Los gobiernos son felices
con súbditos ignorantes: Rius


Rius (Eduardo del Río), El fracaso de la educación
en México, México
, Editorial Grijalbo, 2001.

Omar López Monroy

Eduardo del Río García, mejor conocido como Rius, nació en Zamora, Michoacán allá por el bendito año de 1934, cuando también tomara posesión como presidente de la República su paisano, mi general Lázaro Cárdenas del Río, el Tata y éste gobernara con claros tintes de socialismo después del llamado maximato. Quizás esta coincidencia marcó el sino del buen Rius, ateo, antiyanqui, revolucionario y un personaje cuasi mítico, portavoz de las tan vilipendiadas clases populares en la segunda mitad del siglo XX y que sigue vigente en los albores del nuevo milenio.

Entre algunos de sus títulos emblemáticos están: Cuba para principiantes, Pequeño Rius ilustrado, Cristo de carne y hueso, No consulte a su médico, El museo de Rius, ABChé, Su majestad el PRI, Hitler para masoquistas, La iglesia y otros cuentos, Manual del perfecto ateo y ¿Sería católico Jesucristo? Publicaciones que han estado presentes en la vida de muchos mexicanos que han crecido con ellos. Yo llegué a ver ejemplares de Los Supermachos en el baño de la casa de mi abuelo y, claro, también de La Familia Burrón. La escritora Elena Poniatowska dice en una entrevista que le hizo: “También yo soy su devota. Durante años tuve sobre mi máquina de escribir Olivetti una calcomanía de Los Supermachos que luego se transformaron en Los Agachados para que me trajera suerte, así es que pensé en Rius de mañana, tarde y noche. ¡Ah, trae usted a Los Supermachos!, me decían hasta en Estados Unidos, porque de esa historieta se vendían 250 mil ejemplares semanales”.

De ese talante es el monero mexicano que también se da tiempo para hablar sobre la onda vegetariana; “bendito”, diría alguno de sus compañeros seminaristas mientras en México cada tres cuadras nos zampamos tres de buche con cuero y una coca-cola.

¿Y la educación? Bien gracias, no aprendió.

“El maestro debe ser, según la burguesía, un apóstol sufrido y candoroso que soporte tranquilo la miseria y el hambre… pero también debe ser aislado de las masas, pues sería peligroso que comprendiera que también es un obrero como los otros y como los otros también es explotado”, dice Eduardo del Río con su particular estilo llano. Hablamos de su libro El fracaso de la educación en México que es una recopilación de varios números de la revista Los agachados (periodo de 1973 a 1976), publicado en 1987 por la desaparecida Editorial Posada, y que a petición de sus admiradores ha reimpreso y actualizado en tres ocasiones la Editorial Grijalbo, que incluso hizo una edición de bolsillo el año pasado.

El libro tiene tres apartados. En el primero, como no queriendo la cosa, Rius entreteje, en su más puro estilo, los temas que han marcado su prolífica carrera como caricaturista y crítico mordaz: la religión, la estupidez humana, su desgano por las ceremonias ridículas en aras de honrar a los héroes de la patria. Su humor corrosivo al hablar de la educación en México es trágico y cómico como sólo él puede ser.

En la segunda parte realiza un ejercicio maravilloso: da voz a maestros de todo el país, cuyas cartas aparecen en el libro comentadas por sus personajes. De esta suerte, al alimón, maestros y monero, confirman el rotundo fracaso de la educación en nuestro país. ¡Viva la justicia social! dice un monigote guarachudo al comparar el salario de un profesor rural con el de una estrella telenovelera. Y para colmo, la cosa sigue igual ¿o, ya nadie se acuerda de Oaxaca y la APPO?

Rius entreteje, en su más puro estilo, los temas que han marcado su prolífica carrera como caricaturista y crítico mordaz: la religión, la estupidez humana, su desgano por las ceremonias ridículas en aras de honrar a los héroes de la patria. Su humor corrosivo al hablar de la educación en México es trágico y cómico como sólo él puede ser

Terminando y rematando, el ganador en 1987 del Premio Nacional de Periodismo de México en caricatura, actual colaborador de la revista El Chamuco y Los hijos del averno, nos habla cual profeta de “Los Millonarios de Cristo” (dixit Legionarios de Cristo) y su impune –y finado– fundador, a quien, pobrecito, ¡cómo le gustaban los niños!, haciendo clara referencia al papel que juega y ha jugado la iglesia católica en México respecto de la educación. Ofrece datos duros y algunas conclusiones crudas como que en el año 2000 el 70% la educación superior estaba en manos de la iglesia y empresarios. Cifras y datos son un audaz colofón para esta monería de nuestro radical y septuagenario tepozteco, tomadas de fuentes como la UNESCO, la SEP y el CONACyT.

Este libro es una joyita para los lectores y fans de Rius y también un buen comienzo para los que aún no lo conocen. Recomendación especial para las honorables autoridades, aunque seguramente mucho más útil y disfrutable para quienes necesiten un poquito de humor para soportar la tragedia educativa que nos han fabricado.

Omar López Monroy es escritor y pasante de la carrera de Comunicación y Periodismo de la fes Aragón, UNAM

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