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Por fortuna los artistas zacatecanos no tenemos una escuela, opina Alejandro Nava

En Oaxaca hay muchos imitadores de Toledo, Tamayo y Rodolfo Morales

En mi estado hemos tomado rutas diferentes, sólo nos identifica ser parte de esta tierra, afirma

 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de abril de 2009, p. a11

Zacatecas es una tierra conocida por sus artistas plásticos, al igual que Oaxaca. No obstante, para el pintor, grabador y escultor zacatecano Alejandro Nava (1956), habemos quienes hemos madurado en nuestra obra porque hemos salido a otros lugares, para aprender lo que es la pintura. Pero, la mayoría de los jóvenes son muy limitados, ya que al gobierno no le interesa hacer una escuela de arte.

Desde hace dos décadas, Nava coordina el Taller Julio Ruelas, y acaba de realizar su primera escultura monumental en los alrededores de Guadalajara. Cursó estudios tanto en su ciudad natal como en San Luis Potosí y Aguascalientes, así como en La Tallera, en Cuernavaca.

Sin embargo, su primer viaje a Europa, en 1992, cambió totalmente mi idea del arte. Me di cuenta de que se podían hacer otras cosas, empecé a experimentar y a sentir que se me abría un mundo. Comencé a trabajar y poco a poco fui quitando la figura hasta llegar a la abstracción, aunque no siento que sea totalmente una pintura abstracta, porque todo parte de una realidad. Hay elementos muy escondidos que son muy reales, son parte de la vivencia que traigo.

El Taller Julio Ruelas, de pintura y grabado, fue fundado en 1986 por Ismael Guardado (Ojocaliente, Zacatecas, 1942) y Alejandro Nava. Ha sido acreedor a varios premios, por ejemplo, el de la Bienal de Puerto Rico y del certamen de Arte Joven.

De acuerdo con Nava, su principal labor allí es guiar a los jóvenes: Soy una especie de maestro. Más bien me baso no en una situación formal para educar, sino en ver su trabajo, qué es lo que traen; entonces, los voy dirigiendo y cuidando mucho la calidad de su trabajo. La mayoría de los jóvenes que ahora pintan en Zacatecas han salido de allí, algunos, inclusive, han expuesto en Europa.

Escuela o imitadores

–¿A qué atribuyes que Zacatecas tenga una tradición pictórica tan fuerte?

–La ciudad en sí crea una magia, un ambiente para las artes, porque es como una obra de arte. Eso, uno lo vive a diario y lo empieza a reflejar en su trabajo. El entorno es algo muy mágico, de lo que habla López Velarde, el cielo azul y la tierra colorada. Todo eso implica que ya traigamos un gen dentro para hacer pintura.

–¿Algún día los artistas zacatecanos serán reconocidos como una especie de escuela, como en Oaxaca?

–Por fortuna no tenemos una escuela, porque eso es identificarnos demasiado con algo. Oaxaca sí tiene su escuela, pero por desgracia muchos pintores son la imitación de Francisco Toledo, Rufino Tamayo o Rodolfo Morales.

En Zacatecas se da otro fenómeno: cada quien ha tomado una ruta diferente. Lo que nos identifica es haber nacido allí y ser parte de esta tierra. Creo que está tomando importancia la pintura en Zacatecas, también el grabado. Tenemos varios talleres, pero el más relevante es el de grabado del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez. Allí han trabajado Toledo, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, los Castro Leñero, entre muchos otros.

Nava va al Taller Julio Ruelas cada tercer día, porque la mayor parte del tiempo me dedico a pintar. Soy un pintor muy obsesivo, trabajo bastante. Puedo crear entre 50 y 60 cuadros en un año porque me meto mucho en mi obra. Ahorita estoy en una etapa en que siento que todo me sale y me divierto. No es que no lo haga, pero nunca ha sido mi intención mantenerme en una línea, como un pintor que es conocido y tiene esa responsabilidad. Más bien, desde el momento que descubrí que me iba a dedicar a esto, supe que era para divertirme y para hacer algo con mi pintura. Entonces, me siento muy libre en este aspecto.

Aunque el artista tiene 10 años de hacer escultura de menor formato, Estrella al infinito, de 7.35 metros de altura, hecha en placa de acero, es su primera pieza monumental. La empresa que se la encargó tiene una colección grande de su pintura. Respecto de la obra instalada en diciembre pasado, explica: “Manejaba de noche, vi la luna llena y escribí un pequeño poema que dice: perla que te cuelgas de las orejas del infinito. Hago referencias a la luna, pero sin mencionarlo. Siempre trato de reducir la pintura o escultura a algo. En Estrella al infinito hablo de cómo el universo y lo místico van tomados de la mano”.

En la actualidad, Nava realiza cuadros de gran formato y busca una oportunidad para mostrarlos en la ciudad de México.