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José Rogelio Álvarez dictó una ponencia magistral y recibió un homenaje en la UNAM

Atemperar pobreza, máximo reto para el Estado y la sociedad, dijo el historiador

La igualdad de derechos de hombres y mujeres, entre otros valores de la Revolución que no deben perderse, indicó

Resaltó la franca relajación de la elite gobernante a partir de 1983

 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de noviembre de 2009, p. 5

Los principales valores atribuibles a la Revolución Mexicana, que deberán ser exaltados al conmemorarse el primer centenario de su estallido, son los relativos al aquietamiento de las ambiciones políticas del clero católico, la reivindicación de los recursos energéticos y la satisfacción de muchas de las demandas populares, afirmó el historiador José Rogelio Álvarez (Guadalajara, 1922) durante la ponencia magistral que ayer dictó en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La máxima casa de estudios rindió un homenaje al también escritor, antropólogo y académico jalisciense, quien dirigió la Enciclopedia de México (obra clásica de consulta, interpretación y resumen de tipo histórico sobre México) entre 1969 y 1992.

Álvarez escribió para cada uno de los 15 tomos que componen esa obra un promedio de 200 cuartillas sobre historia, política, economía y arte, con la colaboración de 400 especialistas de todo el país.

Fecundo nacionalismo

Antes de la mesa de trabajo realizada en la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez de la UNAM, en la que participaron Emmanuel Carballo, Alejandro Gertz Manero y Teófilo Herrera Suárez, Álvarez puntualizó los valores revolucionarios que no deben perderse de vista en 2010: el advenimiento de una clase media ilustrada y demandante, la orientación política en el sentido de la democracia, la igualdad de derechos de hombres y mujeres, el mejoramiento de las condiciones de vida de una buena parte de la población, la estabilidad financiera, la gratuidad de la educación laica que imparte el Estado, los estímulos a la creación artística y la libertad de expresión.

El historiador destacó que en la actualidad el mayor reto que enfrentan el Estado y la sociedad mexicanos es atemperar la pobreza.

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José Rogelio Álvarez, coordinador de la Enciclopedia de México entre 1969 y 1992, escribió en los 12 tomos de esa obraFoto Adrián Burns

En su conferencia explicó que los gobiernos posrevolucionarios, “a partir de 1982 dejaron de estimular el crecimiento económico nacional, el empleo y el mercado interno; han mantenido bajos los salarios, cada vez con menor capacidad de compra, para estimular el establecimiento de las grandes empresas y de plantas maquiladoras extranjeras.

Han privatizado buena parte de la banca, la industria, los transportes, el comercio y los servicios, y desmantelado las políticas y los organismos de fomento sectorial y regional.

Esa franca relajación política y moral de la elite gobernante a partir de 1983, manifestó Álvarez, significa mayor dependencia de Estados Unidos y menor soberanía del Estado.

En su opinión, la Revolución suscitó “un clima espiritual propicio a la expresión de lo peculiar mexicano en todas las ramas del arte y la cultura. Esta orientación guió a los artistas e intelectuales que postularon en el siglo XX un sano y fecundo nacionalismo, no ajeno a la universal, pero sí de rechazo a la adopción exclusiva de modelos extranjeros.

“A este nuevo impulso se debe la realización de obras notables en los campos de la literatura, la música, la pintura, el grabado, el cine y la danza.

El interés por las manifestaciones artísticas de las comunidades indígenas y mestizas surgió a ritmo de los desplazamientos campesinos durante la etapa armada de la Revolución.

A ese movimiento, concluyó, se debe que se haya mantenido un sano equilibrio entre el desarrollo económico y la justicia social, pero unos fueron los valores de la Revolución y otra cosa la manera como los sucesivos gobernantes del país trataron de ignorarlos o convertirlos en realidad.