Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 17 de enero de 2010 Num: 776

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Cinco brevedades
ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ

Un poeta
ARIS DIKTAIOS

Camus y la muerte absurda
RICARDO BADA

El absurdo y el hombre rebelde de Camus o
volver a empezar

ANTONIO VALLE

Camus: regreso al hombre rebelde
GUILLERMO VEGA ZARAGOZA

Siete preguntas para una escritora fuera de serie
ESTHER ANDRADI entrevista con LUISA VALENZUELA

Leer

Columnas:
Prosa-ismos
ORLANDO ORTIZ

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Germaine Gómez Haro

Artistas latinoamericanos en Nueva York

El Museo del Barrio fue creado en 1969 en lo que se conoce como el Spanish Harlem de Nueva York, por la comunidad predominantemente puertorriqueña emigrada durante las décadas de 1930 y 1940. En la actualidad se ha convertido en el enclave más importante de difusión del arte latinoamericano en la ciudad. Desde hace unos años cuenta con un director mexicano –Julián Zugazagoitia–, quien se encargó de llevar a cabo una excelente remodelación del edificio, recientemente inaugurado para celebrar sus cuarenta años con la exposición Nexos de New York. Artistas de las Américas en la metrópolis moderna, una excelente muestra panorámica que da cuenta de la presencia de los artistas latinoamericanos en esta ciudad en las primeras décadas del siglo pasado y su interrelación e impacto con los crea dores locales. El guión curatorial que reúne alrededor de doscientos artistas está basado en los diálogos entre los creadores que viajaron o residieron en la Gran Manza na antes de la segunda guerra mundial y las sorprendentes aportaciones que hicieron, sentando las bases para convertir la ciudad en el centro artístico mundial durante la segunda mitad del siglo. Particularmente atraídos por instituciones como el recién fundado Museo de Arte Moderno (MOMA), el Art Students League, el New School for Social Research, el Experimental Workshop impulsado por Siqueiros, y la Feria Mundial de 1939, numerosos artistas de Bolivia, Cuba, Brasil, Ecuador, México, Uruguay, República Dominicana, Chile y Puerto Rico entablaron relaciones creativas con los artistas locales, forjando juntos los primeros discursos de la modernidad americana. La propia ciudad fungió como musa y piedra de toque en el desarrollo del fenómeno de la vanguardia.

La muestra da inicio con los artistas que hacia 1910 rea lizaban pintura realista y expresionista, algunos de ellos maestros en las instituciones de enseñanza artística, como el prestigiado uruguayo F. Luis Mora, hoy casi olvidado. Las escuelas de arte eran, pues, los centros de intercambio don de se gestaron relaciones creativas de alto potencial, como la brasileña Anita Malfatti y Homer Boss, el puertorri queño Miguel Pou y Becerra y Robert Henri, el cubano Carlos Enríquez y Alice Neel, entre los más tempranos. Relacio nes y alianzas que al paso de los años se fueron multiplicando para crear el fascinante melting pot de la vanguardia neoyorquina. Entre los círculos cubistas y dadaístas hacia 1910-1920, surgieron figuras fundamentales como el mexicano Marius de Zayas –también curador y escritor, conocido como “el renacentista mexicano”– quien abrió una galería pro motora del arte americano de vanguardia y cuyos fabulosos retratos abstractos basados en el álgebra inspiraron a Francis Picabia en la creación de sus “retratos-objeto”. Otro mexicano influyente en esta etapa gestacional fue el poeta José Juan Tablada, quien se estableció en la ciudad en 1914 y fundó una librería que se convirtió en el centro neurálgico para los hispanoparlantes. Adolfo Best Maugard llegó en 1911 y se unió al antropólogo Franz Boas para ilustrar sus textos de arte precolombino, desarrollando así su fa moso Método de Diseño Creativo o Método Best, que se convertiría en la base del sistema de educación artística en México en la era vasconcelista.

Las imágenes de la vida urbana y la naciente ciudad moderna, así como las escenas de los círculos sociales, es pecialmente de las comunidades afroamericanas, fueron la fuente de inspiración de todos los artistas que pasaron por Nueva York. Ahí surgen las pinturas de los rascacielos como símbolo de la modernidad en José Clemente Orozco, quien fue comisionado para crear los murales del comedor en el New School for Social Research, y las fenomenales caricaturas de Miguel Covarrubias teñidas de comentarios sociales de fina ironía. Otra aportación relevante fue el Experimental Workshop, de Siqueiros, Laboratorio de Técnicas Modernas, donde se formaron dos de los artistas estadunidenses más influyentes del siglo XX, Jackson Pollock y Philip Guston, entre muchos otros.

Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Wifredo Lam, Amelia Peláez, Roberto Matta, Candido Portinari, son sólo algunos ejemplos de las numerosas figuras latinoamericanas que influyeron de manera determinante en la escena artística neoyorquina de la primera mitad del siglo pasado, reunidos en esta magnífica muestra que ilustra los ires y venires de creadores fundamentales, cuyos diálogos creativos en Nueva York fundamentaron el modernismo americano.