Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 6 de junio de 2010 Num: 796

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Fernando Arrabal y lo exultante
JOSÉ LUIS MERINO

Dos poemas
YORGUÍS KÓSTSIRAS

El puente del arco iris
LEANDRO ARELLANO

La victoria del juez Garzón
RODOLFO ALONSO

Miguel Delibes contra los malos amores
YOLANDA RINALDI

La edición independiente
RICARDO VENEGAS entrevista con UBERTO STABILE

251 años de Tristram Shandy
ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ

Kandinsky y su legado artístico
HÉCTOR CEBALLOS GARIBAY

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Alonso Arreola
[email protected]

El Imperial, 730 días y contando…

Queríamos escribir esta columna hace tiempo. La aplazamos aguardando una coyuntura que finalmente sucedió hace dos semanas: El Imperial (Álvaro Obregón 293, Condesa), máximo club con música en vivo en Ciudad de México, cumplió dos años de hegemónica existencia. Del viejo Rockotitlán al Fray Bernardino, el Tokio Pop, la Casa Hilvana y el ES3, pasando por La Diabla, el Tequila Boom, el Tutti, el Lucc, el Rock Stock, El Hijo del Cuervo, el Hard Rock y cuantos más se le ocurran al lector que escarbe en su memoria; son contadísimos los sitios que han conocido las mieles del éxito a largo plazo basándose en tres premisas fundamentales: 1. La música, en vivo o grabada, debe tener calidad; 2. El trato a clientes y músicos debe ser digno y 3. Los precios deben ser razonables. El Imperial ha consolidado todo esto desde su nacimiento y es por lo que buscamos a Atto, estupendo músico (bajista, guitarrista, cantante y compositor), quien luego de años subido en escenarios de México y Estados Unidos decidió crear el lugar que sus deseos le dictaron.

“La idea de El Imperial surgió por el amor que le tengo a la música –explica. Se gestó mientras vivía en Los Ángeles. Allá me cautivó la riqueza, cantidad y calidad de foros que había. Al abrir el periódico tenías literalmente la opción de ver, de lunes a domingo, a cientos de bandas que se presentaban en distintos clubes o foros. Al regresar a México me impactó descubrir los pocos espacios que existían para ver grupos de rock en vivo, tomando en cuenta el talento y nuevas propuestas que tenemos. Esto, sumado a mi convicción de que los foros culturales inyectan una dosis de equilibrio y bienestar a la comunidad en donde se generan, hizo que tomara la decisión de echar a andar el proyecto.”

Con una experiencia previa al frente del Barney’s (otra joyita de la Condesa ubicada en Fernando Montes de Oca núm. 43), Atto vio la posibilidad de dar el siguiente paso de forma segura y razonada. “Creo que El Imperial se dio como una extensión natural del Barney’s, en donde una vez más el hilo conductor fue la música. Siempre me he considerado un amante de los bares y la mayoría eran o muy punchis punchis, o muy pretenciosos, o muy minimalistas. Así que el Barney’s nació como un espacio para escuchar a Leonard Cohen, Mötley Crüe, P. J. Harvey o Franz Ferdinand, mientras te tomas un tequila y platicas en medio de una decoración que evoca al París de los veinte. Después de trabajarlo cuatro años y ganar experiencia, decidí pasar a un lugar más grande con música en vivo.”

Así las cosas, pocas voces están tan autorizadas como la de este músico-empresario para tomarle la temperatura a la noche del DF (¿de ahí que su segundo disco se llame Nocturno tremendus?). “Estoy sorprendido y entusiasmado con el excelente momento creativo por el que pasa nuestra ciudad. Tras veinte años dedicado a esto, noto una gran madurez en el lenguaje y arquitectura musical de las bandas. El hecho de que la industria se haya tumbado solita y agonice es y ha sido una bendición para los artistas, pues ahora encuentran formas cada vez más sorprendentes y creativas de promover su música, de hacerla sonar, de reinventarse y hacer discos, shows en vivo, videos. Por otro lado veo a músicos más preparados. Conjuntos profesionales con una voz original y una propuesta honesta que no copia la última moda de Estados Unidos o Inglaterra. Sin duda el negocio del rock no pasa por su mejor momento, pero indiscutiblemente la creatividad está viviendo una de sus mejores etapas, y lo que es aún más alentador es que la gama es más extensa. Cada noche en El Imperial puedes ver cosas de calidad que van del rock al rap, el blues, el jazz, lo electrónico o lo experimental.”

Pensando en el éxito del club, suena lógico extender su imperio. Sin embargo, Atto muestra calma e inteligencia. “Por ahora no tenemos planes de abrir otro Imperial. Probablemente en un futuro tengamos alguna sucursal en Monterrey o Guadalajara. Pero ahora seguiremos concentrados en consolidarlo y hacer continuas mejoras en todos los sentidos.”

Otra razón de su atrayente atmósfera se halla en la decoración. “Nunca he creído que el rock tenga que estar peleado con el glamour. A pesar de que soy fanático de las bodegas, garages y lugares más rasposos, El Imperial fue hecho pensando en la experiencia de glamour que tiene el rock. Para que lo comprueben pueden ver nuestra cartelera en myspace.com/elimperialclub. En una de ésas les toca una sorpresa. Ya tuvimos a Money Mark, de los Beastie Boys, palomeando con Roso, de Plastilina Mosh; a los Tacuvos apoyando a Adanowsky en un set acústico, o a Los Fobios palomeando rolas de los Beatles… Los de Beast me dijeron que después de tocar en clubes de Europa, Canadá y Estados Unidos, El Imperial era el más bonito y el que mejor sonaba. ¡O sea que no lo digo yo!”