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Presentaron la versión mexicana del Diccionario enciclopédico de la música

Se recopiló un material incluyente que conjuga las sonoridades del mundo

El volumen contiene temas insospechados sobre ese arte y su relación con otras disciplinas

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Yael Bitrán, Federico Bañuelos, Alejandro Pérez-Sáez y Eduardo Langagne, la noche del jueves, en el Centro Cultural Bella Época, donde presentaron el Diccionario enciclopédico de la músicaFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de febrero de 2010, p. 5

Mil 685 páginas y tres y medio kilos de peso. Numeralia que no sólo describe sus características físicas, sino que da cuenta de la titánica tarea de recopilación e investigación que subyace detrás del Diccionario enciclopédico de la música, como tituló el Fondo de Cultura Económica (FCE) a la traducción en español que acaba de publicar The Oxford Companion to Music, el máximo referente de consulta que sobre este arte existe en el mundo.

En un solo tomo, el volumen fue presentado la noche del jueves en el Centro Cultural Bella Época, del FCE, sello que, con la publicación de esa obra, comenzó los festejos de su septuagésimo aniversario, como se informó en estas páginas el pasado miércoles.

El acto contó con la participación de tres de los cuatro integrantes del equipo que durante siete años tradujo del inglés la edición más actualizada de ese monumental lexicón, correspondiente a 2001, y que lo enriqueció con entradas, referencias y apartados explicativos que no aparecen en el texto original.

Ausencia de Brennan

Tomaron la palabra la musicóloga Yael Bitrán, el intérprete y docente Federico Bañuelos y el bajista Alejandro Pérez-Sáez, este último coordinador de los trabajos. Sólo faltó el crítico musical Juan Arturo Brennan, colaborador de este diario. También participó el escritor Eduardo Langagne.

Un aspecto destacado por Yael Bitrán, precisamente, fue el concerniente al perfil de quienes recibieron la encomienda del FCE para realizar la edición en español del citado diccionario.

No sólo somos especialistas en dos idiomas (español e inglés) y en música, sino que todos estamos metidos en la comunidad musical y conocemos mucha gente dentro de ella, comentó.

Este diccionario fue posible gracias al apoyo de muchos integrantes de esa comunidad en México y el extranjero (desde Latinoamérica y Sudamérica hasta España). Es una obra colectiva, en el sentido más amplio de la palabra.

La investigadora recordó que el origen de The Oxford Companion to Music se remonta a 1938, y cómo ha tenido “una historia exitosa, paralela a la del Diccionario Grove”, otro material de consulta esencial en el arte sonoro.

Resaltó que la responsable de su más reciente edición en inglés, Alison Lathan, integró 120 personas más al equipo de colaboradores ya existente, lo cual permitió no sólo incrementar el número de fichas, sino integrar nuevas visiones que existen hoy día en torno a la música, al haberse borrado los géneros y haberlos integrado en un gran bloque.

“Con esa innovación –refiriéndose al trabajo comandado por Lathan– no sólo no hay ruptura, sino que representa una continuidad que ha permitido evolucionar al diccionario.”

Antes, Alejandro Pérez-Sáez calificó a esta obra como un diccionario incluyente en todo sentido, al conjugarse en él no sólo la música de arte, la occidental, sino las músicas del mundo, ahora que las fronteras entre ellas se han ido disipando.

Precisó que se tomaron la libertad de meterle mano a la edición en inglés e hicieron adaptaciones y cruzaron información obligados por las diferencias entre los términos en habla inglesa y en castellano, así como las diversas acepciones o denominaciones que existen para varios términos e instrumentos musicales o partes de los mismos.

Actuación de Horacio Franco

Pérez-Sáenz consideró al Diccionario... como un material necesario y útil no sólo para las personas relacionadas con el arte sonoro en cualquiera de sus áreas. Aseguró que se trata de una obra que puede ser consultada por el público en general y servir como guía para adentrarse y entender los diversos aspectos y rubros de los que consta la música.

Pero también pueden encontrarse con varias sorpresas, en cuanto a que el diccionario aborda temas insospechados sobre cultura en general, a partir de la relación entre el arte sonoro y diversas disciplinas y situaciones de la vida cotidiana”, sostuvo.

Como parte de la presentación, el flautista Horacio Franco cautivó al público que llenó la sala del centro Bella Época, con la interpretación de tres obras, entre ellas la Gran chacona, de Johann Sebastian Bach, y la Fantasía número 12, de Telemann.