Opinión
Ver día anteriorLunes 4 de octubre de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro Lado

Una prohibición menos

E

n estos días de disputas económicas, sociales y electorales, suena a contracorriente de la ola conservadora en Estados Unidos que en California una creciente mayoría estima pertinente permitir el consumo recreativo de mariguana a mayores de 21 años. Se acabaría así una prohibición que ha traído más problemas que beneficios. El 2 de noviembre se pondrá a consideración de los californianos una propuesta para legalizar la mariguana, no sólo con fines medicinales, como hasta ahora, sino recreativos.

Cuarenta y nueve por ciento de los californianos considera necesario aprobar la propuesta que permitiría cambiar la legislación, mientras 42 por ciento se opone. Entre quienes favorecen el cambio, hay miembros de cuerpos policiacos y jueces, quienes han dicho que permitir, controlar y gravar la venta y el consumo es cuestión de sentido común. Según dijeron, esto permitiría a la policía centrarse en los crímenes violentos sin distraer su trabajo en la aprehensión de personas ligadas a la mariguana, cuya gran mayoría no son criminales.

Las encuestas demuestran un cambio de opinión radical. En 1969, 13 por ciento de los adultos pedía legalizar la mariguana; hoy, llegan a 49 por ciento. De acuerdo con el Instituto de Estudios Políticos de California, de entre quienes favorecen su legalización, 60 por ciento son jóvenes, que, si deciden acudir a las urnas, hay alta probabilidad de que California sea el primer estado en legalizar la venta para consumo recreativo de mariguana en Estados Unidos.

Entre los principales incentivos para aprobar la propuesta son los millones de dólares que se recaudarían como resultado de los impuestos a quienes la producen, venden y consumen, lo que atenuaría los 20 mil millones de dólares de déficit fiscal que abruman las finanzas del estado. Otro beneficio sería reducir el gasto por encarcelar a miles de personas por delitos relacionados con la mariguana, y la disminución de la criminalidad que propicia su tráfico.

Quienes pugnan por acabar la prohibición argumentan que no todos los estadunidenses se volvieron alcohólicos cuando se levantó la prohibición en los años 30, pero sí terminaron las matanzas entre pandillas en su afán por controlar la venta. Si en California los votantes aprueban venta y consumo de mariguana será interesante ver la reacción de México, cuando, como resultado de la vecindad, se convierta en necesidad instrumentar medidas similares.