Se gesta una gran alianza indígena continental

En el marco de un Diálogo de Alternativas y Alianzas de los Movimientos Indígenas, Campesinos y Sociales del Abya Yala, celebrado el 26 de febrero pasado en La Paz, Bolivia, las más importantes organizaciones indígenas independientes de la América meridional manifestaron “constatar que las actuales crisis mundiales que se superponen a nivel financiero, climático, energético, social, cultural, expresan la descomposición no sólo del neoliberalismo, sino del capitalismo y de la matriz civilizatoria occidental, y sus pilares erróneos de separación entre humanidad y naturaleza, hombre y mujer, individuo y comunidad, igualdad y diversidad”.

Sin embargo, los poderosos del planeta “pretenden salir de su crisis, profundizando la presión sobre la Pacha­mama y los bienes naturales (agua, alimentos, biodiversidad, hidrocarburos, bosques), a través del capital transnacional y sus estrategias de Tratados de Libre Comercio (TLC) y megaproyectos, así como de la estigmatización y criminalización de los movimientos indígenas y sociales”.

La impresionante nómina de organizaciones reunidas en La Paz incluye las siguientes: Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), Consejo Indígena de Centro América (CICA), Movimiento Sin Tierra de Brasil, Vía Campesina, Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari), Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” (CNMCIOBBS), Consejo Nacional de Ayllus y Marqas del Qollasuyu (Conamaq), Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB), Confederación de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami), Organización de Mujeres Ricchari Llacta (Perú), Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y Coordinadora de Organizaciones Indígenas y Campesinas de Bolivia (Concaibol).

Sus representantes consideran muy importante reiterar que “esta nueva ofensiva de un capitalismo en crisis tiene entre sus miras al histórico y ejemplar proceso del pueblo de Bolivia por la descolonialidad del poder, el buen vivir/vivir bien, un Estado plurinacional y derechos colectivos para todas y todos”. Por ello convocan a la solidaridad internacional activa, “porque está en juego detener las ambiciones de las oligarquías terratenientes que manipulan formas diversas de racismo mediático y violencia fascista. Y sobre todo, bus­can interrumpir el ejemplo para nuestros pueblos de la construcción colectiva de nuevos paradigmas alternativos a la colonialidad capitalista, de reinvención del Estado y el mal llamado ‘desarrollo’, y nuevas formas de convivencia humana y con la naturaleza”.

La declaración, que profundiza una alianza que puede ser histórica para los pueblos indios de la América del Centro y el Sur, impulsa la solidaridad activa con el pueblo y el gobierno de Bolivia mediante una movilización internacional y movilizaciones nacionales “ante la visita de representantes de la derecha fascista de Bolivia a nuestros países”. Afirman la “necesidad de una respuesta unificada” y una “articulación de luchas y acciones” en torno a múltiples ejes comunes, entre los que destacan:

Integración desde y para los pueblos y no para el lucro de las transnacionales; no a los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea; reestructuración de la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericána IIRSA, el Plan Puebla Panamá y megaproyectos regionales, respetando los derechos a la consulta y consentimiento de los pueblos y propias opciones de “desarrollo” o buen vivir. De hecho, afirman, “las economías comunitarias y la soberanía alimentaria de los pueblos deben ser el centro de todo plan de ‘desarrollo’ ”.

Se pronuncian por la “intangibilidad de la territorialidad de los pueblos y tierras campesinas frente a las invasiones de transnacionales extractivas; la integralidad e intangibilidad de la territorialidad de la Pachamama, de los pueblos y las tierras campesinas, para supervivencia y de la humanidad.

Expresan su rechazo a la mercantilización de la vida, alimentos, agua, y los impactos sociales y ambientales de las industrias transnacionales extractivas (minería, hidrocarburos, madera), alimentarias (transgénicos, semillas, agrocombustibles), privatizadores del agua y biodiversidad (biopiratería). Llaman a “detener la catástrofe climática provocada por el consumismo capitalista” y demandan “cambios estructurales de convivencia con la Naturaleza mediante el buen vivir/vivir bien”. Se oponen a la “adaptación” conciliadora con las transnacionales.

Para “detener la catástrofe” proponen “la movilización global en defensa de la Madre tierra, los pueblos y la soberanía alimentaria, contra la mercantilización de la vida, la contaminación y la criminalización”. Convocan a la Semana de Globalización de las Luchas del 12 al 16 de octubre próximos.

Demandan a los gobiernos del área “acción efectiva y menos retórica en la aplicación de las Convenciones de Diversidad Biológica y Cambio Climático y respeto a los derechos de los pueblos indígenas y comunidades”. Y sobre todo, “alto a la criminalización de los movimientos sociales” y plena vigencia de los derechos colectivos y campesinos. Por lo demás, exigen el cese de la militarización, (genocidio, etnocidio y racismo desde el Estado), el desplazamiento forzoso, la desterritorialización, el confinamiento y desmonte de derechos, así como la estigmatización, amenaza y persecución contra líderes y organizaciones.

Finalmente, proponen “encuentros de diálogo sobre acciones comunes y aspectos controversiales con los presidentes progresistas del Abya Yala, y reuniones diplomáticas con los demás gobiernos del continente para que se escuche la voz de los sin voz sobre nuestros derechos y propuestas para que otros mundos diversos, todos, sean posibles”.

Ojarasca

Foto: Heriberto Rodríguez

 

regresa a portada