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El astro del golf reapareció en público y ofreció disculpas por sus infidelidades

Mi esposa no me pegó y nunca lo ha hecho, aseguró Tiger Woods

Pidió no incriminar a Elin

Anunció que regresará a las competencias, pero no tiene definida una fecha

Volverá a la clínica de rehabilitación para su tratamiento de adicción al sexo

 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de febrero de 2010, p. a13

Los Ángeles, 19 de febrero. Las disculpas públicas de Tiger Woods fueron las más seguidas en los medios estadunidenses, después de que el ex presidente Bill Clinton confesó una relación inapropiada con la pasante de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, en 1998.

En la declaración que duró menos de 15 minutos, la superestrella del golf pidió nuevamente perdón por sus errores e infidelidades. Aseguró que su esposa nunca le pegó, anunció que volverá a la competencia en fecha no precisa y dijo que regresará a la clínica de rehabilitación para continuar su tratamiento de adicción al sexo.

Woods, primer deportista en ganar mil millones de dólares, hizo su primera aparición pública en Florida casi tres meses después del escándalo, para ofrecer disculpas a su familia, amigos y aficionados, con su madre en la primera fila de una conferencia de prensa.

Tengo mucho que explicar, dijo Woods; pero hay una cuestión que quiero discutir y es que algunas personas han especulado que Elin de alguna manera me hirió o me atacó la noche de Acción de Gracias, el pasado 27 de noviembre en medio de una pelea doméstica.

Me molesta que la gente pueda fabricar una historia como esta, dijo Woods elevando la voz: “Elin nunca me pegó esa noche ni ninguna otra. No hubo un episodio de violencia en nuestro matrimonio, jamás. Elin ha demostrado una enorme gracia y elegancia en esta dura prueba. Merece elogios, no la culpa.

El problema aquí era mi reiterado comportamiento irresponsable. Yo fui infiel. Tenía historias, hice trampa, lo cual no es aceptable, y yo soy el único culpable.

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Woods dijo que él fue quien hizo trampa y es el único culpableFoto Reuters

Desde el 27 de noviembre, cuando el Cadillac del multimillonario deportista de 34 años se estrelló contra un árbol frente a su casa de Florida, supuestamente huyendo de la furia de una esposa sueca despechada, con palo de golf en mano, surgieron casi a diario nuevas revelaciones sobre las presuntas relaciones extramaritales de Woods.

Los he defraudado a todos ustedes y ofrezco disculpas por mi actitud, expresó el golfista, quien dijo que regresará nuevamente a la clínica Pinic Grove Behavorial Health en las afueras de Mississippi, donde asistió durante seis semanas a un programa de rehabilitación de adicción al sexo.

Al margen de los detalles de la confesión y disculpas de Tiger, la noticia más esperada era conocer si después de 80 días en las penumbras hablaría sobre su regreso al golf o si comunicaría el fin de su exitosa carrera.

Sin embargo, Woods desencantó a los que esperaban el anuncio de un inminente regreso para el primer torneo grande del año: el Masters de Augusta, del 5 al 11 de abril, con una bolsa de 7 millones de dólares.

Tengo planes para regresar, pero no estoy seguro cuándo, dijo, cuya expresión cayó como balde de hielo sobre sus seguidores y amantes de la disciplina que esperaban verlo pronto en los campos de juego.

Tras el discurso, cuya expectativa detuvo actividades hasta en sitios como Wall Street, Woods abandonó el estrado, se abrazó con su madre y algunos amigos en el recinto, mientras sólo las cámaras fotográficas con su sonido se atrevieron a romper el silencio del club Casa de la Asociación de Golf Profesional (PGA, por sus siglas en inglés).