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Uniformados realizaban un práctica cerca de las aulas

Intoxica a 50 niños de Morelos gas lacrimógeno de la policía

Los menores padecieron mareo, vómito y hasta crisis nerviosas

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Alumnos de la primaria Estanislao Rojas son atendidos por elementos de rescate y urgencias médicas tras resultar afectados por el gas lacrimógenoFoto Rubicela Morelos Cruz
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 8 de octubre de 2010, p. 36

Cuernavaca, Mor., 7 de octubre. Unos 50 niños resultaron intoxicados con gas lacrimógeno, usado en una práctica por elementos del Instituto de Evaluación, Formación y Profesionalización del Consejo Estatal de Seguridad Pública.

Según niños y padres de familia, a las 10:45 horas de este jueves se percibió en el plantel un olor extraño, que al cabo de unos minutos se volvió insoportable. A los alumnos comenzaron a arderles los ojos, luego comenzaron a lagrimear; pensamos que era algo pasajero, pero cada vez era más fuerte; optamos por sacar a los niños de los salones y pedir apoyo a la dirección de Protección Civil Estatal, y al Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, afirmó María Dolores Durán Herrera, profesora de tercer grado.

El director de Protección Civil Estatal, Basiliso Miranda Román, aceptó que el incidente fue resultado de una bomba de humo utilizada en una práctica por policías.

Raquel Solano, directora de Protección Civil municipal, confirmó que hubo unos 50 niños intoxicados, a quienes atendieron elementos del mismo organismo y del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas local.

Agregó que los menores padecieron mareos, dolor de cabeza, vómito, lagrimeo y crisis nerviosa. Un niño sangró por la nariz y fue trasladado a la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Los alumnos de la primaria Estanislao Rojas toman clases en oficinas administrativas del Instituto de Educación Básica desde hace cuatro años, pues su escuela se dañó por las lluvias en 2005. El inmueble donde se imparten lecciones a los niños es aledaño al Colegio Estatal de Seguridad Pública, en la colonia Acapanzingo, al sur de esta capital.

Exigimos que nos reubiquen; estar aquí no es sano para los niños, nos dijeron que era un tiempo y ya llevamos cuatro años. Se escuchan acá disparos, gritos y todo los que hacen los policías, dijo la maestra Durán Herrera.