Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 30 de agosto de 2009 Num: 756

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Bajarlía: el poeta que descendió del futuro
STELLA AVARADO

El amor cuando falla
EPAMINÓNDAS J. GONATÁS

De una acera a la de enfrente
GUILLERMO SAMPERIO

La cosa es la obra
O. HENRY

Confesiones de un humorista
O. HENRY

Tres poetas

Columnas:
Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

Cabezalcubo
JORGE MOCH


Directorio
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Bajarlía: el poeta que descendió del futuro

Stella Avarado

Relataba el poeta Juán-Jacobo Bajarlía: “De niño vendí medias en los bares. El secundario lo cursé durante la noche. Trabajaba durante el día. Quise ser médico y fui abogado. Me incline hacia la Criminología. Dejé pasar turnos de exámenes por leer la Divina Comedia. Odié los títulos universitarios. Polemicé. Perdí posiciones por decir lo que pienso. Lo seguiré haciendo. Escribí varios libros de poesía: Canto a la destrucción lo dediqué a los poetas que descendieron del futuro. Nací en 1914, un 5 de 0ctubre, el día del camino. Aún busco la puerta de ese camino que conduce a la poesía.”

Dentro de él había historias invisibles. El tiempo se aniquilaba a sí mismo para objetivarse en otra instancia temporal. Pero el tiempo, árbitro que decide el final o la eternidad, esbozó su antigua voz y dijo: “ Escribe, porque este mundo tendrá un fin y tu serás el relator. Porque la palabra se esconde en lo más profundo del corazón. Para hallarla es necesario que la sangre suene en el canto de los pájaros.”

Rodeado de infolios, libros apilados, singulares espejos anticipatorios del porvenir, astrolabios, varas de rabdomancia, imágenes, superficies en que se leen pasado y porvenir, fórmulas mágicas; la sabiduría disimulada en instancias frías y abstractas, el poeta dijo: “Todas las formas irracionales concretarán el olvido del hombre y de todas las cosas que él quiso construir para su débil eternidad.”

Cubierto por el halo de un lenguaje secreto, accedió a los límites anónimos del Conocimiento. Leía en los ojos el habla inaudible de los otros. Vaticinador, se precipitó en los abismos cósmicos y dijo: “El mito puede crear la realidad. La humanidad es un puñal en la apertura del futuro. El mundo no existe y sólo eres un poco de tiempo en una eternidad desconocida. Un signo que gira en los espacios orbitales.”

Cuando el hombre demostró su capacidad para acceder a otros mundos, dijo: “El que busca la eternidad sólo halla el estallido del tiempo.”

EL DÍA CERO

El mundo era una fuga en la noche del origen; la belleza, una eternidad insoslayable; la desnudez, el alba de un mundo en el que el odio crecía desde imágenes antiguas. La noche, un temblor a los pies del abismo. El viento cruzaba por la ciudad, trituraba las estrellas y arrojaba sus lágrimas sobre el abismo.

Y su último sueño debe haber sido un sueño de su sueño. El sueño sólo es la sangre que se hace voz y forma en el eterno recomienzo del hombre.

Los que morían en el mundo sólo se vaciaban de su forma primitiva y emergían con otra vida sobre la galaxia.

Su última noche, la del 22 de julio de 2005, transcurrió entre ingentes estertores y voces anónimas que se trocaban en ráfagas de sangre.

Tuvo miedo. Pero fue un instante. Alguien lo vio entrar por la puerta de un castillo que después fue devorado por la luz.

Las estrellas, en fuga hacia el infinito, ennegrecían la noche y la poblaron de extraños sonidos que avanzaban lentamente.

Cuando se desvanecieron, ya habías saltado el muro de la libertad: “Y se encendieron los semáforos negros/ sobre el vacío./ La luz era un cono que recogía tus palabras.”