Celebrarán al investigador por su 70 años de vida

La arqueología mexicana depara un
mundo por explorar: Matos Moctezuma

El arqueólogo, coordinador del Proyecto del Templo Mayor, ha publicado más de 400 textos y participado en trabajos de investigación en las zonas arqueológicas de Teotihuacán, Tula, Cholula y Tlatelolco


Eduardo Matos Moctezuma junto a la Coyolxauqui, Museo del templo Mayor, Centro Historico. Foto: Carlos Cisneros

ANA MÓNICA RODRÍGUEZ

El conocimiento de la civilización mexica, el proyecto Templo Mayor y sus estudios sobre la muerte en el mundo prehispánico han ocupado la mente y consumido infinidad de horas de trabajo del arqueólogo e investigador Eduardo Matos Moctezuma, quien cumplirá 70 años el 11 de diciembre de 2010.

Dicha celebración ocurrirá en el contexto de la versión 31 de la Feria del Libro del Palacio de Minería, donde Matos Moctezuma presentará, durante un homenaje, su libro Las piedras negadas: de la Coatlicue al Templo Mayor.

El multigalardonado investigador es miembro de El Colegio Nacional y ha ocupado diversos cargos en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), además de haber recibido varias distinciones.

El año pasado recibió un homenaje por su fructífera trayectoria. Hace un par, de años durante una entrevista realizada, en la zona arqueológica del Templo Mayor, Matos Moctezuma se consideró un hombre feliz, con objetivos y retos que ha asumido y afrontado durante su larga trayectoria en el ámbito de la arqueología.

Cobijado por ese mundo prehispánico que ha investigado desde hace 30 años –tras el hallazgo del monolito de la Coyolxauhqui–, el autor de Muerte al filo de la obsidiana aseguró entonces que con la obtención del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2007 se reconoció “una labor de toda la vida”.

“Este galardón no es un hecho fortuito. Es gracias a lo realizado durante tantos años y por lo que me siento orgulloso; pero, también, buena parte de este premio es para los investigadores que han colaborado conmigo, así como para el INAH, que me ha cobijado como investigador y arqueólogo”.

Prosiguió: “Ahora viene el momento de recapacitar sobre lo que se ha hecho y reflexionar hacia el futuro. No puede uno conformarse y ya. Seguiré investigando y escribiendo”.


Detalle del Zompantli, Museo del Templo Mayor Foto: Yazmín Ortega

Además, el coordinador del Proyecto Templo Mayor se mostró consciente del irremediable paso del tiempo. “El tiempo se acorta y no es como cuando uno tiene 30 años y un panorama amplísimo, pero a futuro sí quisiera concretar mis ideas sobre la historia de la arqueología y sobre el tema de la muerte en el mundo prehispánico”.

El arqueólogo, quien también encabeza las investigaciones que buscan comprobar la existencia de los restos mortales del tlatoani mexica Ahuizotl, aseguró convencido que el Proyecto Templo Mayor es su máxima obra. “Es la zona en la que he estado más tiempo y ha proporcionado información rica y novedosa. Sin duda, sí lo ha sido”.

Matos Moctezuma explica sus vicisitudes en el oficio que ejerce desde hace muchos años. “Los aportes de la arqueología mexicana han revolucionado el conocimiento desde hace 25 o 30 años, porque antes eran menos investigadores y avanzábamos a paso lento; a lo largo de los años se dispararon nuevas técnicas, sobre todo en aspectos de fechamiento, superficie, detección de materiales y análisis de diferentes tipos.”

A decir de Matos Moctezuma, esa revolución tecnológica ha aclarado muchas cosas y enriquecido el panorama arqueológico para que se obtenga información precisa, con mayor certidumbre, de las hipótesis planteadas.

Matos ha publicado más de 400 textos –entre libros y revistas– y participado en trabajos de investigación en las zonas arqueológicas de Teotihuacán, Tula, Cholula y Tlatelolco.

“He tenido la suerte de trabajar en cinco de las grandes ciudades prehispánicas, pero las cuatro primeras fueron un gran aprendizaje para el establecimiento de la zona arqueológica del Templo Mayor.”

También el investigador emérito del INAH es considerado uno de los impulsores de la arqueología urbana y de la investigación sistemática para el conocimiento de la cultura mexica y se sumó a la lista de lista de arqueólogos de ese instituto que han sido galardonados con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, entre los que figuran Alfonso Caso (1960); Ignacio Bernal (1969) y Román Piña Chan (1994), estos dos últimos fueron maestros del propio Matos, así como el antropólogo Rodolfo Stavenhagen, egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH).

Eduardo Matos Moctezuma es maestro en ciencias antropológicas con especialidad en arqueología, por la ENAH y la UNAM.

Sus aportaciones más significativas se enmarcan en el diseño y coordinación en 1978 del Proyecto Templo Mayor, a través del cual se emprendieron las tareas de excavación arqueológica de este recinto sagrado de la antigua Tenochtitlán, mismo que continúa vigente.

Como resultado de este trabajo interdisciplinario en el que participaron varios especialistas, se logró la liberación de siete etapas constructivas del Templo Mayor y sus elementos escultóricos, el descubrimiento de más de 100 ofrendas depositadas en diversos puntos del edificio prehispánico, de las cuales se han recuperado más de siete mil objetos, así como la excavación a lo largo de tres décadas de espacios aledaños al antiguo recinto sagrado, como la Casa de las Águilas, el Adoratorio B, los templos rojos y recientemente el Predio Las Ajaracas.


Detalle de deidad relacionada con la agricultura (cultura Mexica), dentro un altar del Templo Mayor, Foto: Cristina Rodríguez

De modo paralelo al desarrollo de este proyecto, en 1991 Matos Moctezuma creó el Programa de Arqueología Urbana (PAU) para profundizar en el estudio del recinto ceremonial de México-Tenochtitlán y en 1987 fundó el Museo del Templo Mayor, bajo la premisa de brindar al público un panorama amplio sobre la civilización azteca, al integrar éste a la zona arqueológica, lo que permitió generar una adecuada estrategia de difusión de los resultados del proyecto de investigación.

Ese mismo año impulsó el Proyecto de la Zona Arqueológica de Tlatelolco, ciudad gemela de la antigua Tenochtitlán.

A su labor en torno a la cultura mexica, se suman las aportaciones hechas por Matos Moctezuma en el conocimiento de la zona arqueológica de Tula en sus distintos periodos (prehispánico, colonial y moderno), así como de la zona arqueológica de Teotihuacán, donde realizó excavaciones en la Pirámide del Sol y creó el Centro de Estudios Teotihuacanos en 1994.

Con más de 45 años de trayectoria profesional en el INAH, el investigador emérito Matos Motezuma señaló: “La arqueología es una disciplina de gran tradición en México y ha habido aportes significativos en los años recientes. Se ha seguido avanzando y creo que hay todo un mundo aún por investigar, lo importante en este sentido es contar con proyectos bien elaborados y fundamentados, y sobre eso trabajar”.

Matos Moctezuma es integrante de El Colegio Nacional, de la Academia Mexicana de la Historia, de la Asociación de Escritores de México y de la Sociedad de Antropólogos del Caribe.

Es autor de Muerte al filo de la obsidiana, Vida y muerte en el Templo Mayor, Teotihuacán: la metrópoli de los dioses, Los aztecas, El Templo Mayor de Tenochtitlán y La casa prehispánica, entre centenares de artículos publicados en revistas nacionales e extranjeras