Opinión
Ver día anteriorLunes 22 de marzo de 2010Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Fundamentalistas texanos
L

a mesa directiva de educación del Estado de Texas, que es responsable de organizar y sancionar los asuntos relativos a la educación pública, está a punto de revolucionar la currícula educativa en ese estado o, para ser más precisos, involucionarla.

Como resultado de la revisión que hizo de los planes de estudio en el estado, decidió que éstos deben reflejar en forma más cabal la historia de Estados Unidos, tomando en consideración que los fundamentos de la nación son cristianos. Por ello serán modificados los planes de estudio en historia, ciencias sociales y economía. El asunto no para ahí y cobra mayor relevancia si se considera que la decisión afectará también los libros de texto que se emplean y se distribuyen gratuitamente a quienes cursan la educación básica, tal como sucede en México.

Texas gasta aproximadamente 300 millones de dólares anuales en libros de texto y es el segundo mercado en importancia en Estados Unidos. Por esa razón las editoriales ya preparan cuantiosas ediciones de libros, cuyo contenido está determinado por el sistema educativo texano. Por razones económicas las casas editoriales estarán interesadas en imprimir tantos volúmenes con el mismo contenido como les sea posible, al margen de su validez científica. Para éstas el negocio sería redondo si en otros estados se adoptan los mismos textos.

¿Como llegó la máxima autoridad educativa del Estado a tal decisión? Es simple: de los 15 miembros, electos por votación pública, 10 son republicanos y cinco demócratas. Entre los primeros, siete son ultraconservadores y tres han declarado su abierta vocación cristiana. Su militancia interfiere con la educación, que se supone deber ser laica. Por ejemplo, junto a la teoría de la evolución el plan de estudios incluirá el creacionismo, que plantea que el mundo fue creado por Dios, en contraposición con el pensamiento darwiniano.

Entre las novedades está excluir a Thomas Jefferson, uno de los fundadores de Estados Unidos, debido a que su pensamiento le parece sospechosamente secular al grupo más conservador del consejo.

Los economistas conservadores estarán de plácemes, ya que ahora los nombres de los economistas neoclásicos Frederic von Hayek y Milton Friedman aparecerán junto con los clásicos de esa disciplina: Adam Smith y Karl Marx, y ya encarrerados, desaparecerán el término capitalismo e incorporarán el de libre empresa, por considerar que aquél da una connotación negativa al sistema económico hegemónico de Estados Unidos.

Una de las más caras ambiciones del movimiento conservador estadunidense ha sido arrojar por la borda el precepto de la separación entre la Iglesia y el Estado, consagrado por los fundadores de la nación en su carta fundamental. De aprobarse en mayo las reformas a la currícula educacional, los republicanos conservadores de Texas habrán dado un paso firme en ese anhelado deseo.

Nota. Es probable que cuando usted lea este artículo por fin se haya aprobado el plan de salud propuesto por el presidente Obama. No fue el óptimo, pero es un primer gran paso sobre los intereses y el cinismo de quienes no entienden que la atención a la salud es un derecho humano al que todos tienen derecho, no sólo quienes pueden pagar por ella.