Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de enero de 2010 Num: 776

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Cinco brevedades
ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ

Un poeta
ARIS DIKTAIOS

Camus y la muerte absurda
RICARDO BADA

El absurdo y el hombre rebelde de Camus o
volver a empezar

ANTONIO VALLE

Camus: regreso al hombre rebelde
GUILLERMO VEGA ZARAGOZA

Siete preguntas para una escritora fuera de serie
ESTHER ANDRADI entrevista con LUISA VALENZUELA

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Luis Tovar
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Cumpleaños

Dentro de dos meses y una semana, el Instituto Mexicano de Cinematografía sumará veintiocho años cumplidos, habida cuenta de que fue creado, mediante decreto oficial, el 25 de marzo de 1983. Desde entonces, es decir durante ya casi tres décadas, si no se toma en cuenta la trayectoria de dicho instituto, el cine nacional no sólo sería inexplicable o la historia cinematográfica de este país quedaría incompleta, sino incluso, en más de una ocasión a lo largo de ese lapso, posiblemente no hubiera habido nada por registrar.

EL TEXTO ES EL PRETEXTO

La razón de que se hable aquí del asunto con algo que pareciera mucha anticipación, es que el imcine tuvo el gesto amable de hacer llegar al ámbito de este juntapalabras un ejemplar del volumen kilométricamente titulado Múltiples rostros, múltiples miradas. Un imaginario fílmico. 25 años del Instituto Mexicano de Cinematografía, con el cual, dicho sea con perdón de Perogrullo, la entidad celebra su primer cuarto de siglo, cumplido en 2008. Coordinado por Do ra Moreno Brizuela y por el infatigable y decididamente ubicuo Víc tor Ugalde –a quien Uno se lo encuentra lo mismo en un festival de cine que en una mesa de conferencias o en un estudio radiofónico, que cabildeando en la cámara de Diputados a favor del cine mexicano–, el libro fue escrito a muchas manos: abre con una presentación de ésas que nadie lee, prescindible en virtud del aire enrarecido de oficialismo que suele ser la médula de este tipo de piezas escritas, a cargo de Consuelo Sáizar, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, al cual orgánicamente pertenece el IMCINE. Le sigue un prólogo emanado de la pluma de alguien que sí tiene a la es critura –en este caso guionística– como su oficio de origen, es decir de Marina Stavenhagen, actual directora del instituto . Para definir el propósito que animó la producción de este ge neroso ejemplar –dos cientas cincuenta pági nas tamaño carta–, y puesto que Marina lo dice inmejorablemente, conviene citarla in extenso: “Este libro busca celebrar el aniversario a tra vés de textos diversos. Uno, el central, una me moria de la gestión de una institución pública que ha sido pilar y puntal del desarrollo de la cinematografía mexicana en los últimos años. Otros más, un coro de distintas voces que hacen un balance reflexivo y crítico sobre la institución y los altibajos de su relación con los diversos actores de la comunidad ci nematográfica.”

CADA QUIEN SU IMCINE

Para el colega Francisco Sánchez, de quien se reproduce un fragmento de su libro Crónica antisolemne del cine, en sus principios el imcine “era sólo un aborto burocrático, inocuo y sin facultades autónomas que se hacía depender de RTC”, es decir, de la nefanda dirección de Radio, Televisión y Cinematografía perpe trada por el no menos nefando José Ló pez Portillo. Por su parte, Lucy Orozco, invitada a volver a la Cineteca Nacional en calidad de subdirectora, recuerda que “Alberto [Isaac, primer director del instituto] no recibió presupuesto en esa época, ni siquiera para muebles, mucho menos para hacer cine.”

Nada raro en México, Isaac se vio obligado a renunciar al poco tiempo de ha ber aceptado un cargo para el que jamás le dieron las herramientas y los recursos prometidos. De lo ante rior, así como de infinidad de pormenores, se entera el lector gracias a los testimonios arriba citados, así como los de otros iniciadores del imcine , entre los que se cuen tan Héctor López, Gabriel Retes, Alejandro Pelayo y Sergio Olhovich. Esos fragmentos de una me moria al mismo tiempo personal e histórica es tán antecedidos por un muy buen en sayo a cargo de Gerardo Salcedo, que se titula “Los primeros 25 años (1983- 2008)”. Puntual y detallista, Salcedo hace al mismo tiempo la cronología, el apunte y la reflexión en torno a los antecedentes del instituto, las condiciones bajo las cuales fue creado y el desarrollo que muestra desde su origen hasta los días actuales, incluyendo aconte cimientos, creación y desaparición de eventos y entidades adscritas al imcine , más un largo etcétera.

Las llamadas “otras miradas” son las de Alberto Híjar Serrano, Mónica Lozano y Rafael Montero al alimón, Alejandro Ramírez, el anterior titular imcinesco Alfredo Joskowicz, y de nuevo Víctor Ugalde, es decir, son los puntos de vista de un puñado representativo de quienes han sido y siguen siendo protagonistas del fenómeno cinematográfico nacional, ya sea desde su siempre complicada y difi cultosa realización, o bien desde la no menos cuesta arriba gestión y defensa.

Sea pues este volumen testimonio y regalo de cumpleaños, pero también, y sobre todo, el indispensable registro de lo que se ha hecho para, en el futuro, hacerlo mejor.