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Venció a La Máquina pese a jugar con 10 por una expulsión

Ciudad Juárez evade el descenso
 
Periódico La Jornada
Domingo 3 de mayo de 2009, p. a13

Los Indios de Ciudad Juárez firmaron su permanencia en el máximo circuito tras vencer 1-0 al desdibujado Cruz Azul, que hace dos fechas también fue comparsa del Puebla. El agónico gol de Javier Saavedra desató la locura y las lágrimas en el festejo final, en la media cancha del estadio Azul, donde el propio Saavedra y el timonel Héctor Hugo Eugui fueron los que más abrazos recibieron.

La Máquina refrendó su puesto de colero general, al quedarse con 12 unidades, y redondeó un pésimo torneo en casa, mientras La Tribu llegó a 20 puntos.

Tras el silbatazo de arranque, Ezequiel Maggiolo, atacante de Indios, hizo el primer arribo con tiro raso y ligeramente desviado.

Los de Chihuahua pudieron sorprender en más ocasiones por conducto de Maggiolo, pues poco a poco los visitantes mostraron mejores ideas en sus avances.

Sin embargo, al minuto 11 Gerardo Torrado sacó un tiro raso cuya trayectoria vigiló el atento portero Cirilo Saucedo.

Los integrantes de Sangre Azul demostraron su adicción y fidelidad, pues estuvieron afuera del estadio con un par de mantas; el sol y la convicción de que no verían nada de lo que ocurría en la cancha fueron insuficientes para ahuyentarlos, y entonaron sus cánticos para apoyar al gris subcampeón.

Al 17 de acción Torrado cobró un tiro directo que pegó por fuera de la esquina superior izquierda de la meta, en otra seria aproximación de los celestes. Diez minutos después, César Villaluz estuvo muy cerca de tomar desprevenido a Saucedo con un tiro de media distancia y luego fue un remate donde Christian Riveros y Villaluz se estorbaron.

Pese a los más de 30 grados centígrados no hubo pausa para que los futbolistas se hidrataran. Era tal el calor que los jugadores por varios lapsos ahorraron saliva con escasos gritos, espacios en que se escuchaba con nitidez la instrucción de los nerviosos estrategas Benjamín Galindo y Héctor Hugo Eugui.

Para el segundo tiempo Galindo ingresó a Pablo Zeballos en lugar de Roberto Ovelar, pero el juego mantuvo un ritmo soporífero hasta el minuto 59, cuando Edwin Santibáñez mandó un centro hacia segundo poste que no halló rematador.

Al minuto 66, Eugui mandó al campo de batalla a Luis Esqueda en relevo de Juan Pablo Rodríguez, pero el silbante Ricardo Arellano lo expulsó injustamente 11 minutos después, tras protagonizar un fuerte choque con Joaquín Beltrán.

Tras quedarse con 10 hombres, Eugui quemó su último cambio. Daniel Campos entró por Marco Vidal y todo indicaba su afán por rescatar el punto y mantener el suspenso en torno al descenso, pero la locura se desató en el banquillo visitante cuando al minuto 87 cayó el gol de oro puro, marcado por el michoacano Saavedra.

El lateral recogió un largo despeje de Saucedo, avanzó por el carril derecho y sacó una diagonal precisa que hizo túnel al portero Alfonso Blanco.

Fue como si hubiéramos ganado el título, expresó con satisfacción Saavedra, quien manifestó que ha jugado varias finales, pero ahora fue una experiencia diferente, muy sufrida hasta este día. Sabíamos que era hoy; fue un torneo aparte que disputamos con los equipos de abajo y no importaba jugar bonito. El objetivo se cumplió, las victorias contra Puebla y Cruz Azul llegaron en el mejor momento, y ahora vamos a disfrutar la última fecha, frente a Chivas.

Eugui no dejó de agradecer a la familia del dueño, Francisco Ibarra Molina, y señaló que este fue el partido más importante el que mejor supimos jugar. El mérito más grande es de los jugadores, quienes se brindaron con angustia, sinsabores y alegrías, pero siempre con el corazón por delante, muchas yemas y muchas claras, como debían poner.