La sobrepoblación penitenciaria en México supera 56 mil espacios; 28 cárceles concentran 50 por ciento de los reos, y cuatro de las cinco prisiones de máxima seguridad están a su máxima capacidad.

En ese contexto, de septiembre de 2008 a diciembre del año pasado se produjeron hechos violentos en el sistema penitenciario del país, que involucraron a 854 personas y dejaron un saldo de 200 internos muertos, 532 heridos y 142 fugados, señalan informes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal.

De acuerdo con las estadísticas de la dependencia, entre los hechos están, por ejemplo, lo sucedido en el penal de Ciudad Juárez en marzo de 2009, cuando dos bandas de sicarios, Los Aztecas y Los Mexicles, se enfrentaron por el control del penal.

El último reporte fue del mes de agosto, cuando un motín en el penal de Durango dejó un saldo de 20 muertos y 25 heridos.

La SSP federal, que dirige Genaro García Luna, señaló en el tercer Informe de gobierno de Felipe Calderón que con sus acciones “será posible proteger a la sociedad contra la delincuencia mediante el confinamiento de los infractores en ambientes controlados de reclusión.

Contar con centros penitenciarios que sean seguros, humanos, eficientes y sustentables; que den tranquilidad a la sociedad, garanticen el cumplimiento de la sentencias y generen condiciones de reinserción social basadas en el trabajo, la capacitación para el empleo, la educación, la salud y el deporte. Con el propósito de que los sentenciados, al recuperar su libertad, se conviertan en ciudadanos útiles a sí mismos y a la sociedad, respetuosos de la ley y del orden comunitario.

El pasado 9 de diciembre, durante un foro en el que se analizó el impacto que tendrá en el sistema penitenciario la reciente reforma en materia penal, el subsecretario del ramo, Patricio Patiño Arias, afirmó que 42 por ciento de los presos no pueden participar de programas de readaptación social porque no han sido sentenciados.

Asimismo, que en muchas de las cárceles es imposible llevar a cabo la reinserción social de los prisioneros, y que en México no existe un sistema penitenciario, sino 431 (que es el número de cárceles que existen en el país), porque cada quien mata las pulgas como puede.

De acuerdo con estadísticas dadas a conocer por Patiño Arias, y documentos de la SSP federal, en el ámbito penitenciario federal, en conjunto, no se registra sobrepoblación; sin embargo, los centros federales de readaptación social número 1, del Altiplano (antes La Palma); 2, Occidente (antes Puente Grande); 3, Noreste (Matamoros), y 4, Noroeste (Nayarit), se encuentran a su máxima capacidad.

El penal del Altiplano cuenta con una capacidad instalada de 816 espacios, y hasta el pasado 9 de diciembre tenía 801 reos; Occidente tiene capacidad para atender a 836 internos, y opera con 930; Noreste tiene 724 espacios y actualmente hay una ocupación de 719; Noroeste dispone de mil 360 espacios y tiene mil 338 internos. La prisión federal que tiene mayor número de espacios disponibles es la que se localiza en Aldama, Veracruz, con 2 mil 828, ya que en la actualidad tiene mil 638 reos.

Ante la falta de espacios y la pretensión de tener a todos los reos federales en sus cárceles, la SSP federal ha acordado con los gobiernos de algunas entidades federativas la transferencia de centros de reclusión estatales para su operación.

Entre los proyectos productivos que planea impulsar la SSP federal está un “plan piloto de desarrollo sustentable en las áreas agrícola, pecuaria, forestal, piscícola y agroindustrial, para su implementación en el penal de máxima seguridad de Nayarit.

En la colonia penal federal de las Islas Marías se aplicará un programa de producción de abejas reinas de alta calidad, y se capacitará en la captación, almacenamiento, purificación y potabilización de agua, para aprovechar los recursos de la isla Madre a partir del programa de manejo integral de microcuencas, señala.

Según la SSP, hasta junio de este año, 2 mil 475 internos de los seis centros federales desempeñaban algún tipo de trabajo, y 392 recibían alguna capacitación laboral.

Por lo que hace a cuestiones de seguridad, en penales federales, de septiembre de 2008 a julio de este año, se adquirieron y pusieron en operación 199 equipos de detección de metales y objetos prohibidos; nueve de detección de objetos adheridos al cuerpo y cavidades; 31 equipos de rayos X; 15 para detectar narcóticos y explosivos; cinco para prevenir intrusión y/o fugas; 900 radios de comunicación; 15 inhibidores de señal celular, y seis sistemas de circuito cerrado de televisión con 2 mil 25 cámaras.