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La naranja mecánica se quedó cerca del título en Alemania 1974 y Argentina 1978

Holanda, en su tercera final tras superar a la garra celeste

Misiles de Van Bronckhorst y Forlán abrieron los candados defensivos

Luego de los goles de Sneijder y Robben, Uruguay metió presión en los últimos minutos con tanto de Pereira

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Wesley Sneijder anota el 2-1 pese a la marca de Maximiliano PereiraFoto Reuters
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El capitán de Uruguay, Diego Forlán, tira para el 1-1 parcialFoto Reuters
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Arjen Robben (11) remata con la cabeza para el 3-1Foto Reuters
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Giovanni van Bronckhorst inauguró el marcadorFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de julio de 2010, p. 2

Ciudad del Cabo, 6 de julio. La selección de Holanda volvió a ubicarse en la final de un Mundial por tercera vez en su historia, al derribar 3-2 este martes, con mortíferas estocadas, la heroica resistencia de Uruguay, que luchó con alma y vida en el estadio Green Point de esta ciudad.

El domingo, en el Soccer City de Johannesburgo, Holanda se medirá con el ganador de la semifinal que disputarán este miércoles España y Alemania. Los naranjas nunca han sido campeones mundiales, ya que perdieron las finales de Alemania 1974 y Argentina 1978, por lo que 32 años después buscarán que la tercera sea la vencida. Los uruguayos, por su parte, pelearán por el tercer puesto el sábado, con el otro derrotado en las semifinales.

En un partido cerrado por los candados defensivos y la lucha feroz mano a mano por el control de la pelota, sólo con misiles teledirigidos se podía romper el equilibrio y así fue.

El zurdazo formidable del capitán Giovanni van Bronckhorst sacudió el partido al minuto 18. El veterano lateral del Ajax rompió el cero y el aburrimiento con su disparo desde unos 30 metros. El portero Fernando Muslera, algo adelantado, no llegó al balón, que dio en la parte interna del poste izquierdo y se metió. Golazo y 1-0.

La Holanda de Van Markwijk volvía a revelarse pragmática como contra Brasil en cuartos de final.

Pero fiel a su historia, Uruguay no se entregó ni mucho menos. El hoy capitán Diego Forlán –ante la ausencia del lesionado Diego Lugano– con otro zurdazo puso tablas pocos antes del final (41) del primer tiempo. El jugador del Atlético de Madrid recibió la pelota cerca del círculo central y se movió hasta encontrar el hueco que buscaba: su tiro, potente pero al medio del arco, venció la pobre resistencia del portero Maarten Stekelenburg.

La chapa del 1-1 lucía justa en un primer tiempo en que el futbol estuvo ausente y Holanda, en virtud de su mayor bagaje técnico, quedó más en deuda que su rival. De los astros Wesley Sneijder y Arjen Robben, hasta entonces, poco y nada, mérito también del medio campo repleto de jugadores de recuperación dispuesto por el técnico Óscar Tabárez.

Hubo silbidos antes del intervalo, y al volver Van Markwijk movió la banca, mandando a la cancha al volante Rafael van der Vaart con la intención de renovar las baterías de la usina futbolística de los naranjas.

Uruguay se adelantó unos metros en el terreno, convencido de que hoy podía volver a hacer historia y de que la última línea rival no ofrecía grandes garantías. Van Bronckhorst de cabeza salvó un remate de Álvaro Pereira cuando el arco estaba desguarnecido.

A los 66, el arquero holandés voló para desviar un tiro libre con destino de gol de Forlán, y dos minutos después Holanda respondió con un disparo de Van der Vaart, despejado en gran forma por Muslera. El rebote cayó en los botines de Robben, quien remató muy alto.

Al minuto 70, otra vez llegó un gol de Sneijder con carambola: su remate se desvió en el pie de Robin van Persie y dejó sin efecto la estirada de Muslera. Esta vez Uruguay no tuvo tiempo para componerse: al 73, centró desde la izquierda Kuyt y un cabezazo perfecto de Robben puso el 3-1.

Tabárez ordenó la entrada del Loco Abreu por Álvaro Pereira y luego sacó a Forlán, sustituido por Sebastián Fernández. Uruguay le puso dramatismo al final con el tanto de Maximiliano Pereira en el segundo minuto del tiempo añadido, cuando ya la naranja mecánica creía que había bajado la persiana.

Un minuto más tarde el pitazo del árbitro Irmatov desató el jolgorio holandés y sumió a los celestes en la decepción, ya que esta vez la aclamada garra charrúa no alcanzó.

El arribo de Holanda –que marcha con todos los partidos ganados– a la final provocó un problema para la FIFA, que buscó con urgencia un hotel para la selección, ya que no hicieron previsiones para una etapa tan avanzada del torneo. La Asociación Holandesa de Futbol sólo realizó reservaciones en el hotel Sandton Hilton en Johannesburgo hasta el 5 de julio, y su sede en Sudáfrica ahora está completamente ocupada.