Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 11 de julio de 2010 Num: 801

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

El águila y el escorpión
AUGUSTO ISLA

Dos estampas
MAURICIO QUINTERO

De princesas promiscuas
y malhabladas

ADRIANA DEL MORAL

Un intercambio con
Alejandro Aura

JULIO TRUJILLO

“Vivir no fue cumplir un requisito”
EDUARDO VÁZQUEZ MARTÍN

Kapuscinski con un fusil
al hombro

MACIEK WISNIEWSKI

Agua estancada déjala correr
RAÚL OLVERA MIJARES entrevista con MARYSOLE WÖNER BAZ

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Alonso Arreola
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De himnos mundialistas

Hoy termina el Mundial de futbol. Finalmente, tras sesenta y cuatro partidos y un mes de fiebre durante los cuales se vieron minimizados tantos asuntos de nuestra violenta agenda nacional, dos equipos bailarán sobre la cancha de Johannesburgo para levantar la Copa. Ello nos permite –casi nos obliga– a señalar una polémica de meses que, maquiavélicamente, fue reducida a cenizas por la mafia de la Federación Internacional de Futbol a cargo de Joseph Blatter. No nos referimos al horror instaurado por el balón Jabulani ni a los terribles errores arbitrales. Hablamos del himno “Waka Waka (Esto es África)” que en voz de Shakira fue utilizado día y noche por Televisa y que, claramente, no logró aceptación alrededor del mundo por varias razones.

La primera es que, increíblemente, no se haya comisionado a un artista africano cuando la maestría y aceptación internacional de sus creaciones está más que probada. La segunda, la más grave, es que su autoría haya sido firmada por la cantante colombiana sin señalar que el texto de su coro y su melodía principal son de origen tradicional, lo que ha sido ampliamente probado por millones de indignados usuarios de Youtube. (Ambicioso “descuido” cuyo impacto mediremos a largo plazo.) Una razón más fue su patética convivencia con otro “himno” llamado “Waving Flag” e interpretado por el productor y compositor somalí K’Naan. Emblema de la campaña mundialista del más famoso refresco de cola, incluso compartió créditos con el de Shakira durante el concierto inaugural de la Copa. Sin embargo y pese al mucho talento de K’Naan como músico y letrista, tampoco reflejó la riqueza del espíritu africano, de sus ritmos y cantos milenarios. Claro, el tema no es nada nuevo.


Shakira

Haciendo memoria, los himnos para la máxima justa futbolera de los últimos treinta años han sido dominados por intérpretes y autores no relacionados con la cultura del país anfitrión, salvo contadas excepciones. Respondiendo más a los intereses y criterios de marcas patrocinadoras y apostando por la globalización, la mayoría ha explotado los clichés del género pop, olvidando que la música de cada sede debería imponerse para dar contexto y sentido a su designación. Como decíamos, empero, no todos fueron así. Ejemplo es el tema “El mundial” de España ‘82 que, con Plácido Domingo, reflejó el duende ibérico. Caso contrario al muy desafortunado objeto sonoro de México ‘86, “El mundo unido por un balón”, cuya ingenuidad y espantosa lírica nos dejaron a nivel de cancha. Por su lado, Italia ’90 nos dio “Un estate italiana” con Edoardo Bennato y Gianna Nannini, para dar paso a otros mucho más descafeinados y sosos como “Gloryland” de Estados Unidos ‘94, a cargo de Daryl Hall; “La copa de la vida” de Ricky Martin para Francia ‘98; “Boom” de Anastacia para Corea / Japón 2002 y “Time of Our Lifes” de Il Divo y Toni Braxton para Alemania 2006.

Cabe decir a nuestro pambolero lector dominical que entendemos el fin de un himno mundialista, y que no deseamos géneros progresivos, experimentales o muy rockeros, que comprendemos la necesidad de un tema sencillo, pegador y ligero; sin embargo, todo tiene niveles y, la verdad sea dicha, vamos de mal en peor. ¿Reflejo de lo que sucede sobre el césped? Sí, pues los pocos goles, la actitud de divas de tantos jugadores, los cotos de poder de los dirigentes futboleros y la primacía de los negocios extra cancha han terminado por ensuciar un juego lleno de magia y posibilidades ecuménicas.

Recordemos que himno viene del griego hymnos y que originalmente se trató de una composición coral dedicada a dioses, santos y héroes para luego narrar victorias o sucesos memorables de una colectividad, una región, un pueblo o una nación que, básicamente, buscaba unir a quienes la interpretaban. O sea, justo lo contrario a lo sucedido con el “Waka Waka”. Así las cosas, ¿qué pasará en Brasil 2014? Estamos totalmente convencidos de que los sudamericanos sabrán dejar su impronta en la partitura de la pieza que los represente, impidiendo que se les imponga a un cantante foráneo por más famoso y conveniente que parezca. Expertos en lograr universalidad a partir de su propio repertorio, los brasileños ofrecerán al mundo un tema representativo de la samba, el bossa, el choro o el carnaval a manos de algún avezado compositor cuya autoridad, notoriedad o talento sea localmente incuestionable. Ello hará que el jogo bonito renazca, para empezar, en los oídos. ¿Ideas? Se nos ocurre que alguien experimentado como Tom Zé o Lenine produzcan a alguien joven como Céu Vagarosa. Ojalá.