Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 4 de octubre de 2009 Num: 761

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Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Edith Wharton,
afortunada y sola

LAURA FALCOFF

Asesinato impune
Joan O'Neill

Una zanahoria
para el desayuno

ROSALEEN LINEHAN

Las veleidades del consenso: Ibargüengoitia, Garibay y Spota
RAÚL OLVERA MIJARES

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Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

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El Mono de Alambre
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Fema Kuti, de vuelta a las andadas

Ya tiene cuarenta y siete años. Hace doce que murió su padre, el afamado Fela Kuti. El activista, el querido, el talentoso Fela. El líder de la banda Egypt 80, el que diera la vuelta al mundo clamando por los derechos de Nigeria. El que muriera víctima del hiv dejando un legado casi sagrado en el continente negro; una herencia cuyo peso puede aplastar lo mismo que impulsar, como sucedió en el caso de su hijo mayor, Femi, quien creciera tocando a su lado para luego independizarse y formar su propio grupo en 1986: la Positive Force Band.

Testigo y receptáculo del mejor afrobeat, de una antigua historia sonora que se fue amplificando, electrificando, el joven Femi aportó nuevas mezclas a su sangre, formas en las que brillaron el funk y el jazz. No por nada fue a nacer en Inglaterra, aunque su herencia nigeriana lo llamara a crecer en Lagos. Primero firmado por el sello Motown y luego por Polygram, su transitar en el año 1997 dejó cicatrices inolvidables en su vida, pues además de su padre también falleció su hermana.

Después del álbum epónimo con Motown nació Shoki Shoki, trabajo que de inmediato lo situó en la candileja, pues debemos recordar que el fenómeno cubano Buena Vista Social Club alcanzó para reavivar el interés global por la llamada world music, género densamente poblado por artistas negros. Ahora bien, por favor no confunda el lector al afrobeat con el walax de Youssou N'Dour, ni con los ritmos senegaleses de Baaba Maal, ni con el afrocubanismo de Salif Keita. El discurso de la familia Kuti ha sufrido un recorrido distinto, de lo primitivo a la vanguardia pasando por el pop y el rock más comercial. Prueba es que a la salida de su segundo álbum, Fight to Win, Femi Kuti giró por Estados Unidos al lado de Jane's Adiction, banda de grunge conocida por su conciencia social y política. Como si esto fuera poco, para lograr un cruce de estilos aquel disco también contó con la colaboración de los raperos americanos Mos Def y Common.


Fela Kuti

Ahora bien, ¿por qué hablar de Femi Kuti hoy? Porque acaba de lanzar Day by Day, placa que da un respiro tras siete años de silencio discográfico en estudio y que muestra un lado del músico mucho más cargado hacia el jazz. Acompañado por los trece músicos de la Positive Band con quienes ha seguido tocando y grabando discos en directo, Femi integra seis alientos y tres coros femeninos, dotando al conjunto con una fuerza armónica notable que, unida a la tradición percusiva de África, produce una imponente pared sónica. Claro, a su show en vivo hay que agregar trajes y bailes, algunas coreografías y todo aquello que, de vez en cuando, levanta sospechas de autenticidad fuera de su tierra.

Asimismo, este renacimiento de Olufemi Olufela Anikulapo Kuti –que ese es el verdadero nombre de Femi– parece justo y a tiempo cuando el mundo intenta superar una crisis financiera arraigada en otras crisis políticas y sociales. Enarbolando lo que llama “música de combate”, las letras y continuas interrupciones discursivas en inglés con que adereza conciertos, metidas en medio de sus canciones de manera espontánea, siguen dando mucho para pensar y hablar. Esto, aunque a veces, tengamos la duda sobre qué tan congruentes son los músicos que, nacidos en posiciones familiarmente privilegiadas –lo que en África pesa mucho–, se han educado fuera de patria.

Finalmente y para completar el dibujo del artista, vale la pena mencionar The Shrine, un espacio alternativo de Lagos, Nigeria, abierto por Femi, en el que se da acceso a melómanos y creadores de bajos recursos para impulsar nuevas formas de invención sonora y dancística. Justo en ese lugar fue donde se grabó el último disco en vivo de este cantante, también trompetista, saxofonista y pianista. Llamado Live at the Shrine, puede hallarse en dvd vía Amazon. Para más señas, corresponde al año 2004. Hay que aclarar, eso sí, que no es el Shrine original en donde su padre Fela acuñara el afrobeat. Se trata de un foro reciente que hace homenaje al anterior y que, en palabras del mismo Kuti: “intenta traer el dinero de regreso a África para luego invertirlo en escuelas que no tienen ni ventanas, y en donde los maestros no pueden recibir un sueldo”. Sea pues. Contribuyamos escuchándolo.

Ah, y una cosa más: hablamos hoy de Femi Kuti, también, porque era prácticamente un hecho que vendría a visitarnos en octubre, cuando se presentaría durante el Festival Cervantino de Guanajuato, además de que visitaría Guadalajara, Monterrey y el DF. Ignoramos las razones de su cancelación; lo lamentamos. Ojalá que pronto se resuelvan nuevas fechas, pues su apellido nunca ha podido tocar nuestras tierras y sería más que bienvenido.