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La investigación, desarrollada en California, fundamental para crear una vacuna

Validan hipótesis de que los anticuerpos agravan el dengue

Existen cuatro serotipos del mal; la infección con uno de ellos sólo protege de por vida contra ese mismo, pero si se trata de otro, las defensas no lo reconocen, explica autora del estudio

Periódico La Jornada
Martes 16 de febrero de 2010, p. 2

La antigua y controvertida hipótesis de que los anticuerpos –por lo regular los chicos buenos en la lucha del organismo contra los virus– contribuyen a intensificar la grave enfermedad viral conocida como dengue ha sido validada por un importante instituto de investigación de San Diego, California.

El Instituto La Jolla de Alergia e Inmunología anunció esta semana un descubrimiento que tendrá importantes implicaciones para el desarrollo de la que sería la primera vacuna contra el virus del dengue, el cual constituye una creciente amenaza de salud pública, pues infecta cada año a entre 50 y 100 millones de personas, de las cuales medio millón padecen la forma más grave, el dengue hemorrágico.

“Nuestro laboratorio ha demostrado la antigua hipótesis de que subneutralizar los niveles de virus de dengue exacerba la enfermedad –explicó la doctora Sujan Shresta, del Instituto La Jolla, e indicó que eso ocurre en personas que tienen anticuerpos contra el virus debido a una infección anterior–. Es una situación en la cual los anticuerpos resultan malos para las personas, concepto contrario a todo lo que sabemos de su función normal. También representa un reto especial a los investigadores que buscan desarrollar una vacuna, puesto que la mayoría de éstas funcionan estimulando al organismo a producir anticuerpos.”

Zonas tropicales y subtropicales

El dengue es transmitido por mosquitos y causado por uno de cuatro serotipos de virus estrechamente emparentados entre sí, del género Flavivirus. La infección puede causar enfermedades que van desde una fiebre semejante a la del resfriado común hasta la forma más severa, conocida como dengue hemorrágico, capaz de ocasionar fugas en los vasos sanguíneos que pueden provocar un shock que ponga en peligro la vida. El dengue ataca con particular intensidad en zonas tropicales y subtropicales del sudeste de Asia y América Latina.

La hipótesis de que los anticuerpos aumentan la intensidad del dengue fue formulada por primera vez en la década de 1970 por el doctor Scott Halstead, uno de los mayores expertos mundiales en la infección provocada por este virus. El doctor Halstead refirió que tuvo el primer indicio de este fenómeno cuando realizaba extensos estudios en pacientes de dengue en Tailandia, en la década de 1960. “Pudimos detectar que varios pacientes tenían una respuesta secundaria de anticuerpos, lo cual significaba que todos habían sido infectados antes –señaló–. Fue la primera evidencia de que una persona tenía que haber sido infectada anteriormente con dengue para contraer la forma severa.”

Observaciones epidemiológicas posteriores, entre ellas de casos severos en bebés nacidos de madres que se habían infectado antes, junto con estudios en laboratorio, llevaron a Halstead a formular la hipótesis. El trabajo de la doctora Shresta, realizado en modelos de ratón, aporta la primera prueba en vivo de la ocurrencia de este fenómeno.

El doctor Halstead se manifestó complacido de que se haya demostrado su teoría, pero sobre todo de que la doctora Shresta haya logrado desarrollar un modelo sólido de ratón para investigar el virus del dengue. Se reconoce a Shresta como la creadora del primer modelo de ratón que mostró aspectos claves de una infección humana.

Un modelo como éste es un verdadero avance en materia de instrumentos, expresó el doctor Halstead, director de investigación de la Iniciativa de Vacuna contra el Dengue Pediátrico en el Instituto Internacional de Vacunas, con sede en Seúl, Corea, y consultor de la Fundación Rockefeller de Nueva York. Llevamos 40 años en busca de un modelo para probar este fenómeno. Nos permitirá estudiar el virus y la intensificación por anticuerpos en formas que antes no eran posibles.

Usando el modelo de ratón, el grupo de Shresta ya ha realizado una observación sorprendente y esencial de que ciertas células del hígado, llamadas sinusoidales endoteliales –y no las macrófagas y dendríticas, como se había esperado–, apoyan la intensificación por anticuerpos de la infección del dengue.

Durante mucho tiempo los científicos se habían quejado de que la falta de un buen modelo animal obstruía esfuerzos por desarrollar una vacuna contra el dengue. El descubrimiento de la doctora Shresta y su grupo subraya la importancia de tener cuidado especial al desarrollar la vacuna. “Los investigadores deben ser extremadamente cautelosos para asegurarse de que bajo ninguna circunstancia la vacuna genere estas condiciones subneutralizadoras de anticuerpos –advirtió la científica–. De otro modo, causaría que las personas desarrollaran la forma más severa y potencialmente letal de la enfermedad: la hemorrágica.”

El doctor Halstead estuvo de acuerdo en que los esfuerzos deben enfocarse en una vacuna que proteja contra los cuatro serotipos, para evitar infecciones posteriores. “Debe hacer que la persona desarrolle anticuerpos contra cada uno de los virus –expresó, e informó que él trabaja con varios equipos de científicos que adoptan este enfoque–. El modelo que ha realizado la doctora Shresta será importante para los científicos que desarrollen esa vacuna.”

La doctora Shresta, cuyo trabajo fue publicado en línea en Cell Host & Microbe y divulgado en un comunicado del Instituto La Jolla, indicó que la existencia de cuatro serotipos de dengue que circulan al mismo tiempo explica el desarrollo de anticuerpos subneutralizadores. La infección con uno de esos serotipos sólo proporciona protección de por vida contra ese serotipo en particular. En infecciones posteriores, cuando se presenta un serotipo diferente, los anticuerpos no lo reconocen lo suficiente para neutralizarlo. Esto desencadena una cascada de eventos moleculares poco comunes, en la cual los anticuerpos contribuyen a la infección en vez de combatirla, concluyó.

La Organización Mundial de la Salud estima que unos 2 mil 500 millones de personas –40 por ciento de la población mundial– viven en zonas de riesgo de infección por dengue. Cada año ocurren unos 500 mil casos de dengue hemorrágico, que causan alrededor de 24 mil muertes, sobre todo de niños.

Reproducido con permiso del Instituto La Jolla de Alergia e Inmunología

Traducción: Jorge Anaya