En demanda de que se frene la construcción de un tiradero de desechos biológico-infecciosos en Jilotzingo, estado de México, integrantes de la agrupación Alianza del Valle anunciaron que marcharán hoy al palacio de gobierno, en Toluca.

En conferencia de prensa, Antonio Lara, vocero de la organización, precisó que el confinamiento, proyecto de la trasnacional chilena Confinam, contaminaría el agua de los municipios de Atizapán, Tlalnepantla, Nicolás Romero, Naucalpan y Jilotzingo.

Añadió que hace dos años la obra se detuvo, pero ahora la empresa busca obtener autorización para el cambio de uso de suelo, lo cual le permitiría tirar allí desperdicios biológicos y desechos de hospitales y laboratorios, lo que contaminaría los mantos freáticos y provocaría un daño ambiental irreversible y afectaciones a la salud de los habitantes de la zona.

Lara comentó que la agrupación demanda regularizar el terreno denominado Guadalupe, ubicado en Nicolás Romero, y agregó: La inmobiliaria Jipau ha recibido resoluciones judiciales favorables porque su dueño es cercano al gobernador Enrique Peña Nieto.

Aseguró que la empresa no procesa los desechos biológico-infecciosos antes de confinarlos, lo que implica el riesgo de filtración de sustancias tóxicas.

Temen que obtenga permiso de autoridades

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) ha señalado que se prevé construir el confinamiento sobre el acuífero Cuautitlán-Pachuca, entre los estados de México e Hidalgo, lo que afectaría a medio millón de residentes de Naucalpan, Tlanepantla, Isidro Fabela, Jilotzingo y Atizapán de Zaragoza, quienes reciben agua de la presa Madín.

Lara narró que en 2008 la empresa comenzó a llevar desperdicios a Jilotzingo, pero las protestas de los vecinos la obligaron a dejar de hacerlo. Advirtió que si las autoridades municipales y del estado de México permiten el cambio de uso de suelo empezará a operar de nuevo.