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Persiste el temor a consumir productos derivados del cerdo, señalan locatarios

Desplome hasta de 50 por ciento en las ventas de mercados y locales de comida

Clientes de cocinas populares rechazan la idea de comprar alimentos para llevar, aseguran

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Locatarios de mercados ven caer sus ventas ante la baja afluencia de personasFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de mayo de 2009, p. 34

La alerta sanitaria por el brote de influenza humana dictada por el Gobierno del Distrito Federal se ha resentido también en los mercados públicos de la ciudad, que han registrado un baja en su clientela de aproximadamente 50 por ciento.

Esta situación es más grave entre los locatarios que se dedican a la venta de alimentos preparados, por lo que quesadillas, gorditas, tacos, pozole y birria, entre otros platillos, así como la comida corrida, son preparados para llevar, en cumplimiento de lo ordenado por las autoridades capitalinas.

En un recorrido por estos centros de abasto se constató que en los comedores públicos la higiene en la preparación de los alimentos no se cumple al pie de la letra, ya que sólo las cocineras usan tapabocas, mientras que el resto del personal sólo lo lleva de manera esporádica.

Asimismo, se pudo observar que sólo en algunos casos se utilizan guantes en la realización de los alimentos, aunque, aseguraron los comerciantes, nos lavamos varias veces las manos y hacemos la comida con la mayor higiene posible, dijo Paulina Delgado, propietaria del comedor Paty, del mercado de la colonia Mártires de Río Blanco.

Los propietarios de los locales de alimentos de dicho centro de abasto pegaron carteles con la leyenda comida corrida y a la carta sólo para llevar, así como otros en los que recomendaban a la clientela lavarse las manos antes de consumir los alimentos.

Paulina Delgado señaló que a una semana de la emergencia sanitaria, las ventas han caído más de 50 por ciento, porque nuestros clientes no son las amas de casa, sino los empleados de los comercios y del propio mercado, pero por temor muchos ya no vienen.

Agregó que lo único que los está sacando a flote es que damos rondines con nuestros clientes, algunos nos piden comida, pero otros ya no, además de que perdimos a todos los oficinistas que venían a comer aquí, porque cuando les informamos que sólo es para llevar, mejor nos dicen no, gracias.

Para la mujer, que lleva más de 10 años preparando comida en este mercado, la situación es preocupante, porque de no resolverse este problema en el corto plazo, nos vamos a ver obligados a cerrar el local, del que dependen al menos cinco familias.

Contrario a los comedores, quienes se dedican a la venta de antojitos, tanto del mercado de Beethoven, en Peralvillo, como el de Río Blanco, que se encuentran junto a los locales donde se expende fruta, verduras y alimentos perecederos, sí usan guantes y tapabocas en la preparación de los alimentos, que también son para llevar.

La mayoría de los pasillos y andadores de los mercados lucían semidesiertos, pues, a decir de los vendedores, ya las amas de casa no vienen diario, si no que se surten para toda la semana, explicaron varios locatarios.

La gente tiene miedo, cree que por comer carne de puerco se pueden infectar, por eso han dejado de consumir gorditas o quesadillas de chicharrón, explicó la señora Aurelia López, quien agregó que lo que más se pide son quesadillas de queso, huitlacoche y sopes.