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Van 44 muertos por la tragedia; Alagoas y Pernambuco, desolados

Ofrece la OEA cualquier tipo de ayuda a Brasil por las inundaciones
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Efectivos de la fuerza aérea de Brasil y residentes llevan víveres desde Santana do Mundau hacia el estado de AlagoasFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de junio de 2010, p. 29

Brasilia, 23 de junio. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ofreció hoy cualquier tipo de ayuda que requieran las autoridades de Brasil tras las lluvias e inundaciones que han dejado al menos 44 muertos y más de 600 desaparecidos en ese país.

El titular de la OEA se mostró convencido de que como ya ocurrió cuando otros países de la región vivieron tragedias como ésta, los pueblos hermanos del continente acudirán en ayuda si el gobierno lo requiere.

El noreste de Brasil ha quedado convertido en un desierto de desolación, similar al que se vivió tras el terremoto que hundió a Haití en el horror, dijo el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobin, mientras sobrevolaba los estados de Alagoas y Pernambuco.

El panorama era desolador con ríos desbordados, puentes arrasados, ciudades inundadas y carreteras destruidas, lo que llevó al presidente Luiz Inacio Lula da Silva a declarar la situación de calamidad nacional.

Según el último balance ofrecido por la Defensa Civil de los dos estados, las localidades de Branquinha y Rio Largo, en Alagoas, fueron las más afectadas por el desastre, tras ser arrasadas por el desbordado río Mundaú.

La dificultad de los socorristas para acceder a sitios aislados alimenta el temor de que la cifra de muertos se dispare cuando las brigadas de rescate alcancen esas zonas.

Las autoridades piden donativos para los damnificados, que ya superan los 180 mil según estimaciones oficiales, pero aún no han logrado determinar cuántas personas fueron llevadas por las aguas, quedaron bajo el lodo o buscaron refugio por su cuenta, pero se estima en más de 600 los desparecidos.

Por otro lado, se comenzó a desatar el pillaje en la zona, mientras se habla del riesgo de la propagación de enfermedades infecto-contagiosas ante la falta de socorro médico y de agua potable en algunos municipios.

En contraparte, el gobierno de Bolivia, declaró tres departamentos fronterizos con Argentina y Paraguay en emergencia nacional, por la sequía que amenaza al ganado y la producción agrícola.