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Entregan a los bancos su Van Gogh o Renoir y obtienen 40 por ciento del valor estimado

Ante la crisis, ricos de EU recurren a la añeja fórmula de empeñar valiosas obras de arte
 
Periódico La Jornada
Miércoles 8 de abril de 2009, p. 6

Nueva York, 7 de abril. Cuando los bancos ya no prestan y nada se vende, los estadunidenses ricos afectados por la crisis encuentran una manera de obtener dinero fresco: empeñar su Van Gogh o su Renoir en alguna de las instituciones financieras neoyorquinas que operan con discreción.

La fórmula no es nueva. Los Médici daban préstamos sobre cuadros empeñados en el Renacimiento, subraya Meghan Carleton, banquera de Art Finance Partners, cuyas oficinas están situadas en una pequeña galería de arte, en el séptimo piso de un rascacielos art decó de Manhattan, cerca de la Quinta Avenida y de Central Park.

El sistema es simple: el cliente empeña una o varias obras de arte y el banco le presta aproximadamente 40 por ciento del valor estimado por sus expertos. En general, el préstamo es por un año, a veces menos y a veces mucho más, como indica en su sitio Fine Art Finance, una sección del banco privado Emigrant, encargado de estos préstamos.

Hasta el vencimiento, la persona paga intereses, entre 12 y 19 por ciento de la suma, a veces más. Y a menudo, el Monet sigue colgado sobre la chimenea.

Si el beneficiario no puede rembolsar el préstamo al vencimiento, entonces pierde la propiedad de la obra de arte, o más, si el banco lo obliga a vender otros bienes, como la casa.

Estamos en un periodo de crisis de liquidez y en seis u ocho meses nuestra clientela ha aumentado al menos 40 por ciento, indicó Meghan Carleton, quien estimó en 15 por ciento la cantidad de transacciones que terminan con la quiebra de quien pidió el préstamo.

Estas instituciones tratan a menudo con celebridades y, por tanto, no brindan nombres. Se puede empeñar una obra porque se necesita dinero, no necesariamente para pagar deudas; puede ser un préstamo para iniciar un negocio o comprar otra obra, subrayó Carleton. Pero todos buscan discreción, hay historias de divorcios, de cambios de actividad, explicó.

Nicho de mucho riesgo

La revelación en el New York Times, hace pocas semanas, de la identidad de una deudora, la fotógrafa Annie Leibovitz, que habría pedido prestados a Art Capital Group 15 millones de dólares, empeñando a cambio sus fotos pasadas, presentes y futuras, sacudió este pequeño mundo donde todos se conocen.

Art Capital, Art Finance Partners y Fine Art Finance son de los pocos bancos que se reparten el mercado en Nueva York, centro de los negocios para clientes provenientes de todo el mundo.

Los bancos grandes, como el Deutsche Bank, Citi o Bank of America realizaron préstamos con base en empeños en los años 70-80 del siglo pasado, pero sigue siendo un nicho de mucho riesgo, porque el mercado del arte es opaco y está poco regulado, sometido a manipulaciones. Algunos han perdido fortunas y todos dejaron de hacerlo. El más reciente fue UBS, que acaba de anunciar que lo suspendía, subrayó otra banquera, que pidió mantener el anonimato.

El banco al que pertenece presta sólo a partir de un millón de dólares y sólo acepta el empeño de colecciones –cuadros, muebles o instrumentos musicales– estimados en 5 millones de dólares como mínimo. Lo que no ha impedido que las solicitudes de préstamos se duplicaran entre 2007 y 2008.

Evaluamos exhaustivamente a quien pide el préstamo, nos rodeamos de garantías. Y en cinco años de existencia, no lamentamos pérdidas, concluyó la banquera anónima, aunque sin esconder cierta inquietud por las sacudidas que el mercado del arte ha experimentado en los meses recientes.