Sociedad y Justicia
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Una de las lecciones de la epidemia es la necesidad de invertir en ciencia, dice el rector

México requiere de un eficaz sistema de salud, expresa Narro

Señala que el genoma no es condena, pues también se relaciona con ambiente y entorno social

 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de mayo de 2009, p. 44

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, advirtió que el genoma no es condena ni predestinación absoluta, pues también está relacionado con el ambiente y el entorno social del ser humano.

Si bien en el conjunto de genes se inscriben muchas potencialidades, dista de ser un destino inmutable. No hay que olvidar la interacción dinámica entre éstos y el ambiente, tanto físico como social, sostuvo al participar en la sesión Proyecto de la Diversidad Genómica de los Mexicanos, organizada por la Academia Nacional de Medicina y el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen).

Narro Robles subrayó que México necesita contar con un eficaz sistema nacional sanitario, que debe ser público, de cobertura universal, con capacidad de respuesta en servicios personales y colectivos, descentralizado pero coordinado, con sistemas de vigilancia epidemiológicas pertinentes, incluida una red nacional de laboratorios de salud pública de alta calidad.

Entrevistado posteriormente, subrayó que buena parte de la soberanía de México radica en la capacidad que tengamos para detectar, anticipar y resolver algunos problemas fundamentales, entre ellos, los de la salud.

Una de las lecciones que debe dejar en todos los sectores la epidemia de influenza humana que enfrenta el país, destacó, es la relevancia de la inversión y apoyo a la investigación científica-tecnológica y a la educación superior.

Nos han informado que el costo económico (que tendrá la epidemia para el país) varía desde 0.5 hasta uno por ciento del producto interno bruto, esto representa con mucho más de otro tanto de lo que recibe de apoyo, por ejemplo, la ciencia en nuestro país, y representa por lo menos otro tanto de lo que recibe la educación superior en México. Si no somos capaces de tener una ciencia nuestra, propia, si no somos capaces de tener todo lo que se requiere para dar pronta respuesta a esos asuntos y problemas, estamos poniendo en riesgo la soberanía del país.

Durante su discurso, el rector de la UNAM advirtió que se debe rechazar a quienes pretenden sacar provecho indebido de la epidemia de influenza A/H1N1 que enfrenta el país.

Agregó que corresponde a los académicos y a los profesionales “pronunciarnos en contra de la puesta en práctica de medidas sin sustento científico, incluidas aquellas que han adaptado algunas naciones en contra de los mexicanos por considerarnos, lo pongo entre comillas, ‘biológicamente peligrosos’ (...) hay medidas que se han tomado internacionalmente que lesionan a México, a los mexicanos, a nuestra economía y que no son correctas, que son fundadas sin ninguna base de orden científico, sin ninguna evidencia e inclusive contraviniendo recomendaciones de orden internacional de organismos como la Oraganización Mundial de la Salud (OMS)”.

Reconoció el trabajo, profesionalismo y compromiso que los trabajadores de la salud mostraron durante la emergencia sanitaria.

Narro resaltó la utilidad del mapa genómico de los mexicanos –elaborado por especialistas mexicanos del Inmegen– para el impulso del desarrollo de estudios clínicos en medicina genómica. Consideró que este avance permitirá iniciar nuevas líneas de investigación para identificar, entre otras, variaciones genéticas asociadas con la predisposición a enfermedades comunes y a la respuesta a fármacos.

Ahora el reto para la comunidad científica, comentó el rector, será aprovechar este material e incorporar los conocimientos entre las nuevas generaciones de médicos. Sin embargo, acotó que pese a que el trabajo es un gran avance y un primer paso, aún no está concluido, pues a futuro deberá comprender una cobertura más amplia y profunda de otras poblaciones de la sociedad mexicana.

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El rector de la UNAM, José Narro Robles, asistió al informe de resultados del mapa genético de los mexicanos que ofreció el Instituto de Investigaciones Genómicas en el Centro Médico Siglo XXI. En la imagen aparece con el doctor Guillermo SoberónFoto José Antonio López

Asimismo, señaló que se deben analizar otros aspectos. Coincido con el punto de vista de quienes piensan que hay que resistirse a las interpretaciones que pudieran deducir que la estructura genética del mexicano es el resultado de la confluencia de únicamente tres variantes genéticas.

Recordar que, a la vista de avances técnicos que por el momento todavía radican en el futuro, no hay que olvidar que la buena medicina no puede ser reducida a sus aspectos técnicos. Incluye, con gran importancia, un trato humano, sensible y ético a la persona y, por supuesto, el acceso equitativo y no discriminatorio a la atención de la salud para toda la población. La medicina y el médico se transformarán pero seguirán presentes.

Aseveró que desafortunadamente la ciencia no tiene todas las respuestas ni puede resolver de inmediato todos los problemas. Los avances científicos normalmente no son de corto plazo. La ciencia aporta conocimientos nuevos, pero lleva tiempo y mucho trabajo traducirlos en aplicaciones prácticas. A pesar de que no se crea, lo cierto es que en la ciencia no hay magia. Es necesario que la sociedad se aleje del pensamiento irracional, antítesis del pensamiento científico. Es nuestra obligación transmitir la importancia de la ciencia y lo que ésta implica en tiempo, en recursos y en trabajo.

La UNAM, pionera en el estudio de la ingeniería genética

El rector de la máxima casa de estudios subrayó que no se deben generar falsas expectativas en este mundo moderno que está acostumbrado a la velocidad, debido en gran parte a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pues debe analizarse el trabajo previo de la ciencia.

La percepción que queda es que la tecnología es veloz y todo lo puede. Sin embargo, no se ve el trabajo previo de la ciencia a lo largo de muchos años, e incluso por varias generaciones de científicos. En realidad, el avance de la ciencia dista mucho de esa supuesta rapidez. La ciencia avanza a su ritmo, sus resultados son procesos de largo plazo y el conocimiento generado no siempre tiene aplicaciones inmediatas, enfatizó.

La investigación genética humana, aseguró, es ejemplo de los tiempos de la ciencia, pues el inicio de los estudios en esta materia se remontan a los trabajos de Mendel, en el siglo XIX, y a partir de entonces pasaron ocho décadas para que se reconociera al ADN como el material de la herencia, y fue hasta los años 50 del siglo pasado que Watson y Crick descubrieron la estructura de doble hélice del ADN.

Recordó que los trabajos del genoma humano arrancaron hace poco menos de dos décadas. Un siglo y medio y mucho trabajo se necesitó para que el conocimiento acumulado tuviera la posibilidad de establecer el mapa del genoma de los mexicanos.

Al respecto, aseveró que la UNAM fue pionera en el establecimiento de estudios formales sobre ingeniería genética y también la primera institución de México y América Latina en crear la licenciatura en ciencias genómicas y la octava a escala mundial.