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El jurado eligió su obra El arte de la resurrección por su enorme fuerza narrativa

Confieren a Hernán Rivera Letelier el Premio Alfaguara de Novela

El escritor chileno crea una geometría personal mediante el humor, el surrealismo y la tragedia, dice Manuel Vicent

Los reconocimientos no quitan ni ponen nada, dice el autor galardonado

Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 23 de marzo de 2010, p. 4

Madrid, 22 de marzo. El escritor chileno Hernán Rivera Letelier fue reconocido hoy con el Premio Alfaguara de Novela 2010, por su libro El arte de la resurrección, en el que narra la historia de un loco que vivió en los años 30 del siglo pasado en el desierto de Chile y se creía la rencarnación de Jesucristo.

El jurado, que estuvo presidido por el escritor Manuel Vicent, señaló que la novela tiene enorme fuerza narrativa y en ella está presente la creación de una geografía personal a través del humor, el surrealismo y la tragedia.

El arte de la resurrección es, en palabras de Vicent, un mundo fantasmagórico lleno de palabras maravillosas, cuyo punto de partida es un viejo personaje que por razones varias ha estado presente en la obra del escritor premiado.

Se trata de Domingo Zárate Vera, más conocido por los historiadores chilenos y ahora también por los lectores de Rivera Letelier como El Cristo de Elqui, quien es en realidad un vagabundo que al cumplir los 33 años –edad en la que según la narración bíblica murió Jesucristo se dedicó a predicar el evangelio por tierras chilenas.

Además del vagabundo iluminado, en la novela está muy presente otro personaje con reminiscencias bíblicas: Magdalena Mercado, prostituta que se convierte en devota del Cristo salitrero y se va con él a recorrer los rincones más inhóspitos para advertir de la inminente llegada del fin del mundo.

Cartografía en la piel

Al conocer la noticia del galardón, Rivera Letelier se encontraba en Chile, desde donde reconoció que la literatura ha sido muy generosa con él. Mi viejo era analfabeto, pero cuando se ponía a predicar era cosa seria; cuando hablaba, las piedras lloraban.

Advirtió que para él “los premios literarios trastocan un poco la carrera de un escritor, pero no quitan ni ponen nada, o sea, si un escritor es malo, va a ser malo, y si es bueno –como yo– va a ser bueno con premios o sin ellos.

Basta con verme la cara para darse cuenta de que intelectual no soy. Tengo más cara de boxeador en decadencia. En mi piel llevo la cartografía de este desierto, no en vano viví 45 años en este lugar, de los cuales fui explotado como un obrero durante 30 años. Yo me crié en este desierto, empecé a leer en el desierto, a escribir en el desierto, definió.

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Tengo más cara de boxeador en decadencia que de intelectual, ironiza Rivera LetelierFoto Cortesía de Alfaguara

El premio Alfaguara, dotado con 175 mil dólares y una escultura de Joan Miró, permitirá al narrador chileno recorrer todos los países de habla hispana, además de Estados Unidos.

Ahora soy bastante conocido en Chile, así que espero convertirme con el premio en uno de los escritores más leídos en español, señala.

El Cristo de Elqui ya había aparecido brevemente en la primera publicación de Rivera Letelier, luego en Los trenes se van al purgatorio (2000) y resucitó en la tercera novela, Mi nombre es Malarrosa (2008), hasta que ascendió y entró al reino de ese género. Es la historia de un tipo que se cree la rencarnación de Cristo, es un personaje real que existió en los años 30 en Chile, que sale a predicar haciendo milagros, con el pelo largo, barba larga, sandalias, y llevándose a los fieles de la iglesia y tomado por loco. El tipo era analfabeto, pero cuando predicaba dejaba a todos fascinados con su verbo.

Al comparar el Cristo de El arte de la resurrección con otros de Valle Inclán, García Márquez o Vargas Llosa, el jurado elogió que la fuerza de la novela está en sus personajes; mezcla la crónica histórica y social con poderosos elementos de realismo mágico.

Realismo estético

Vía telefónica desde Chile, Hernán Rivera Letelier opina: “Soy un hijo de los escritores del boom. Nunca he renegado de ellos ni quiero matarlos. Pero eso de que mi novela tenga algo de realismo mágico, si le vamos a poner una etiqueta, yo le pondría realismo estético”.

De un total de 539 textos inéditos escritos en castellano (donde España, México y Argentina aportaron en conjunto 396) surgió la obra ganadora de la versión 13 del certamen, que fue enviada bajo el seudónimo de Manuel Madero.

Durante la conferencia simultánea en España, Chile, Argentina y México se recordó al recién fallecido Tomás Eloy Martínez, para continuar con el anuncio del fallo. Rivera Letelier recibió felicitaciones, consejos para las extenuantes giras que se avecinan y hasta hubo un debate sobre las prostitutas y el carácter filmable de los textos. Pero antes de ver la historia del Cristo de Elqui en la pantalla, la novela comenzará a circular en Madrid el próximo 18 de mayo.

(Con información de Alondra Flores)