la represión del movimiento estudiantil de la plaza Tiananmen, ubicada en Pekín. Pasó año y medio tras las rejas, sin sentencia.

Fue detenido luego en varias ocasiones, la última a finales de 2008 por haber impulsado la Carta 08, una petición que abogaba por reformas políticas en el régimen comunista chino.

El juicio en su contra tuvo lugar en diciembre de 2009. El disidente fue condenado a 11 años de cárcel, por tentativa de subversión del poder del Estado.

Es la primera vez que un chino residente en China (salvo Hong Kong) recibe un Nobel, en cualquiera de las categorías.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, mostró cautela al comentar sobre la concesión del Nobel al disidente chino. Describió la distinción como reconocimiento del creciente consenso internacional para el fortalecimiento de los derechos humanos y su cultura en todo el mundo. No dio más detalles sobre Liu ni lo felicitó.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ganó el premio el año pasado, saludó la distinción y llamó al gobierno chino a liberar al disidente.

Francia, Alemania y la Unión Europea felicitaron por separado a Liu, al decir que presionaron a favor de su liberación, pero evitaron criticar directamente a China.

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, saludó desde Ginebra el reconocimiento de un defensor mayor de los derechos humanos.

Reforzar presión internacional

Amnistía Internacional llamó a reforzar la presión para que Liu y los numerosos presos políticos chinos sean liberados.

El Dalai Lama, también galardonado con Nobel de la Paz (1989), se unió al coro de voces que pidieron la liberación de Liu.

El premio Nobel de Literatura 2010, el peruano español Mario Vargas Llosa, consideró que el galardón otorgado a Liu Xiaobo es un homenaje a todos los disidentes chinos y a todos los chinos que quieren que el crecimiento y el progreso en China sea no sólo económico, sino político.

Otro premio Nobel, el ex presidente polaco Lech Walesa, declaró que el reconocimiento a Liu es un desafío para China, mientras el ex mandatario checo Vaclav Havel dijo que se trata de un homenaje a un ciudadano comprometido.