Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de abril de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Diario*

Centenaria

Tribuna Pública

C

ausa ya pena materialmente, tener que ocuparse con el tan traído y llevado tema de los Tranvías Eléctricos y sus empleados, pero son tantos los abusos cometidos y tan grande la desvergüenza de algunos conductores, que á pesar de la campaña que ha emprendido la prensa para acabar con esos abusos, ya ha tomado carta de naturalización como una verdadera plaga social.

Para robustecer lo anterior, paso á describir lo siguiente: El día 12 del presente tomé un tren de Santa María, marcado con el número 369. El conductor después de haber recibido una moneda de un peso para que se cobrara el importe del pasaje, contestó con las sacramentales palabras de en estos momentos no tengo cambio, luego se lo doy, y hasta ahora estoy esperando ese vuelto, pues como todo el mundo sabe, esta frase suele ser el sésamo, ábrete de estos individuos para quedarse, sin duda por olvido, con el vuelto, no valiendo para que sea entregado el cambio, ni las protestas enérgicas del pasajero, ni la educación que en este caso pudiera usarse.

¿Será acaso, señor Director, que la Compañía no tiene ningún cuidado para seleccionar el personal que necesita, para el manejo de sus carros, ó que, como en días pasados se dijo, la compañía quitaba á sus empelados multas que casi ascienden al mezquino sueldo de que disfrutan, obligándolos con sus exigencias á que busquen en el público que enriquece las arcas de esa empresa avarienta, el medio para buscar algo con qué vivir?

Sea lo que fuere, la Compañía debe ser la responsable de tantos abusos y bueno sería que siquiera por decoro de los empleados superiores que la manejan, pusieran el Hasta aquí á semejante calamidad.

Dando á usted las más repetidas gracias, me ofrezco a sus órdenes.

Un pasajero

CAL

* Se publicó de 1906 a 1917