Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 11 de octubre de 2009 Num: 762

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Portbou
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ

Dos poemas
LUKÁS THEODORAKÓPOULOS

Espacio eclipsado
PORFIRIO MIGUEL HERNÁNDEZ CABRERA

El origen de las especies
ROSA BELTRÁN

El placer de la actuación
RICARDO YÁÑEZ entrevista con ANA OFELIA MURGUÍA

La resistencia estética: las desaparecidas de Ciudad Juárez y Chihuahua
INGRID SUCKAER

Historia de una ecuación
RICARDO BADA

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Germaine Gómez Haro

Centenario del futurismo (1909-2009)

Este año se conmemora el centenario del futurismo, considerado el primero de los movimientos de vanguardia que marcaron el siglo XX, abriendo la brecha a las nuevas co rrientes renovadoras que dieron lugar a la modernidad artística. Este movimiento nació de la arriesgada propuesta de romper con la tradición y deshacerse del pasado para ensalzar los avances tecnológicos, el dinamismo del mundo moderno y la vida urbana, el advenimiento de la industria y los nuevos prodigios como el avión, el automóvil y la luz eléctrica. Fue el 20 de febrero de 1909 cuando Filippo Tommaso Marinetti publicó en el diario francés Le Figaro el controvertido Manifiesto Futurista en el que proclamó: “Declaramos que el esplendor del mundo se ha visto enriquecido por una nueva belleza: la belleza de la velocidad. Una moto de carreras, su chasis adornado con grandes tubos, cual serpientes de lenguas incendiarias [...] una moto zumbando, que parece correr sobre metralla, es algo más bello que la Victoria de Samotracia.” Desde los inicios, sus precursores se vieron envueltos en debates y escándalos por su postura beligerante y su nacionalismo a ultranza, y algunos de ellos fueron inclusive rechazados por su vínculo con los movimientos radicales de extrema derecha, en particular con el fascismo de Mussolini.


Formas únicas de continuidad en el espacio, Umberto Boccioni
Foto: Tate Modern, Londres

A lo largo del año se han llevado a cabo exhibiciones conmemorativas en diversos museos del mundo. En Milán, cuna del movimiento futurista, se organizaron dos importantes muestras: Velocidad, arte y acción, y Simultaneidad en el Palazzo Reale; Abstracciones, en el Museo Correr de Venecia; Iluminaciones en el Museo de Arte Moderno y Contem poráneo de Rovereto. Roma también rinde homenaje al futurismo con el programa Futuroma, que reunió cuarenta seis eventos que han animado a la ciudad entera en un es píritu futurista a través de espectáculos y exposiciones, entre las que destacan Futurismo 1904-1940 en el Palacio de Exposiciones y Futurismo: vanguardia-vanguardias en el Palacio del Quirinal. Asimismo, París y Londres se unieron al festejo con las exhibiciones El futurismo en París. Una vanguardia explosiva en el Centro Georges Pompidou, y Futurismo en el Tate Modern, magna muestra que tuve la oportunidad de visitar recientemente.


Dinamismo de un automóvil, Luigi Russolo
Foto: Musee National d'Art Moderne

El Tate Modern conformó una excelente propuesta cu ratorial que, sin tratarse de una muestra antológica, da cuenta del desarrollo del movimiento futurista desde sus inicios a partir de la primera Exposición de arte libre realiza da en 1910 en Milán, hasta su declive durante la primera guerra mundial. En esta muestra se hace patente el hecho de que en realidad el futurismo no se inició como un movimiento fundamentalmente estético –como después lo fue el cubismo–, sino que sus principios iban dirigidos a renovar los valores de la sociedad en todos sus aspectos, más allá de la literatura, pintura, escultura, cine, teatro y música, donde surgieron propuestas altamente innovadoras y provocado ras. Se pone en manifiesto el diálogo estable cido con el cubismo en 1911-1912, cuando figuras clave como Picasso, Duchamp y Léger abrevaron de sus fuentes, y el intrincado vínculo con la vanguardia rusa cuyos poetas Mayakovsky y Burliuk lanzaron en 1912 el manifiesto Bofetada al gusto del público en un espíritu transgresor afín al de los italianos. A ellos se unieron los pintores Mijail Larionov, Natalia Goncharova y Kazimir Malevich, quienes, bajo la influencia futurista, desarrollaron posteriormente el estilo conocido como rayonismo. En Alemania, el futurismo influ yó en artistas fundamentales como Franz Marc y August Macke, y en Inglaterra tuvo conexiones directas con el mo vimiento vorticista inspirado en Marinetti e impulsado por Nevin son, Wyndham Lewis y David Bomberg. Se le atribuye a Joseph Stella la introducción de los principios futuristas en América.

A pesar de su agresivo nacionalismo –o fundamentalis mo, diríase hoy– y de las arrogantes pretensiones de sus fundadores, el futurismo es considerado en la actualidad uno de los principales movimientos progresistas en el arte visual europeo del siglo XX. En cuanto a pintura y escultura se refiere, los pre cursores –Boccioni, Balla, Carrá, Russolo y Severini– pugnaron por un arte preñado de originalidad “aun cuando fuese temeraria, aun cuando fuese radicalmente vio lenta”, y exhortaban a los jóvenes artistas a “despreciar hondamente cualquier forma de imitación”. Sin duda, el suyo fue un arte valiente, auténtico y bien fundamenta do desde el punto de vista estético, filosófico y ético. Vale la pena resaltar estas cualidades un siglo más tarde, cuando nuestro arte contemporáneo se encuentra en amenaza continua ante la vorágine de la globali zación y las presiones del mercado.