Economía
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Le exigen diputados convocatoria a elecciones y la dimisión como presidente

Con un voto de diferencia aprueban a Zapatero el drástico plan de ajuste

Sindicatos amagan con huelga general; riesgo latente de contagio de la crisis griega a España

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 28 de mayo de 2010, p. 31

Madrid, 27 de mayo. El presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó hoy por la mínima –un voto de diferencia– su drástico plan de ajuste en el Congreso de los Diputados, tras un tenso y ríspido debate en el que le exigieron en más de una ocasión que dimita, convoque a elecciones y disuelva las Cortes para que un nuevo gobierno intente sacar al país de la precaria situación en la que se encuentra a consecuencia de la crisis. Durante el debate volvió a planear la sombra de Grecia, al señalarse desde varias formaciones el riesgo latente de que España se contagie y tenga que ser intervenida como el país heleno.

Finalmente, los 169 diputados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en solitario, refrendaron el drástico plan de ajuste con el que el gobierno pretende reducir el déficit público en 15 mil millones de euros y que tiene entre sus principales pilares la reducción del salario a los funcionarios públicos, la congelación de las pensiones y el recorte en la obra pública en más de 6 mil millones de euros.

La peor etapa de gobierno

El debate parlamentario evidenció, aún más, la soledad y la debilidad en la que se encuentra el gobierno de Rodríguez Zapatero, que logró sacar adelante su principal argumento para combatir los efectos de la crisis gracias a que el partido nacionalista catalán de Convergencia i Unió se abstuvo, lo que permitió que la mayoría simple de los socialistas se impusiera al resto de la cámara. Por el contrario, el resto de los grupos votaron en contra del plan, aunque por diferentes motivos: el derechista y principal fuerza opositora el Partido Popular (PP), el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Izquierda Unida (IU), Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Coalición Canaria y el Grupo Mixto.

El mandatario español, que vive su peor etapa desde que accedió al poder en 2004, escuchó de prácticamente todos los voceros parlamentarios duras críticas a su gestión de la crisis; lo acusaron de improvisar, de dar bandazos, de no tener claridad, de hipotecar las políticas sociales para asumir, de nuevo, las directrices del mercado, de que su etapa como presidente del gobierno se ha acabado y, lo más contundente, que convoque ya a elecciones anticipadas para que otro gobierno afronte la resolución de la crisis.

Elena Salgada, quien insistió en relacionar las medidas adoptadas con las políticas que pretende llevar a cabo la Unión Europea en el resto de los países. Precisó en que sus dos principales preocupaciones son disminuir el desempleo, que ya alcanza cotas históricas de 20.5 por ciento, lo que significa 4 millones y medio de personas sin empleo; y la reducción del déficit público, que actualmente está en 11 por ciento y se aspira a bajarlo paulatinamente a 3 por ciento en el año 2013. Es un esfuerzo para garantizar el futuro del país y para que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando de los beneficios sociales hasta ahora conseguidos. Son medidas dolorosas, pero inevitables, señaló.

Los grupos de izquierda fueron especialmente duros con el plan de ajuste, al insistir en que se está volviendo a asumir sin cortapisas las recomendaciones de los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional o las agencias calificadoras, cuando esta crisis ha puesto en duda su fiabilidad.

Mariano Rajoy, líder de la derecha y quien estaría llamado a gobernar si se celebrasen elecciones anticipadas, consideró que las medidas del gobierno son improvisadas, insuficientes e injustas, y acusó al mandatario de mentir a lo largo de la gestión de la crisis.

Huelga General

Los sindicatos mayoritarios de Comisiones Obreras (CCOO) y de la Unión General de Trabajadores (UGT) advirtieron que si la reforma laboral no se aprueba por consenso llamarán a huelga general. Amagaron que cualquier tipo de decretazo en la reforma laboral supondrá la ruptura del diálogo social y, por tanto, el inicio de lo que sería la primera huelga general en la etapa de gobierno de Rodríguez Zapatero.