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Fue una de las actividades inaugurales de la cineteca de esa entidad

Realizadoras catalanas presentan muestra en festival de Zacatecas
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de abril de 2009, p. 9

Zacatecas, Zac., 7 de abril. Hace 10 años no había presencia de mujeres cineastas en Cataluña, pero hoy eso es distinto y ellas ocupan un lugar, su lugar, con su mirada propia. Nos hemos hecho visibles, expresó Montse Alcoverro, comisaria y directora del ciclo Directoras de Cine de Cataluña, que se realizó desde el pasado domingo hasta este martes en el 23 Festival de Cultura de Zacatecas.

Este ciclo marca una de las actividades inaugurales de la Cineteca Zacatecas, cuyas instalaciones se hallan en la Ciudadela del Arte, donde también están la Fototeca y una galería, así como espacios para obras de teatro, conciertos y conferencias, entre otras actividades.

Las oriundas de Cataluña coincidieron en que para hacer cine da lo mismo ser hombre que mujer, pues quien está al frente debe tomar decisiones y tener claro cómo se deben hacer las cosas.

Ciclo de cinco películas

Se proyectaron cinco producciones, que son una muestra representativa de su mirada de mujer. Antes las exhibieron en Aguascalientes y San Luis Potosí. Son cintas de las realizadoras Carla Subirana, quien presentó Nadar; Alba Sotorra, Miradas desveladas; Judith Colell, 53 días de invierno; Silvia Quer, Febrero, y Mireia Ríos, quien estuvo acompañada de Martha Figueras, para mostrar El triunfo.

En una charla con el público y la prensa, Alcoverro añadió que la discusión se titularía Dirigimos, ergo existimos. Las cosas cuando no son visibles dejan de existir, y la existencia muchas veces se concreta a partir de esa visualización.

Discursos culturales

Agregó: “La industria cinematográfica requiere una importante inversión y produce discursos culturales que se sustentan, a la vez que promueven ciertos valores básicos, en la representación final del imaginario colectivo.

“Se trata de una industria estrechamente vinculada al poder hegemónico patriarcal, motivo más que suficiente para explicar la exclusión mayoritaria de la mujer de los espacios de producción, pero, más allá de este marco genérico, el grado de participación femenina en esta industria está directamente vinculado a su situación social y a la política cultural que se lleve a cabo.

“Referirnos al cine de mujeres es reivindicar la participación de ellas en todos los ámbitos cinematográficos, desde el guión hasta la producción, desde la interpretación hasta la dirección, la posproducción y la distribución, que han contribuido a hacer lo que hoy es el cine, pero más allá de esta verdad, a menudo olvidada y nunca escrita en las páginas de la historia oficial del cine, decir cine de mujeres es reivindicar ese otro cine, esa otra mirada, esa multiplicidad de realidades coexistentes.

Dirigimos, ergo existimos. Sí, con participación activa. De 2000 a 2006, de 871 películas dirigidas en España, 65 fueron realizadas por mujeres; es decir, 7.3 por ciento. En Cataluña ese porcentaje se duplica y vamos hacia arriba.”

Silvia Quer: En el cine, por lo general, siempre ha habido una presencia de la mujer en ciertas etapas, pero no en la dirección y en la producción.

Martha Figueras: Ahora debemos combinar estos logros profesionales con nuestra vida privada. Hay abismos que nosotras mismas no sabemos cómo salvarlos. La dirección y la producción son complicadas y no son permanentes, pues ocupan un promedio de seis meses. Luego las mujeres deben hacer otras cosas, sobre todo si tienen hijos.

En labores técnicas, 80 por ciento de quienes las desarrollan son hombres; en personajes, 61.9 por ciento son desempeñados por hombres. En películas dirigidas por mujeres aumentan los protagónicos hechos por mujeres.

Una de ellas, Alba Sotorra, filmó Miradas desveladas de manera clandestina en Qatar y en Irán, en circunstancias sumamente hostiles para el género femenino. Afirmó que si hubiera pedido permiso en esos países no hubiera hecho lo que logró. En Qatar hay mucho dinero, pero sólo quieren que se filmen asuntos que exalten. En Irán hubiera sido imposible, comentó.