Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de abril de 2010 Num: 787

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

México en Lezama
RAFAEL ROJAS

Juan Ramón y Lezama en La Habana
ALFONSO ALEGRE HEITZMANN

Breve antología poética
JOSÉ LEZAMA LIMA

La narrativa extraterritorializada
ADRIANA CORTÉS entrevista con SANTIAGO GAMBOA

Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Alonso Arreola
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Caetano reinventado

Se dice que sólo vendió alrededor de cuatro mil boletos y que se tuvieron que regalar otros dos mil. Parece cierto pues la parte su perior del Auditorio Nacional ha sido clausurada. Numerosas telas colgantes intentan bloquear la vista de sus butacas vacías. Más abajo, ajena al drama de quienes pierden y ganan dinero en el showbussines, gente de todo tipo se va sentando no sin prejuicio. Aunque Caetano Veloso es una leyenda en la historia de la música mundial, su última visita a México defraudó a muchos seguidores que decidieron no repetir la experiencia. Esto por no redundar en algo bien sabido y un tanto desconcertante: la música brasileña nunca ha sido un gran negocio en nuestro país.

Acompañado por el trío que suena esta noche, es verdad que el de Bahía se ha vuelto más cerrado y experimental, dando la espalda al repertorio MPB (Música Popular Brasileira) que durante el movimiento Tropicalia lo llevara a la cima. Interesado en dotaciones reducidas (bajo, batería, guitarras y teclado Fender Rhodes) y efectos más rudos (distorsiones, filtros y compresores), no olvida las raíces de su patria –sigue usando ritmos y armonías en los que subyacen el bossa y la samba–, pero sí explora abiertamente las posibilidades del surf, el rock indie, el progresivo y la psicodelia sesentera, tocando sobre todo piezas de sus últimos discos. O sea que, rodeado por muy jóvenes intérpretes, Caetano se renueva para no morir aunque ello signifique desaparecer en la melancólica memoria de la mayoría.

Con una escenografía simple en que destaca una gran ala delta en cuyo regazo actúan los músicos, las luces son sencillas pero perfectamente sincronizadas al oído. Asimismo, una pantalla gigante brinda apoyo visual para videos relacionados con algunas canciones. Al frente, los sesenta y ocho años de Veloso se prodigan a una audiencia seria que yace anonadada. Sus recorridos por el tinglado, sus bailes y movimientos se van haciendo cada vez más estrafalarios al paso de los minutos sin que ello afecte la dulce perfección de su voz, la diestra ejecución de su gui tarra electroacústica. Vestido como anciano de la Florida recién llegado del club de golf, eso sí, su figura con trasta con la de un trío casi uniformado en blanco. Resulta tan extraño ver lo en ese plan que las alturas de su música quedan aún mejor subrayadas. Una vez más se aleja de las complacen cias, aunque sus intentos por animar a la audiencia son notorios.

Zii e zie (Tíos y tías), es la placa que presenta ahora, dando continuidad a la anterior y también rockera . Sin em bargo, el cantautor abre la velada con “A voz do morto”, celebrada cual augurio de temas conocidos a los que se suman “Não identificado”, “Odeio”, “Trem das cores”, “Agua”, “Eu sou neguinha”, “Maria Bethânia”, “Irene”, “Volver”, “Aquele frevo axé” y “Cucurrucucú paloma” en versión acústica. De cualquier forma, el grueso del concierto, tal y como se esperaba, ronda sus últimas y magníficas composiciones: “Por quem?”, “Falso Leblon”, “Tarado ni voce”, “Menina da Ria”, “Sem casi”, “Perdeu”, “Lobão tem razão” y “A base de Guantánamo”, una de las más impresionantes de su visita.

Ahora bien, ¿quiénes lo acompañan? Pedro Sá en guitarra y como director mu sical; Ricardo Dias Gomes en el bajo y teclados; Marcelo Callado en batería. Todos aparentemente en sus veintes, no sólo saben sostener con sapiencia el canto de Veloso, sino que además hacen coros y añaden novedad al discurso glo bal. Respetuosos de las versio nes grabadas en disco, no caen en la cuadratura de lo aburrido porque, precisamente, lo registrado en el estudio fue el resul tado de múltiples improvisaciones y trabajo conjunto, como grupo, al que también se sumaron comentarios y críticas vía internet. He ahí algo impor tante: para su última placa Caetano abrió el proceso creativo en su página oficial, desde la cual se puede escuchar la obra completa para después, si así se desea, comprarla legalmente.

Ampliando las armonías y complicando los elementos percusivos sin abusar en timbres, la banda no puede considerarse virtuosa por sus capacidades técnicas sino por su concepción de ensam blaje. Es así que todo suena más o menos relajado, aunque los compases compuestos y los acordes alterados hagan presencia otorgando sabores agridulces, un carácter desafiante y sofisticado a estructuras que, usualmente, deberían llegarnos con mayor ligereza. Esto, por supuesto, se agradece tanto co mo la sensibilidad de Veloso para regalar viñetas de suavidad que en su totalidad, y finalmente, pusieron al público de pie para una ovación inmediata, tan rá pida y veloz como pocas veces hemos presenciado. Gracias pues, Caetano, por señalarnos una vez más el camino del arte verdadero.