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Criminales impiden toda actividad nocturna en el campo, acusan

Denuncia El Barzón asedio de narcos y militares en el noroeste de Chihuahua
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de febrero de 2010, p. 4

Cuando oscurece, las actividades en las comunidades rurales del noroeste de Chihuahua se detienen y las luces son apagadas. Sólo se escucha el sonido del silencio, que ocasionalmente se rompe por el rugir de motores de los vehículos en que se mueven grupos armados no identificados, que se dedican a vigilar, y si detectan la realización de alguna tarea, amenazan: nadie puede trabajar en la noche y no debe haber movimiento.

Al narrar este problema, representantes de agrupaciones agrarias denunciaron que antes de la llegada de los militares a Chihuahua –en 2008– “la tranquilidad del estado se vivía de manera normal y las ejecuciones entre narcotraficantes eran esporádicas, pero a partir de la presencia castrense se generó una ola de violencia que no ha parado, principalmente en el noroeste del estado, y que en el sector rural además ha generado secuestros y robos de maquinaria, que por temor ya nadie denuncia”.

Pueblos abandonados

En municipios como Galeana, Namiquipa, Madera, Gómez Farías, Buenaventura y Valle de Zaragoza hay pueblos abandonados, debido a que la población se ha ido tras sufrir amenazas de muerte, extorsiones, asaltos y “todo tipo de delitos, que se dan como producto de esa impunidad que tiene lugar aun con operativos y presencia militar”, afirmó Gabino Gómez, dirigente de El Barzón en la entidad.

“En la región fundamentalmente agrícola no montañosa del estado hay muchos muertos que no forman parte de las estadísticas; en lo que es sierra alta hay presencia de grupos delictivos que generan muchas muertes y desapariciones. Todo mundo dice que se los llevaron los narcos. No sabemos si es cierto, pero entre la población hay zozobra y terror.

“El problema es que el temor también es hacia los militares, porque es común ver que junto con la Policía Federal llegan (en la noche) a los poblados a robar y saquear. Ponen retenes en las carreteras, y si no hay más qué robar, se llevan los celulares, los relojes, artículos de oro e incluso cometen agresiones físicas.

“Es muy común ver los camiones del Ejército como si fueran vehículos de mudanzas. Llegan a los ranchos y se llevan lo que encuentran: televisores, refrigeradores, todo. Y está claro que son los militares porque van en vehículos oficiales. Pero también llegan los vehículos de los grupos delictivos que se llevan la maquinaria.

La gente de campo lo único que tenemos claro es que oscureciendo, por temor, nadie anda en las calles ni en las carreteras, detalló en entrevista.

Conforme la presencia militar ha avanzado hacia el medio rural, los pobladores han resentido su presencia, ya que los ciudadanos que por desgracia han caído en manos del Ejército han sido golpeados y robados, y hay comunidades que también han sido totalmente agredidas, sostuvo Pedro Torres, presidente del Frente Democrático Campesino.

Los grupos criminales “se han enfocado en agredir a ciertas personas, pero el Ejército ha ido arrasando... De todo esto, nosotros no vemos un trabajo de inteligencia del gobierno, sino de atemorizar a la gente del medio rural y urbano.

“La gente ya no denuncia por temor a consecuencias peores. Vemos que con el Ejército ya no hay ninguna garantía, y con esta ‘restructuración’ del Operativo Conjunto Chihuahua las cosas siguen igual.”