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Cumple función en el equilibrio del ecosistema y sólo ataca cuando se siente en riesgo

Al contrario de lo que se cree, los cocodrilos son tranquilos: UNAM

México posee 700 especies de las 6 mil 600 que hay en el mundo; tres son del país, explica Gustavo Casas Abreu

Es necesario estudiar el impacto de la industria turística, señala

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La explotación indiscriminada y la destrucción de su hábitat, algunos de los peligros que enfrenta la especie. En la imagen, un cocodrilo que rescató la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, que se encontraba amarrado en una vecindad de La MercedFoto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de marzo de 2009, p. 2

Único sobreviviente del grupo de reptiles de mayor éxito evolutivo del planeta, el cocodrilo no sólo es el animal subacuático con mayor capacidad de adaptación a su entorno. También cumple una importante función para el equilibrio de los ecosistemas al ser depredador natural de distintas especies de aves, peces, insectos, anfibios y mamíferos. Además, participa en el reciclaje de nutrientes, así como en el mantenimiento de refugios con agua durante las épocas de sequía.

Habitantes de esteros, ríos y lagunas son herederos de un largo pasado evolutivo. Su origen se remonta a la familia de los arcosaurios, a la que también Pertenecieron los dinosaurios, Pterosaurios y tecodontos, que dominaron la fauna de la Tierra hace 245 millones de años.

Gustavo Casas Abreu, pionero en el estudio de los cocodrilos en México y especialista en ecología de reptiles del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que hace 65 millones de años todas las variedades de arcosaurios se extinguieron, a excepción de los cocodrilos, los cuales se distribuyen en 22 especies en Asia, África, América Latina, Estados Unidos y Australia. En México, que cuenta con tres especies, es considerado uno de los reptiles más poderosos y temidos por el hombre.

Uno de los más grandes de América

El Crocodylus acutus (cocodrilo de río) habita en las costas del Pacífico desde el sur de Sonora, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, así como en Quintana Roo y Yucatán. Es considerado uno de los más grandes de América y se caracteriza por una cabeza estrecha y larga. Es capaz de adentrarse en el mar si necesita huir o buscar nuevos territorios en la costa.

En el Golfo de México y la región del Caribe vive el Crocodylus moreletti (cocodrilo de pantano), considerado una especie casi endémica, pues sólo habita en las costas nacionales, en Belice y parte de Honduras. Su hábitat se localiza principalmente en las costas de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Yucatán, y en las zonas pantanosas de Oaxaca, Chiapas y San Luis Potosí. Es de menor tamaño que el cocodrilo de río, y sólo puede vivir en agua dulce.

La tercera especie es el Caiman crocodylus, cuyas poblaciones se concentran en las costas de Chiapas y en una pequeña franja costera de Oaxaca. Los caimanes, afirmó el experto, están emparentados con los Alligatorinae, reptiles de la familia Crocodilidae, que incluye dos tipos de caimán, con presencia en Estados Unidos y China. Se caracterizan porque tienen la cabeza más ancha que los cocodrilos y sólo habitan en agua no salobre.

Casas Abreu reconoció que pese a su pasado milenario, el estudio de los cocodrilos en México es relativamente reciente. Las investigaciones modernas datan de la década de 1970, y es a partir de los años 90 del siglo pasado cuando comenzamos a profundizar en su conocimiento.

Los cocodrilos, agregó, son animales vertebrados, cubiertos de piel con escamas, muy parecida a una armadura, con cuerpo robusto y musculatura desarrollada. Se estima que pueden vivir entre 60 y 70 años, y llegar a medir poco más de cuatro metros, aunque en la literatura científica se habla de especímenes hasta de seis metros, pero ahora no se tiene registro de ellos.

Los reptiles, agregó, siempre han estado en el imaginario colectivo como animales agresivos, venenosos y hasta indeseables, pero una vez que se les conoce se derrumban esos mitos y constatamos que se trata de animales casi siempre tranquilos, temerosos del contacto con el hombre y agresivos sólo si se sienten en peligro. Aunque reconoció que en México se tiene registro de ataques a seres humanos, éstos, aseguró, suelen estar asociados a la invasión de su territorio, lo que siempre representa un riesgo.

Destacó que después de Australia, México es el país con mayor biodiversidad de reptiles, ya que de las 6 mil 600 especies que se conocen, 700 habitan en el territorio nacional, lo que representa más de 10 por ciento de todas las que hay en el planeta. A ello se suma que nuestros reptiles son muy especializados, pues 60 por ciento son endémicos.

Buenos cazadores

Los cocodrilos, afirmó, destacan por ser grandes cazadores, con una técnica maestra que les permite capturar rápidamente a su presa. Es una especie que tiene muy desarrollada la vista y el olfato, así como una mandíbula con una importante cantidad de puntos sensoriales que le permite atacar de forma efectiva.

El especialista y ex curador de la Colección Nacional de Anfibios y Reptiles (una de las más importantes de América Latina) destacó que son animales muy territoriales, con enorme capacidad de adaptación, ya que no tienen depredadores naturales una vez que han llegado a la vida adulta, pero son muy frágiles a los daños ocasionados por el hombre, particularmente su explotación indiscriminada y la destrucción de su hábitat.

Actualmente, indicó, se deben realizar estudios más profundos para conocer el impacto que ha tenido la industria turística en su entorno, pues se han destruido manglares, esteros y lagunas. A pesar de que ninguna de las tres especies mexicanas está en peligro de extinción, tampoco sabemos qué efecto pueden tener factores como la contaminación de ríos y lagunas. Es urgente investigar cómo podemos protegerlos y si hay condiciones sustentables, desarrollar mecanismos de explotación controlada que no pongan en riesgo su supervivencia.