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Las Águilas sumaron su sexta victoria en el torneo y se mantienen terceras en su grupo

América se impuso por la mínima diferencia a un descolorido Atlante

Si debo irme lo haré con la frente en alto y con la mirada de frente, dijo afligido Guadalupe Cruz

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Los de Coapa continúan con su buena racha, mientras los Potros ofrecieron un pobre espectáculoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de septiembre de 2009, p. 5

América hilvanó la sexta victoria del torneo Apertura 2009 tras vencer ayer por la mínima diferencia al Atlante, que, al igual que su uniforme blanco, tuvo un juego desteñido en el estadio Azteca.

Con este resultado el equipo de Coapa se mantiene en la tercera posición del grupo dos, con 21 puntos, gracias a la solitaria anotación de Ángel Reyna, mientras los Potros se quedan en la quinta casilla del tercer sector, con 10 unidades.

El primer susto que recibió Guillermo Ochoa fue al minuto siete, cuando en un centro que iba cerrando hacia el marco, Pável Pardo intentó en su desesperación alejar el esférico, para que Gabriel Pereyra no se adueñara de la situación, con tan buena suerte que la estrelló en el travesaño propio.

El partido continuó con la misma dinámica con que se inició, de largas carreras y balón dominado, pero con las defensivas de ambos equipos esmerándose por evitar cualquier peligro, como cuando en un ataque en dueto Daniel Montenegro y Enrique Esqueda llegaron hasta la puerta que cuida el argentino Federico Vilar, pero todo quedó en un tiro de esquina sin trascendencia.

En ese ir y venir constante, las Águilas hilvanaron un nuevo desembarque comandado por los atacantes, que lograron desubicar a la zaga azulgrana con un potente disparo que se estrelló en la base del poste izquierdo, y aunque llegó al contrarremate con toda la intención de Rolfi Montenegro, el auxiliar marcó el fuera de lugar para enfriar las acciones.

Momentos más tarde y ante la algarabía vivida en el coloso de Santa Úrsula, otra vez los anfitriones ingresaron a la zona protegida por Vilar; Montenegro se dio tiempo para acomodarse y soltar fuerte disparo con aroma de gol, pero la cadera de Solari salvó a los visitantes de sufrir la primera anotación.

Los asistentes, que ocuparon menos de la mitad de inmueble, sin duda vivieron un buen y vibrante primer tiempo y no pocos sustos para los llegados de Cancún, como el momento en que sirvieron a modo la pelota a Ángel Reyna, a la pierna izquierda, quien sin embargo se complicó y nada pudo hacer. Otro ataque inmediato y de nuevo una falla americanista.

Atlante no estaba dispuesto a dejarse superar y con un pase medido de Solari a Christian Bermúdez, que se acomodó, midió y tiró a la meta del portero Guillermo Ochoa, quien con buena se recostó hacia la derecha para desviar la pelota y neutralizar el avance.

En una acción poco pensada del árbitro Erim Ramírez, quien no quiso pasar como engañado, sacó una tarjeta de amonestación a José Chícharo González quien fue empujado y por la inercia del movimiento se fue por tierra dentro del área, y no señaló la pena máxima, antes de terminar al primer tiempo.

Para la segunda parte los Potros salieron con todo: velocidad, puntería, ganas y corazón, por lo que a los pocos instantes armaron una llegada, que de no haber sido por Ochoa habría sido gol, por lo menos uno de los tres remates a bocajarro que se dieron, el más peligroso el del Hobbit Bermúdez.

Ante la poca penetración de las áreas rivales, las delanteras empezaron a buscar el tiro de media distancia, aunque el ejecutado por Reyna se fue como recuerdo a las tribunas, y cuando Atlante llegó con Bermúdez y Solari, el argentino se hizo bolas y el tanteador siguió sin movimiento al minuto 60. Luego de nueva cuenta adelantó demasiado el balón que lo recogió sin problemas el portero del América.

La insistencia premió finalmente a los anfitriones por medio del gol de Reyna, quien llegó al área, ganó una pelota dividida y de zurda al palo contrario del portero firmó el 1-0, al 65, para alegría de sus seguidores.

Atlante parecía desconcertado por no encontrar la pelota que mantenía en sus botines el rival, que una y otra vez desperdició llegadas frente al marco de Vilar, como el disparo desde fuera del área de Juan Torito Silva, que pasó apenas arriba del travesaño, poco antes del silbatazo final.

Al término del partido, el técnico Jesús Ramírez comentó que definitivamente la entrada del Torito Silva marcó la diferencia al acompañar a Pável Pardo para mantener el equilibrio del equipo, pero fundamentalmente el conjunto nunca perdió la idea de salir con el triunfo.

Con el rostro desencajado, el Profe José Guadalupe Cruz apuntó: sólo nos faltó el gol, por lo menos para sacar el empate, y se negó a calificar de injusto el resultado porque de todas maneras afirmarlo no modificará en nada el resultado. El estratega dijo que si debe de irse lo voy a hacer con la frente en alto y con la mirada de frente.