Mundo
Ver día anteriorViernes 11 de diciembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Protestas en Oslo contra el jefe de la Casa Blanca: ya lo ganaste, ahora merécelo

Hay guerras justas: Obama al recibir el premio Nobel de la Paz

No importa qué errores hayamos cometido, EU ha garantizado la seguridad global más de seis décadas, sostiene

Rechaza que sea cínico decir que la fuerza, a veces, es necesaria

El pacifismo no siempre es suficiente, dice, y aplaude acciones de Luther King y Gandhi

Foto
Manifestación de pacifistas en Manhattan, en repudio a la guerra en Afganistán y a la entrega del Nobel de la Paz a Barack ObamaFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Viernes 11 de diciembre de 2009, p. 26

Oslo, 10 de diciembre. Entre serio y humilde, el presidente estadunidense Barack Obama admitió este jueves en el deslumbrante ayuntamiento de esta capital noruega, una realidad incómoda dentro del recinto: Las imperfecciones del hombre y los límites de la razón implican que muchas veces deberá derramarse sangre antes de lograr la paz.

Entiendo por qué la guerra no es popular, pero también sé esto: la convicción de que la paz es deseable rara vez es suficiente para conseguirla, sostuvo. La paz requiere responsabilidad, implica sacrificio, continuó: No erradicaremos los conflictos violentos en lo que nos queda de vida. Habrá veces en que las naciones, de manera individual o de común acuerdo, encontrarán que el uso de la fuerza no sólo es necesario, sino moralmente justificado.

El discurso de 35 minutos lo pronunció Obama apenas diez días después de que anunció que enviará 30 mil soldados más a Afganistán. Sin embargo, desestimó las preocupaciones en torno a las presiones políticas en su país y, en cambio, ofreció una meditación personal sobre el concepto de la guerra justa.

Preguntan críticos por los frutos de su nueva política exterior

El Comité del Nobel otorgó este año el galardón a Obama por los cambios que emprendió al comienzo de su presidencia, no sólo al prohibir abiertamente la tortura y prometer el cierre de la prisión de Guantánamo, sino también por dar prioridad a tender puentes y ejecutar gestos de acercamiento hacia viejos enemigos. Sus críticos dijeron que su enfoque era ingenuo y preguntaron dónde estaban los frutos de esta estrategia de política exterior.

La caravana de limusinas que que transportaban a Obama, a la primera dama, Michelle, y a los principales colaboradores del mandatario, así como familiares y amigos, fue recibida por multitudes que vitoreaban, pero también por una enorme pancarta en que se leía: Obama, ya lo ganaste. Ahora merécelo.

Pero en Oslo, algo del idealismo de Obama en política exterior dio cabida a un realismo más sobrio. El presidente estadunidense aplaudió la paz que predicaron Martin Luther King y Gandhi, aunque agregó que el pacifismo no siempre es suficiente.

Un movimiento no violento no hubiera podido detener a los ejércitos de Hitler. Negociaciones no convencerán a los líderes de Al Qaeda de dejar las armas. Decir que la fuerza a veces es necesaria no es llamar al cinismo, sino al reconocimiento de la historia, a las imperfecciones del hombre y a los límites de la razón, afirmó.

Obama sostuvo que la percepción de su país como un agresor no bienvenido está muy enraizada en la sospecha reflexionada contra Estados Unidos, considerado como la única superpotencia militar del mundo. Pero dijo que la historia será más benévola. No importa qué errores hayamos cometido, el hecho llano es este: Estados Unidos ha ayudado a garantizar la seguridad global por más de seis décadas con la sangre de nuestros ciudadanos y la fortaleza de nuestras armas.

Añadió: Pero en un mundo en que las amenazas son más difusas y las misiones más complejas, Estados Unidos no puede actuar solo. Esto es cierto en Afganistán. Es verdad que en estados fallidos como Somalia el terrorismo y la piratería se han unido a la hambruna y al sufrimiento. Tristemente, esto seguirá siendo cierto en regiones que permanecerán inestables en años por venir.

Obama ofreció su definición de paz verdadera y cómo, una vez lograda, puede mantenerse.

La paz es inestable en sitios donde los ciudadanos tienen negado el derecho de expresarse libremente o de practicar la religión que deseen; elegir a sus propios líderes o reunirse sin miedo. Una paz justa incluye no sólo derechos civiles y políticos, sino también gozar de seguridad económica y oportunidades. La paz verdadera, por tanto, no sólo es ser libre de todo temor, sino tener la libertad de desear.

Los ingredientes fundamentales para nutrirla, continuó Obama, son acuerdos entre las naciones, instituciones fuertes, apoyo a los derechos humanos, inversiones en desarrollo. Y con todo, no creo que tuviéramos la voluntad y la permanencia de completar esta tarea sin algo adicional, y esto es la continua expansión de nuestra imaginación moral, la insistencia de que existe algo irreductible que todos compartimos.

Concluyó: Propongámonos lograr el mundo que debe ser, y encontrar esa chispa de lo divino que existe dentro de cada una de nuestras almas.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca