Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de abril de 2010 Num: 787

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

México en Lezama
RAFAEL ROJAS

Juan Ramón y Lezama en La Habana
ALFONSO ALEGRE HEITZMANN

Breve antología poética
JOSÉ LEZAMA LIMA

La narrativa extraterritorializada
ADRIANA CORTÉS entrevista con SANTIAGO GAMBOA

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
Núm. anteriores
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Luis Tovar
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Guadalajara: bodas de plata (III DE IV)

Más que cualquier retrospectiva, homenaje o país invitado, como en esta edición número veinticinco lo fueron, por ejemplo, la cineas ta Agnes Varda en particular y Francia en general, las secciones oficiales correspondientes al cine iberoamericano –largometrajes de ficción y documental, así como cortometraje– son las que le dan al Festival de Cine en Guadalajara el carácter de internacional que ostenta en su denominación. Es deseable que, de cara a los cambios inminentes en su dirección, el evento mantenga dicha vocación cultural y geográfica –la iberoamericana–, evitando cualquier tentación de crecer, si tal crecimiento implicase la hipertrofia agazapada bajo el más mínimo grado de desnaturalización de un perfil a estas alturas claramente definido.

LAS QUE GANARON

El premio al Mejor Largometraje Iberoamericano de Ficción fue para Retratos en un mar de mentiras (2009), primer trabajo en el género ficción que ha realizado el colombiano Carlos Gaviria, bien conocido en su faceta de documentalista. No fue éste el único re conocimiento obtenido por Retratos ..., ya que, además de ser una de las dos recomendaciones del festival para su selección en los premios Globos de Oro, la cinta también se hizo con el premio – com partido– a la mejor actriz en la persona de Paola Bladión.


Escena de Rabia

Road movie de factura impecable, la cinta sabe sacar buen provecho de cada uno de los noventa minutos de su pietaje para contar, en clave retrospectiva, una gran porción de aquello en lo que consiste la historia reciente colombiana: desplazamientos territoriales forzados por el virtual y prolongadísimo estado de guerra entre las “fuerzas regulares” y las irregulares; secuestros a cargo de los grupos paramilitares que pululan en el país donde Álvaro Uribe –que de estas tenebras algo sabe–, hace poco buscaba el modo de volver a reelegirse como presidente... Muy efectivo el recurso de hacer que el principal peso de la historia, tanto en lo narrativo como en lo dramático, recaiga precisamente en Marina, el personaje interpretado por la joven y solvente Bladión, pues el también guionista Gaviria decidió que dicho personaje sea, al mismo tiempo, mudo y amnésico, en una clara referencia simbolista a cierto comportamiento colectivo en Colombia, cuyo grueso de la sociedad a veces parece que prefiere negar, callar y olvidar las barbaries sufridas/soportadas/obviadas/aparentemente toleradas, en lugar de asumir su obligado papel reivindicatorio de sí mis ma.

Coproducción española-colombia na-mexicana, dirigida por el ecuatoriano Sebastián Cordero, Rabia fue distinguida con los premios al mejor director, mejor fotografía y mejor actor, este último compartido entre el mexicano Gus tavo Sánchez Parra –excelente su des empeño en el que viene siendo su primer protagónico pleno– y el peruano Pas cual Loayza, de la cinta Zona Sur.

Rabia es el otro filme recomendado para su selección en los premios Globos de Oro, y confirma el oficio mostrado por Cordero en apenas dos trabajos fílmicos previos, pues antes sólo había dirigido Ratas, ratones y rateros, así como Crónicas, ganadora de un premio en Sundance y del principal del FICG hace un año.

Trazado a la manera de una gran metáfora, útil para representar la situación que viven los inmigrantes latinoamericanos –en este caso España, pero lo mis mo en cualquier otra parte del mundo adonde se vean obligados a buscar la sobrevivencia–, el filme transcurre casi en su totalidad al interior de una añeja casa habitación, propiedad de un matri monio heterosexual que vuelve de un viaje poco antes de lo previsto, para sobresalto de los protagonistas de la his toria, Rosa –bien interpretada por la colombiana Martina García– y José María –el ya referido Sánchez Parra. Significativamente, el matrimonio es de edad avanzada y tiene más que resuelta la parte material de su vida cotidiana, de modo que en dicha pareja quiere representarse a la “vieja Europa”, mientras que Rosa y José María, colombiana y mexicano respectivamente, son el símbolo de una realidad palpable: latinoamerica nos, jóvenes, carentes de recursos salvo el de su propio físico –rara vez su inte lecto– en calidad de herramienta de trabajo, buscando en tierras ajenas y leja nas una “oportunidad” ya no para ascender socialmente, sino para no fe necer individualmente. Trabajadora doméstica y albañil, viven al amparo/la buena voluntad/el chantaje/el abuso de los patrones –aquí, lo último a cargo de un hijo de éstos–, pero al mismo tiempo obligados a dejar de ser ellos mismos en más de un sentido, como se desprende de una trama que no será revelada en estas líneas.

(Continuará)