Sociedad y Justicia
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Aunque es completamente seguro, detestan imaginar que el líquido llegará a sus cocinas

Desconfianza de los consumidores impide reciclar las aguas negras, dicen expertos

El bloqueo sicológico se superará poco a poco, aseguran en el foro mundial sobre el fluido

 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de marzo de 2009, p. 45

Estambul, Turquía, 18 de marzo. El reciclado de las aguas negras para convertirlas directa o indirectamente en potable tropieza con las reticencias de los consumidores, manifestaron los participantes en el Foro Mundial del Agua en Estambul.

La gente detesta imaginar que bebe agua que puede provenir de las alcantarillas, resume Gerad Payen, miembro del Consejo Consultivo para el Agua y el Saneamiento de la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Hay un bloqueo sicológico serio, pero se superará poco a poco, asegura.

En Windhoek, la capital de Namibia, árido país de África austral, el reciclado funciona ya con éxito desde hace años.

En otros sitios, y aunque su uso en la industria o en el riego se desarrolla rápidamente, ese tipo de agua, que viene de los baños a los grifos, como dicen sus detractores, se ve con gran desconfianza.

Hace tres años, los habitantes de la ciudad australiana de Toowoomba rechazaron por referendo la idea de beber sus aguas negras una vez recicladas. Pero Australia, país afectado por sequías recurrentes, no ha abandonado esa idea.

Ante el crecimiento exponencial de la demanda del líquido –que los participantes en el Foro Mundial del Agua en Estambul tienen bien presente–, las aguas de los mares y las residuales se imponen como recursos a explotar.

Técnicamente sabemos hacer, mediante el reciclado, agua perfectamente potable, explica Antoine Frérot, director general de Veolia Agua, empresa dedicada a ese sector.

Frérot subraya que el reciclado de las aguas residuales consume menos energía que la desalinización y evita la contaminación.

En cuanto a cifras, producir en un centro de depuración un metro cúbico de agua potable cuesta 14 centavos de dólar a partir de una capa freática, 95 centavos a partir del agua del mar y 60 centavos a partir de agua ya utilizada.

Pero ante la resistencia de la gente, algunas ciudades han optado por una reutilización indirecta de las aguas negras, haciéndolas pasar por un río, un estanque o una reserva antes de hacerlas llegar a los grifos.

“Hay un paso por un ‘medio natural’ que, por una parte, permite superar la barrera sicológica y, por otra, mejorar el reciclado gracias a los ecosistemas”, explica Jacques Labre, director de relaciones institucionales de la empresa francesa Suez Medioambiente.

Según Labre, el futuro son las unidades de reciclaje de agua a la carta, que permitirán ajustar el proceso y, por tanto, también su precio, en función de su uso final.

En Australia, una unidad de reciclado contribuirá a la alimentación de una reserva de agua potable en Brisbane y su región cuando su nivel esté demasiado bajo.

En Singapur, el agua reciclada, bautizada como newater, es ampliamente utilizada por la industria y también indirectamente para el consumo humano. Actualmente representa uno por ciento del consumo de agua potable.

La barrera sicológica sigue siendo fuerte, pero creo que la percepción cambiará, vaticina Louise Korsgaard, del centro de investigación sobre el ciclo del agua DHI-NTU (universidad técnica de Nanyang), de Singapur.

Es una cuestión, ante todo, de confianza en la tecnología, resume.