Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 26 de septiembre de 2010 Num: 812

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Pedro Infante y el revolucionario romántico
MIRIAM JIMÉNEZ

Los dioses de Berlín Alexanderplatz
LOREL HERNÁNDEZ

La visita cariñosa de la Patria
ALEJANDRO ARTEAGA

La literatura del narcotráfico
ORLANDO ORTIZ

Los papeles del narco
JORGE MOCH

El Museo del Gordo y el Flaco
RICARDO BADA

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Columnas:
Galería
ADRIANA DEL MORAL

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

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Rastreando las semillas del mal (II Y ÚLTIMA)

CONSECUENCIAS TÓXICAS

Los alemanes no fueron los únicos en emplear armas químicas durante la primera guerra mundial. Una vez que los teutones encontraron un recurso legaloide para usarlas, los aliados no tardaron en hacer lo mismo: estaba prohibido por la Convención de la Haya disparar proyectiles rellenos de gas tóxico, mas no estaba prohibido soltar gases para que se los llevara el viento hacia posiciones enemigas. Toda guerra es por definición inmoral y todo cuento de hombría, valor y sacrificio en la guerra tiene una contraparte de crueldad, abuso, irracionalidad y cobardía. Pero si algo es claro es que al emplear métodos de asesinato indirectos y con efectos que no discriminan a las víctimas se producen consecuencias inesperadas: el 13 de octubre de 1918, el cabo Adolfo Hitler fue víctima de un ataque con gas mostaza británico no muy lejos de Ypres. Fue en un hospital en Pomerania, donde supo que su país había capitulado. Peter Sloterdijk escribe que durante el resto de su vida Hitler conservó rastros del trauma nervioso provocado por el gas, y que fue durante una recaída cuando decidió convertirse en político. Más importante aún: “Le dio un entendimiento idiosincrásico del gas en su concepto personal de la guerra… y en su idea de la práctica del genocidio”, dice Sloterdijk.

CICLÓN TÓXICO

Durante la década de los veinte, Walter Heerdt, Bruno Tesch y Gerhard Peters, científicos adscritos al Instituto Kaiser Wilhelm para la química, física y electroquímica, que dirigía Haber, desarrollaron el tristemente célebre gas Zyklon b, un pesticida a base de cianuro que fue usado en muchas partes del mundo, incluso como desinfectante de la ropa de los inmigrantes mexicanos a eu a finales de los años veinte. De acuerdo con Dietrich Stoltzenberg, el biógrafo de Haber, oficiales de la recién creada ss le exigieron entregar gas Zyklon sin el aditivo irritante que se le añadía para prevenir de su presencia, con la finalidad de usarlo para ejecutar criminales, enfermos terminales y deficientes mentales. La triste fama del Zyklon se debe a que jugó un papel espeluznante como herramienta de exterminio en los campos de concentración nazis de Auschwitz-Birkenau, Majdanek y Sachsenhausen, entre otros. Al término de la guerra Tesch y Karl Weinbacher, uno de los directores de la empresa Testa que manufacturaba este gas, fueron juzgados y ejecutados por cometer crímenes contra la humanidad. Haber escapó a esta suerte.

PATRIOTISMO TÓXICO

Cuando la academia de ciencias prusa decidió condenar a Einstein por criticar al gobierno nazi, Haber no sólo no protestó sino que aplaudió al Reich. A pesar de que el laboratorio de Haber fue desmantelado tras la derrota en la guerra y se dedicó a otros asuntos, siguió asesorando al gobierno alemán en materia bélica hasta que, en 1933, sugirió al joven régimen nazi volver a emplear gases letales. Antes de que esta opción fuera considerada se dio la orden del despido de todos los empleados públicos judíos, con lo que Haber perdió su puesto, debido a que nació en el seno de una familia judía jasídica. De nada sirvió que se hubiera convertido al cristianismo para poder estudiar una carrera universitaria. Haber tuvo que abandonar Alemania, emigró a Inglaterra y más tarde decidió ir a Palestina; sin embargo, en el camino murió en Basilea en 1934, a los sesenta y cinco años.

DEL MUFTI DE HITLER AL QUÍMICO JASÍDICO DE HITLER


Bombardeo químico

Si se trata de lanzar conjeturas acerca de las posibles influencias que llevaron a Hitler a transformarse en un genocida, no hay duda que Haber jugó un papel en su transformación. Si bien el Tercer Reich no empleó las armas creadas por Haber en combate, las empleó para llevar a cabo el genocidio de judíos, gitanos, comunistas, homosexuales y demás indeseables del régimen. Muchos familiares, amigos y conocidos de Haber murieron en el Holocausto. El mufti de Jerusalén, Mohammed Amin al-Husseini, instigó a la población árabe para que atacara a los judíos en Palestina. Originalmente sus arengas se dirigían contra los judíos europeos recién llegados, a los que veía como una amenaza para la creación de una nación árabe viable en Palestina; sin embargo, sus ataques tenían un matiz xenófobo incendiario. No intentó hacer que sus compatriotas reflexionaran en torno a la naturaleza del Estado que debían crear y lo que representaba la presencia extranjera, sino que trató de despertar la paranoia nacionalista y los más bajos impulsos racistas. Una táctica común a todos los demagogos. La retórica de Al Husseini es sin duda tóxica y repugnante, pero creer que sus palabras influenciaron de manera profunda y permanente al mundo árabe es ingenuo y demuestra una gran ignorancia de la complejidad de las corrientes políticas e ideológicas en el mundo árabe. En cambio, el legado tóxico de Haber es una realidad que puede leerse en los epitafios de millones de seres humanos.