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El virtual gobernador electo de Sinaloa ofrece apostar a deporte, educación, cultura y arte

La violencia, porque los hogares mandan materia prima chatarra a la calle: Malova

Rechaza negociar con el crimen organizado

Promete combatir corrupción y burocratismo

Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 10 de julio de 2010, p. 9

Culiacán, Sin., 9 de julio. Enfrentados a la disyuntiva de votar por la oferta tradicional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) o por un disidente y carismático ex priísta, los ciudadanos sinaloenses optaron por este último.

Hicieron ganador a Mario López Valdez, Malova, quien se ha colgado como estandarte la decisión de enfrentar la violencia producto del narcotráfico que es, sin duda, el principal problema de seguridad pública en la entidad. ¡No habrá negociación! La ley no me dice que yo me tengo que sentar con alguien que es nocivo para la sociedad.

Dios me quiere

A horas de recibir el acta de mayoría que lo convertirá en gobernador electo, Malova se asume en la nueva circunstancia: soy un suertudo; Dios me quiere mucho y los sinaloenses también, pero no tengo ningún derecho a fallar en mis compromisos con la sociedad. Y por eso no distraeré mi tiempo, mis recursos económicos, humanos ni políticos. No me enredaré. No traeré ambiciones de ser líder de ningún partido a nivel nacional, ni de ser candidato a la Presidencia de la República, ni de dejar sucesor en el gobierno de Sinaloa.

–Usted comenzó en la política tarde: ¿esto lo deslinda con mayor facilidad de los partidos?

–Llegué viejo a la política. El pueblo está cansado de la partidocracia. El pueblo quiere democracia. Y hay un dilema: o quedas bien con los partidos o quedas bien con el pueblo. ¡Y yo voy a quedar bien con el pueblo! Soy hijo del pueblo, soy un candidato del pueblo y a él le debo la gubernatura. Fui candidato ciudadano, ésa fue mi condición. Tengo pensado no afiliarme a ningún partido.

–¿Está decepcionado de las ideologías?

–No. Las respeto. Y debo decir que si yo respetaba a la oposición, hoy la admiro, porque viví en carne propia las cosas que se enfrentan desde la oposición. Pero creo que todos (los partidos que lo postularon) deben respetarme. No quiero anteponer los intereses de los partidos y los grupos a aquellos con los que estoy comprometido y agradecido: los de mi pueblo.

–¿Es usted parte de la herencia del ex gobernador Juan S. Millán en la política en Sinaloa?

–Soy un hombre claro, derecho, de los que dicen que no hay quien se pierda en un camino recto. No niego a mis amigos, a mi familia, a mis compadres ni a mis aliados. Y no voy a negar a Juan Millán. Él ya tuvo su tiempo cuando fue gobernador. Yo fui alcalde y no movió un solo dedo para interferir en mi mandato, y ahora no moverá absolutamente nada para interferir en mi gobierno.

–¿Quiere decir esto que no se supeditará a nadie?

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Mario López Valdez visitó el mercado de abastos de Culiacán, SinaloaFoto Notimex

–Tendré que desenraizar viejos vicios y tabúes. Voy a romper paradigmas.

–¿Se agotó el modelo caciquil de hacer política en Sinaloa? ¿Cómo creer en sus promesas?

–Reconozco que hay mucha razón en ese planteamiento. No digo que será por un acto de magia como se logrará. Claro, costará mucho trabajo, recibiré muchos golpes y correré riesgos. Pero así como no fue fácil ganar, aprovecharemos (ese impulso) para empujar grandes cambios. Tenga fe.

–Sinaloa vive frecuentes actos de violencia por la presencia del crimen organizado...

–La mayoría no estamos de acuerdo con ese estigma, con esa etiqueta que se nos pone a los sinaloenses. Cambiaremos esa imagen con policías, con armas, con chalecos, con balas, con cárceles. Construiremos la obra que normalmente los políticos no levantan: la humana. Los políticos quieren construir obra material porque creen que la ciudadanía tiene memoria de concreto, pero no es así.

“A la sociedad le diremos: ‘a ver, tú estás incómodo y molesto por lo que ocurre afuera de tu casa, en la calle, gente que amanece con la cabeza cortada, otros a los que descuartizan y meten a una hielera; o los que aparecen colgados en puentes. Son desfiguros que te asustan, pero, ¿eso lo está produciendo el gobierno? ¿De dónde está saliendo? ¡De nuestros hogares! Entonces, cuando mandas materia prima chatarra a la calle, ¿qué vas a encontrar como resultado final? ¡Pues un engendro!’

Por eso tengo que ver el modelo educativo. No permitiré que nuestros jóvenes estén fuera de las aulas. Le apostaré mucho al deporte. Somos el segundo estado más obeso del país. Y, bueno, un gordo se enferma; y el presupuesto del estado tenemos que destinarlo para esa gente en lugar de ir hacia quienes son productivos. Vamos a apostar por el arte y la cultura y no seremos una traba para el capital. (Terminaremos) con el burocratismo y la corrupción que existe para poder formar empresas en Sinaloa. No engañaré a nadie.

–El poder político ha servido muchas veces para enriquecerse y envilecerse. ¿Qué piensa hacer con sus empresas?

–Estoy pensando seriamente en venderlas. Cuando fui alcalde tenía una constructora y la cerré para no tener tentaciones. Pienso seriamente vender las Malovas para no distraerme y no tener tentaciones.

–Si el brazo del narcotráfico se le acerca, ¿qué hará?

–Desde ahora le digo: no habrá negociación. Cuando yo los agarre y que la hayan perdido, tendrán que cumplir con lo que la ley marca. No me prestaré a ningún juego de negociación con la gente que está fuera de la ley.