Senadores de PRI, PAN y PRD deploraron la decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de enviar tropas a la frontera con México.

El coordinador priísta, Manlio Fabio Beltrones, responsabilizó al gobierno federal de que se haya llegado a esa situación, porque las últimas administraciones han descuidado la relación con Estados Unidos.

Lo peor en política internacional es no hacer nada. Ésa es la razón de lo que ocurre en Arizona, el despliegue de efectivos militares hacia la frontera, y que no haya acuerdos en materia migratoria, recalcó.

Beltrones advirtió que el gobierno de Felipe Calderón debe realizar mejor trabajo diplomático para evitar que sigan ocurriendo hechos de este tipo, aunque lamentablemente lo único que ha habido en meses recientes son buenos discursos de los mandatarios de ambos países.

El coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, consideró que la medida de Obama no sirve para frenar el tráfico de armas; sólo dificultará el paso de mexicanos hacia Estados Unidos e incrementará los riesgos para su integridad física.

El panista Felipe González, presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Senadores, consideró que México debe responder, y en lugar de seguir haciéndole el trabajo a Estados Unidos, al vigilar el paso de seres humanos y mercancías por la frontera norte, voltear hacia nuestro país y detener aquí el paso de armamento y erradicar el lavado de dinero.

El coordinador de los senadores del PT, Ricardo Monreal, advirtió que el envío de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera de Arizona contradice el discurso pacifista de Obama y prueba que de nada sirvió que Calderón haya ido a Washington, porque parece que nos fue peor con su visita.

Destacó que el hecho de que se haya impuesto la recomendación del sector más racista y xenofóbico del Congreso de Estados Unidos podría ser una señal de rispidez en la relación bilateral.

Monreal se pronunció porque la canciller Patricia Espinosa haga llegar de inmediato una nota diplomática en la que repudie el acuerdo de Obama.

Ojalá sea una respuesta firme, no tibia y miedosa, con temor, como las que acostumbran hacer cuando se trata del poderoso vecino del norte.