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Una economía que no genera empleos, principal escollo, afirma experto en la materia

Nulas perspectivas de una reforma migratoria integral en EU este año

Trabajadores indocumentados planean más movilizaciones para abril y el primero de mayo

Somos el tema que quieren desaparecer, dice defensora de derechos de inmigrantes de LA

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Asistentes a la movilización en favor de una reforma migratoria integral en Washington, el domingo pasado, pidieron al gobierno estadunidense el fin de las detenciones y expulsiones de trabajadores indocumentados, política que se ha intensificado y ha separado a numerosas familiasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 23 de marzo de 2010, p. 20

Washington, 22 de marzo. Las perspectivas de lograr una reforma migratoria integral este año, a pesar del compromiso de campaña de Barack Obama y de líderes legislativos, son entre malas y nulas, y todo indica que esa promesa, una vez más, quedará incumplida en 2010.

Hay muchas palabras de políticos y profesionales de las organizaciones en Washington dedicados al tema, pero pocos hechos que comprueben que se logrará impulsar, y menos aprobar, tal reforma este año.

En política todo es posible y no se puede descartar una sorpresa, pero hoy día, si tuviéramos que evaluar esta coyuntura, las perspectivas de una reforma migratoria integral son entre malas y nulas, afirmó en entrevista con La Jornada Demetrios Papademetriou, presidente del Instituto de Políticas de Migración (Migration Policy Institute, o MPI), tal vez el experto más experimentado y reconocido a escala internacional sobre esta temática.

Si un político se inclina a favor, queda expuesto

Esto es así, explicó, por el calendario político, el reducido capital político del presidente Barack Obama, las dificultades para obtener un consenso bipartidista sobre el tema y, resaltó, una economía que no genera empleos es la dificultad principal. Subrayó que la idea de autorizar a indocumentados y permitir el ingreso de más trabajadores inmigrantes en la economía es difícil: Un político que se incline a favor se expone ante la oposición.

Por lo tanto, algo integral es difícil que se apruebe. Una opción es proceder con una estrategia incrementalista, que empieza por cultivar el terreno poco a poco para cosechar algo grande después. Creo que la única opción será, primero, buscar partes de una reforma y no algo que se pueda llamar integral. Por ejemplo, promover proyectos de ley ya redactados sobre estudiantes inmigrantes (Dream Act), o dedicados a reformar el sector de trabajadores inmigrantes en la agricultura (AgJobs).

Todos reconocen que el ciclo electoral hace que cada día que se demora en presentar una reforma, sea más difícil promoverla.

De hecho, el presidente Obama evade decir si impulsará una reforma migratoria integral en 2010. En su videomensaje transmitido ante decenas de miles de inmigrantes y sus defensores que inundaron ayer el centro de esta ciudad, sólo se comprometió a promover un consenso bipartidista sobre una reforma este año. Elogió lo que llamó el marco de una reforma presentada por dos senadores.

El jueves, en una maniobra política coreografiada, el senador demócrata Charles Schumer y su contraparte republicana Lindsey Graham presentaron un marco para un potencial proyecto de ley que incluye, entre otras, medidas para fortalecer la seguridad fronteriza y el control del flujo migratorio y una vía a la legalización de los casi 12 millones de indocumentados bajo condición de que declaren que habían violado la ley, pagar impuestos retroactivos, aprender inglés, hacer trabajo comunitario y colocarse al fin de la cola de solicitantes de residencia.

Ese mismo día, Obama emitió una declaración para felicitar a los senadores y expresó su respaldo a la iniciativa, mientras el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, prometió llevar un proyecto al pleno si se formulara uno y fuese aprobado por comisiones.

La maniobra permitió a políticos y algunas de las organizaciones nacionales presentar todo esto como un avance hacia una reforma, sin que nadie tuviera que asumir responsabilidad sobre si una reforma migratoria se haría realidad este año.

Por lo mismo, fue notable que el presidente no mencionara el único proyecto de ley de reforma migratoria ya existente, formulado por el representante Luis Gutiérrez, el cual es más progresista que el presentado por los senadores y no contiene esos elementos que criminalizan a indocumentados, ya denunciados por muchas organizaciones de inmigrantes.

En esta coyuntura político-electoral, complicada por un aparente resurgimiento de movimientos sociales de derecha antimigrantes, no sólo es difícil promover consensos bipartidistas sobre el tema, sino que Obama enfrenta prioridades más urgentes para él que la reforma migratoria.

De hecho, cuando periodistas preguntaron al vocero de la Casa Blanca Robert Gibbs cuáles eran las prioridades del presidente después de la reforma de salud, no mencionó el tema migratorio.

Para líderes inmigrantes y activistas, esto ofrece un panorama desolador mientras continúan las redadas, deportaciones, separación de familias y un clima antimigrante que atemoriza a las comunidades, a la vez que padecen las consecuencias de la crisis económica. Por ello ya programan más movilizaciones en abril y el primero de mayo y rehúsan mantenerse en silencio y aceptar las realidades políticas en Washington. Como afirmó ayer Gutiérrez, si el proceso legislativo no funciona, nosotros tenemos que llevarlo a la calle.

Somos el tema que quieren desaparecer, pero resucitamos una y otra vez, afirma Angélica Salas, presidenta de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), de Los Ángeles. Dijo que estas movilizaciones sirven para construir poder, y agregó que por ahora el poder que tenemos es el de las calles.